Entre bastidores F1: coqueteo de Mercedes con Verstappen y duro golpe de Red Bull
La carrera de casa de Red Bull no fue como se deseaba y estuvo dominada además por historias sobre Max Verstappen y Mercedes. Un vistazo entre bastidores al paddock de la F1 en Austria.
El Gran Premio de Austria es siempre un asunto holandés. En los alrededores de Spielberg, cerca de Knittelfeld -donde, además del Red Bull Ring y el pintoresco paisaje de Estiria, hay poco más que llame la atención-, tradicionalmente parece la "pequeña Holanda" cuando llega la Fórmula 1. Abundan las matrículas amarillas, la música après-ski resuena en los numerosos campings, hay mucha cerveza y, por supuesto, las gradas se tiñen de color naranja. El Gran Premio de Austria es una buena carrera para que los medios de comunicación. Empieza por el propio país, por supuesto. Viajar a los Alpes unos días antes para dar unos paseos por la montaña no es un castigo, por supuesto, y la cocina austriaca -incluyendo Kaiserschammen y schnitzel- siempre es buena.
En cuanto al circuito en sí, el Red Bull Ring se deshace en elogios hacia la Fórmula 1. Las instalaciones son especialmente buenas, el catering es de alto nivel y el centro de prensa ofrece, con diferencia, la mejor vista de todo el calendario. El "palco de cristal" situado en lo alto de la tribuna principal hace las veces de amplio centro de prensa, desde donde se tiene un ángulo de visión perfecto tanto de la salida como de la llegada (y, por tanto, de la parrilla de salida) y también del pitlane. En eso no tiene rival en el calendario de la F1. Mientras que en muchos circuitos los centros de prensa con vistas a la pista han dejado paso a palcos VIP, ya que eso es lo que da más dinero, el Red Bull Ring es una grata excepción.
El tema Verstappen-Mercedes mantiene altos los ánimos en el paddock
Al paddock se accede a través de un túnel bajo la recta principal -que, por cierto, cuenta con bonitos y románticos carteles de antaño- y en ese paddock bañado por el sol del jueves y el viernes se trata principalmente de una línea argumental: Max Verstappen y Mercedes. Durante el día de los medios de comunicación, George Russell aviva aún más ese fuego, ya que el piloto británico afirmó que hay "conversaciones" en marcha entre su equipo y el vigente campeón del mundo. Esas palabras llegan dos semanas después de que el mismo Russell también proclamara que Verstappen estaba "en el radar" para la marca de la estrella. En ambos casos, añadía que tenía todo el sentido del mundo, pero al hacerlo público Russell, lógicamente se convierte en una gran noticia a voces. Y a todos los actores clave se les pregunta al respecto.
El jueves, al menos, Verstappen parecía querer decir poco al respecto, aunque eso se aplica a casi todos los temas en la conferencia de prensa oficial de la FIA. Verstappen predominantemente lo deja en "sin comentarios", aunque a eso no ayuda que la primera pregunta de la sala sea algo tipo "tienes 11 puntos de penalización, ¿vas a cambiar el enfoque ahora también?". Es una pregunta que también había surgido innumerables veces en Montreal y de la que Verstappen está más que harto. Si el jueves el de Limburgo tenía alguna intención de dar respuestas normales, esa esperanza se desvanece con esa pregunta. "¿Estás de broma? ¿Es una trampa?", respondió con cara de incredulidad.
Afortunadamente, ese mismo día había programada la sesión con los medios de comunicación holandeses. Esa sesión en un entorno más informal suele ser muchas veces mejor y el jueves en Spielberg no fue una excepción. Verstappen explicó por qué no dijo prácticamente nada en inglés ese día - "No se me permite ser crítico, eso está claramente en las reglas"- y lógicamente aborda las historias sobre Mercedes. Verstappen está haciendo exactamente lo que tiene que hacer: mantener hábilmente las opciones abiertas. Interesante es el final de la sesión, cuando se habla de si 2026 estará dominado por un solo motor. El tetracampeón responde que, en su opinión, la potencia máxima estará bastante cerca, pero que la batería es la gran incógnita. Esas palabras -si las cosas saldrán bien o no- indican que Verstappen tiene una imagen de Red Bull Powertrains-Ford, pero que probablemente Wolff también quiera pintarle una diferente sobre el nuevo propulsor de Mercedes.
El mismo Wolff recibió más de un puñado de preguntas sobre Verstappen durante la rueda de prensa de los jefes de equipo el viernes. Lógicamente es otra consecuencia de que Russell lance ese tema a la calle, aunque Wolff lo gestiona muy inteligentemente. Él también mantiene hábilmente las opciones abiertas al subrayar repetidamente que está contento con la alineación actual, pero que explorar opciones para el futuro es "bastante normal". Añade de forma reveladora que le gusta tener este tipo de conversaciones "a puerta cerrada" y no en público. En el centro de prensa, suena a irónico que durante esta fiesta de Red Bull en el circuito de su propiedad y que lleva su nombre se hable sobre todo de Mercedes...
Un trago amargo para Red Bull en su propio Ring: ¿Game Over en el mundial?
El resto del fin de semana de carreras sería aún más doloroso para Red Bull en el Gran Premio de Austria. Antes de que eso ocurra, me dirigí a pie de pista -o lo que es lo mismo, a un fotomatón a lo largo del circuito- durante los entrenamientos del viernes. Una señora muy amable al volante del autobús lanzadera me dejó en el exterior de la curva 3 -que resultaría ser un punto muy complicado en la carrera del domingo-, tras lo cual doy una vuelta virtual a la pista. Durante esa vuelta, enseguida se nota que en Spielberg hay mucho más silencio que en años anteriores: espacios vacíos y -lo que también se notó al llegar al circuito- menos naranja y, por tanto, menos holandeses. Los organizadores siguen hablando de 300.000 visitantes en todo el fin de semana, pero parece una estimación bastante positiva. "Seguro que han redondeado bastante...", bromean varios compañeros.
Los que asisten ven a Verstappen clasificarse séptimo el sábado. Resulta que tiene problemas por una bandera amarilla provocada por Pierre Gasly, lo que hace que la tanda final de Verstappen se venga abajo. Sin embargo, en la charla posterior a la clasificación, el holandés se resiste a achacarlo a eso: "Todo se vino abajo", juzga. Fue debido al calor, pero sobre todo demuestra que el RB21 todavía tiene una ventana operativa muy pequeña (léase: demasiado pequeña). En un lugar donde Verstappen ya había salido cinco veces desde la pole, le esperaba una tarea ingente en este 2025. "¿McLaren? Ah, ni siquiera estoy mirando eso. Subir al podio ya será bastante difícil", concluía Verstappen su relato del sábado, antes de que, tras charlar con Helmut Marko en el hospitality, pusiera rumbo de nuevo a una pequeña granja en la aldea de Gimplach, el lugar donde yo me alojé con mi colega Filip Cleeren este fin de semana. Erlebnis am Bauernhof, digamos.
Veinticuatro horas más tarde, efectivamente acabó siendo "lo suficientemente duro" como para subir al podio, aunque no por el ritmo. La carrera de Verstappenen terminó antes incluso de empezar, para consternación de los holandeses que sí se molestaron en viajar a Spielberg. Lógicamente, es una pena para los fans, pero las consecuencias para el campeonato son mucho más trascendentales. "Ahora tenemos que dar por perdido el campeonato", concluyó Helmut Marko incluso después. Suena duro ahora que ni siquiera ha transcurrido la primera mitad de la temporada, pero es la realidad. Cuando le planteo las palabras de Marko a Christian Horner no mucho más tarde en el hospitality de Red Bull, se muestra, como siempre, mucho más diplomático. "Estamos mirando carrera a carrera y no estamos pensando en el campeonato", responde. Como jefe de equipo, quizá no pueda decirlo de otra manera, pero al final se reduce a lo mismo.
Horner sí se ríe un poco más durante su sesión con los medios al hablar de la fortaleza de McLaren. "Lo que es realmente impresionante es lo cerca que Oscar fue capaz de seguir a Lando al principio de la carrera. Estaba más o menos haciendo el amor con el puto escape del coche de delante, y sus neumáticos aún no se habían encendido". Más revelador es lo que dice Horner después: "Realmente no entiendo cómo es posible". Red Bull no lo entiende (todavía) y es exactamente por eso que las palabras de Marko tienen sentido. Demasiada poca velocidad pura en comparación con McLaren, una ventana demasiado pequeña para el coche y una enorme diferencia en la gestión de los neumáticos. Son tres cuestiones complejas, demasiado complejas para resolverlas sin más antes de tener que centrarse plenamente en 2026. Así que Marko tiene razón y parece que Game Over.
Es doloroso para Red Bull que esa conclusión tenga que sacarse precisamente después de su carrera de casa. La fiesta de este año en el Ring de casa se ha convertido en una dolorosa prueba de realidad para el equipo. Cuando fuimos de los últimos en abandonar el centro de prensa a última hora de la tarde del domingo, como de costumbre, y condujimos de vuelta a la casa de campo en la campiña austriaca por última vez, pudimos hacer una evaluación completa. Porque, ¿y si Verstappen deja Red Bull algún día? ¿Ha sido entonces este Gran Premio de Austria -con Yuki Tsunoda en última posición- una muestra de cómo es realmente el equipo? En cualquier caso, no es una perspectiva halagüeña y en el fondo Horner -a pesar de no poder decirlo nunca en voz alta- debe conocer esa idea. Personalmente, el Gran Premio de Austria fue, como siempre, un buen fin de semana, pero lo que debería haber sido una fiesta para Red Bull se convirtió en un evento monstruoso para el equipo. O citando a Horner: "Esta es una carrera en casa para olvidar rápidamente...".
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