La histórica victoria de Michael Schumacher en Silverstone 1998
El domingo 12 de julio de 1998, Michael Schumacher ganó el GP de Gran Bretaña envuelto en polémica. El Káiser esperó hasta la última vuelta para cumplir una sanción y cruzó la línea de meta en el pitlane.
Las imágenes de Lewis Hamilton cruzando la meta en el GP de Gran Bretaña de 2020, con solo tres neumáticos, dieron la vuelta al mundo. Pero eso se queda en nada en comparación con el hecho que marcó la edición de 1998, también celebrada en el circuito de Silverstone.
El 12 de julio de 1998, apenas unas horas antes de que diera comienzo la final del mundial de fútbol entre Brasil y Francia, los aficionados al deporte tenían su mirada puesta en otro punto caliente: el Gran Premio de Gran Bretaña de Fórmula 1.
El tiempo no invitaba a grandes celebraciones. Las nubes ya habían descargado en las primeras horas de la mañana y el warm up previo a la carrera también se realizó bajo la lluvia, con numerosos trompos. La pista tuvo tiempo de drenar bastante agua, pero no de secarse por completo, por lo que los neumáticos de seco se descartaron.
Pero la meteorología británica de verano no quiso decepcionar y la previsión sugería que las condiciones empeorarían a medida que avanzara la tarde.
Mika Hakkinen y Michael Schumacher ocupan la primera línea
Después de lograr sendos triunfos en Canadá y Francia, dos grandes premios que McLaren desaprovechó, ya que solo pudo sumar cinco puntos, Michael Schumacher quería sumar el tercero consecutivo sobre suelo inglés.
Una victoria en la casa de McLaren sería a partes iguales un golpe en el mundial y sobre la moral de su rival, que sabía que Ferrari no ganaba en Silverstone desde 1990 y que, dependiendo del resultado de Mika Hakkinen, podría permitir a Schumacher liderar el campeonato.
Pero el finlandés volador parecía imbatible en el antiguo aeródromo. El sábado había conseguido la pole con casi medio segundo de ventaja sobre Schumacher, que se había hecho con la segunda plaza. Con lo que Hakkinen no contaba eran las condiciones mixtas que llegarían el domingo y que favorecían al alemán, acostumbrado a destacar cuando el agarre era bajo.
Sin embargo, fue Hakkinen quien lideró al inicio de la carrera, mientras que el Káiser cometió un pequeño error que le hizo perder la segunda plaza en favor de David Coulthard. La distancia entre las flechas de plata y el piloto alemán se estancó en un par de segundos, hasta que las nubes pararon su tregua y alteraron las estrategias.
Mika Häkkinen por fuera del trazado con su McLaren MP4-13
El momento de la decisión entre elegir neumáticos intermedios y de lluvia llegó, pero también la indecisión de los pilotos. Coulthard y Schumacher prefirieron mantener los neumáticos mixtos, poniendo un juego nuevo entre las vueltas 19 y 21. Hakkinen, por su parte, se detuvo en la vuelta 23 y cambió a neumáticos de lluvia con un dibujo más profundo. Fue una elección que sorprendió al paddock, pero que dio sus frutos: la lluvia acabó intensificándose y el líder del campeonato puso la directa.
El abandono de Coulthard, atrapado en un charco de agua al intentar adelantar a un doblado, ayudó a Schumacher a ganar una posición, pero en tan solo 20 vueltas, el piloto de Ferrari perdió 30 segundos con respecto a Hakkinen, a pesar de la salida de pista en Bridge y posterior trompo del finlandés.
Schumacher se pudo salvar de sufrir el mismo destino gracias a la intervención del coche de seguridad, que salió a pista a causa del enorme aguacero. No solo vio cómo la ventaja que tenía Hakkinen desaparecía, sino que también le dio la vuelta a los neumáticos: en la segunda tanda de paradas, al comienzo del diluvio, cambió sus intermedios por los de lluvia, mientras que su gran rival hizo lo contrario.
Schumacher persigue a Hakkinen
Por lo tanto, el finlandés estaba en una posición complicada cuando llegó el momento de reiniciar la carrera. Schumacher, pegado a su difusor, no lo soltó e hizo que cayera ante su presión. Una vez más, Hakkinen se salió del trazado, lo que el alemán aprovechó para adelantarle y escaparse. A diez vueltas del final, nada ni nadie parecía poder detenerlo.
Nada ni nadie... excepto él mismo. Sufrió un descuido en la vuelta 43, cuando unas banderas amarillas surgieron en un tramo del circuito y se neutralizó la zona. Schumacher dobló a Alexander Wurz y la acción conllevó una penalización, cuya notificación llegó media hora después, en la penúltima vuelta.
Dirección de carrera envió una nota al muro de boxes de Ferrari que indicaba una penalización de diez segundos. Pero la confusión reinó en el box de los de Maranello: ¿era una penalización añadida al tiempo de carrera, de un stop and go de diez segundos o de otro tipo de sanción? Además, llegó con retraso: la normativa exigía que las decisiones se tomaran, como mucho, 25 minutos después del incidente. La notificación llegó a Ferrari 30 minutos después.
La inexactitud de la penalización y la falta de procedimiento fueron aprovechadas por la Scuderia. Schumacher fue llamado a boxes durante la última vuelta de la carrera. Se le obligó a hacer un stop and go, pero como la línea de meta del circuito de Silverstone estaba situada antes del garaje del Cavallino Rampante, ¡Michael Schumacher ganó antes de cumplir su sanción!
Michael Schumacher saliendo de boxes
Cuando el Ferrari salió de nuevo a la pista, Mika Hakkinen ya estaba muy por delante, en plena fase de deceleración. La confusión reinó en el paddock: ¿Quién había ganado? ¿Tenía razón Ferrari? ¿Había cometido la FIA un grave error?
Finalmente, Schumacher fue declarado ganador. No solo era innecesaria la penalización de stop and go, ya que una sanción de ese estilo otorgada en las últimas 12 vueltas implicaba añadir los diez segundos de forma automática al tiempo final, sino que las formas no habían sido las correctas.
Los tres comisarios encargados del caso habían fotocopiado el veredicto de forma incorrecta, por lo que fue complicado descifrarlo para los miembros de Ferrari, pero también habían superado el límite de 25 minutos para las notificaciones.
Incluso si le hubieran sumado los diez segundos a su tiempo de carrera, Schumacher tenía suficiente ventaja para no perder la victoria, aunque la sanción se levantó unos días después.
Esa victoria, la tercera consecutiva, llevó al piloto alemán a apenas dos puntos del liderato de un mundial que, a final de año, perdería frente a Mika Hakkinen.
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