Lin Jarvis, exdirector de Yamaha, repasa una impresionante carrera caracterizada por grandes éxitos y decisiones audaces. Cuando asumió la dirección del equipo de MotoGP en 1998, se planteó una cuestión de cómo podrían llegar a lo más alto de la categoría reina.

Aunque Yamaha había participado activamente como fabricante en el Campeonato del Mundo de Motociclismo desde 1961, entró en un nuevo territorio al pasar a ser un equipo oficial de trabajo en 1999. Los primeros éxitos llegaron pronto, ya que el equipo pudo conquistar su primer título de constructores en la temporada 2000.

Sin embargo, en una entrevista concedida a MotoGP World, Jarvis considera 2003 como el punto de inflexión, cuando consiguió convencer al entonces dominador Valentino Rossi para que fichase por Yamaha: "Ese fue un momento decisivo".

"2003 fue un año extraño porque no ganamos ni una sola carrera esa temporada. Ese año tuvimos largas reuniones con la dirección y dijimos que teníamos que mejorar o marcharnos. Esa era la lógica empresarial. La única manera de avanzar entonces era volver a ganar", explica.

El compromiso de Rossi, la clave del éxito

"Para lograrlo, primero teníamos que mejorar la moto y luego cambiar de piloto. En aquel momento, Valentino dominaba con Honda. Así que pudimos convencer a la dirección para que fuera valiente y realizara ese cambio".

Pero alejar a Rossi de un equipo que siempre podía ganar "fue muy difícil", admite Jarvis. Para ello, contó con la ayuda de Davide Brivio, entonces Team Manager del proyecto MotoGP de Yamaha: "Tenía una buena relación con Vale", recuerda.

Una reunión en Brno fue muy especial para Jarvis: "En esa reunión dijimos: 'Vale, hablemos, si hacemos esto y lo otro, ¿vendrás con nosotros?' Y él dijo: 'Sí, sí, iré'. Así que fue como si realmente tuviese su sí. Nos preguntamos: "¿De verdad ha dicho eso?".

"Después de que dijera eso, tuvimos que escondernos debajo de la mesa porque cada vez aparecía más gente. Fue entonces cuando dijo que sí: 'Si lo arregláis, voy'. Y el resto ya es historia...".

Con su cambio, Rossi puso a Yamaha en la senda del éxito y llevó al equipo a los títulos mundiales de 2004 y 2005. Además de ese éxito, Jarvis también planificó el futuro. Ya en 2006, se aseguró a Jorge Lorenzo como joven talento para estar preparados en caso de un adiós de Rossi.

"Después de 2005, Valentino se planteó seriamente dar el paso a la Fórmula 1", revela el responsable de Yamaha. "Así que se trataba de redescubrir MotoGP para Yamaha".

Jarvis celebró su último título en Yamaha en 2021 con Fabio Quartararo.

Foto: Motorsport Images

Campeón del mundo de nuevo con Lorenzo y Quartararo

"Teníamos que tener al siguiente piloto que pudiera ganar. Teníamos que conseguirlo y crecer con él. En realidad, Jorge Lorenzo no corrió para nosotros hasta 2008, pero ya teníamos un contrato con él desde 2006, para estar preparados cuando Valentino se fuese a la F1 y tener al próximo campeón".

Jarvis lo tenía claro: "Sabíamos que Lorenzo era un killer". Esa previsión dio sus frutos: el español se hizo con su primer título en 2010 y desbancó de su trono a Rossi, que venía de ganar los títulos de 2008 y 2009: "Eso fue difícil de aceptar para Valentino, por eso dejó nuestra moto y se fue a Ducati".

"Corrió con la Ducati en 2011 y 2012, pero no tuvo éxito. Así que volvió con nosotros en 2013. Pero los papeles se invirtieron", dice Jarvis. "Trajimos de vuelta a Valentino cuando Jorge era el rey".

Aunque Rossi fue subcampeón tres veces más, no pudo ganar otro título. Lorenzo cambió Yamaha por Ducati en 2017, seguido de Maverick Viñales. Finalmente, Rossi tuvo que dejar paso a Fabio Quartararo cuando se retiró a finales de 2021.

El joven francés ya había demostrado su talento en el entonces equipo satélite Petronas-Yamaha: "Traer a Fabio al equipo Petronas fue una decisión que tomó principalmente el equipo Petronas en ese momento. Un movimiento audaz, sí, pero no tenían nada que perder", recuerda.

"Venció a Franco Morbidelli en su primer año, así que negociamos con él para incorporarlo al equipo oficial. Creo que al final la decisión estaba más que justificada, porque cuando Fabio llegó al equipo oficial, se hizo valer y fue el número 1 en su primer año", concluyó.