'El León' se dirigía a su primera victoria tras su regreso a Williams. Sacaba más de 50 segundos a Nelson Piquet e incluso podía saludar al público en la última vuelta. Bajó drásticamente la velocidad del motor, y eso provocó que el alternador parara de funcionar y el coche se parara. Mansell se quedó a 1 km de la línea de meta. Aquella fue la última victoria de Piquet, y aunque esos diez puntos no le habrían hecho ser campeón a Mansell a final de año, sí le habría dado la opción de presionar más a quien se llevó el título de 1991, Ayrton Senna.
Con el humilde Arrows Yamaha, Damon Hill, campeón del mundo del año anterior, adelantó a Michael Schumacher y abrió distancia sobre el Williams de Jacques Villeneuve para llevarse la que habría sido una muy destacada victoria. Sin embargo, un problema con el cable del acelerador le robó la victoria en la última vuelta. Damon tuvo que conformarse con ser segundo, y a lo largo de la temporada sólo sumaría un punto más que los seis que se llevó en aquel Gran Premio de Hungría.
Carlos Sainz ha sufrido en varias ocasiones un golpe de mala suerte, y por destacar una de ellas lo hacemos con la del Rally de Inglaterra, tal vez su derrota más cruel. A menos de 500 metros de ser Campeón del Mundo, su Toyota se paró, y el título fue a parar a manos de Tommi Makinen. Fue su última oportunidad de ser tricampeón, y ni él ni su copiloto Luis Moya podían explicarse lo ocurrido.
Hakkinen siempre expresó que quería ganar en Italia, en Monza, en casa de Ferrari. Además, apoyaba la teoría de Juan Manuel Fangio: "Una victoria en Monza vale por dos". En 1999 iba camino de conseguirla, tras superar una fiebre que le impidió llegar a la carrera en las mejores condiciones. Dominó desde la salida, pero en la vuelta 30 cometió un error en la chicane y se salió, estrellando su McLaren. Ganó aquel campeonato y aquella derrota puede considerarse una más, pero la rabia del finlandés por no poder ganar en Monza se tornó lágrimas. Así lo explicó después: "Las emociones llegaron a mí como un torrente. Me senté bajo un árbol para calmar mis emociones, pero fue inútil. Lloré".
Después de un mal comienzo de temporada (sólo cuatro puntos en las cuatro primeras carreras), Mika Hakkinen parecía reencontrarse en el Gran Premio de España. Líder de carrera durante el último tercio de la misma, el finlandés se dirigía al triunfo cuando, en la última vuelta, el motor Mercedes de su McLaren falló, entregándole la victoria a Michael Schumacher.
Michael Schumacher estaba realizando una gran segunda mitad de temporada para acercarse al vigente campeón, Fernando Alonso, que se dirigía hacia su segunda corona. En la penúltima carrera, el alemán dominaba e iba a salir líder a falta de un gran premio. Sin embargo, el motor de su Ferrari se rompió y tuvo que abandonar. Alonso recogió una victoria que a la postre sería decisiva para ser bicampeón. Lo más sorprendente fue la rotura de motor, que era la primera que sufría Schumacher desde el año 2000.
Si la de Le Mans fue tal vez la derrota más cruel, lo de Brasil 2008 es el desenlace más duro de un campeonato del mundo de Fórmula 1. Bajo el aguacero, Felipe Massa ganaba la carrera, y a falta de una vuelta un jovencísimo Sebastian Vettel adelantaba a Hamilton, líder del campeonato, que pasaba a ser sexto y perdía de ese modo el campeonato. Sin embargo, y mientras el box de Ferrari celebraba el mundial de Felipe durante unos segundos, Hamilton adelantaba en la última curva a Timo Glock, que llevaba neumáticos de seco, y se hacía con el título de 2008. La lluvia de Interlagos se mezcló con las lágrimas de la torcida brasileña y con las que Massa no pudo evitar mostrar en el podio.
Fernando Alonso llegaba a la última carrera del año liderando el campeonato, 8 puntos por delante de Webber y 15 por delante de Vettel, ambos compañeros en Red Bull. La marca de las bebidas energéticas, poco después de salir el Safety Car, hizo parar en boxes a Webber, que era quinto tras Alonso. Ferrari quiso defenderse e hizo entrar al español pocas vueltas más tarde, olvidándose de que, por delante, Vettel se dirigía hacia el triunfo. El español salió por detrás del Renault de Vitaly Petrov, al que no pudo adelantar durante casi 40 vueltas, y aunque terminó por delante de Webber (el australiano fue 8º y Fernando 7º), Vettel ganó la carrera y se llevó el mundial 2010.
Aprovechando varias paradas para repostar al final de la carrera, JR Hildebrand, debutante en la Indy 500, llegó a ocupar la primera posición en la edición que marcaba el cententenario de las primeras 500 Millas de Indianápolis. Sin embargo, en la última curva, para adelantar al doblado Charlie Kimball, pasó por la parte sucia de la pista y perdió el control de su monoplaza, chocando contra el muro y dando la victoria a Dan Wheldon. Con parte del coche destruido, y gracias a que el choque se produjo justo antes de la recta principal, Hildebrand pudo llegar segundo.
Todo estaba listo para la celebración de la primera victoria de Toyota en las 24 Horas de Le Mans. Sin embargo, a falta de cuatro minutos, el #5 de Kazuki Nakajima, Anthony Davidson y Sebastien Buemi comenzó a perder potencia, y tuvo que detenerse en la recta principal a falta de una vuelta, entregándole de la manera más cruel la victoria a Porsche. Pudo completar la prueba, pero tardó tanto tiempo en dar la última vuelta que fue excluido.
Sergio Sette Camara y Ferdinand Hasburg se jugaban la victoria de la mítica prueba en la última vuelta. El británico de Carlin llegó a pasar al brasileño antes de la última curva, pero entró tan pasado que acabó estrellándose contra las protecciones. Ante sorpresa de todo el mundo, Sette Camara también acabó empotrado contra el muro, y ambos perdieron todas sus opciones a solo 100 metros de la línea de meta. Daniel Ticktum, que llegaba por detrás, aprovechó la alfombra roja para llevarse la victoria. Sette Camara no pudo acabar la carrera y Hasburg, recorriendo los últimos metros con el monoplaza dañado, a duras penas llegó hasta el final en la cuarta posición. La tercera, que daba el podio, se la robó Ralf Aron por un abrir y cerrar de ojos.
Toyota había ganado las primeras 24 Horas de Le Mans de la Supertemporada 2018/2019 con el coche #8 de Alonso, Buemi y Nakajima, que iban camino además de convertirse en campeones del mundo.
En la segunda edición de Le Mans de ese curso, el #7 de Conway, Kobayashi y Pechito López fue superior, liderando casi toda la carrera, y se dirigían al triunfo cuando a falta de una hora, el coche sufrió un pinchazo. López volvió a boxes, pero un fallo de un sensor hizo pensar al equipo que tenía que cambiar el neumático delantero derecho en lugar del trasero durante esa parada, lo cual obligó a hacer un segundo pitstop poco después por no haber solucionado el problema. Esa vuelta muy lenta provocó que el #8 de Toyota se hiciera con un liderato que mantuvo hasta el final, dejando al #7 con la miel en los labios.
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