El semáforo del GP de Mónaco 2018 de F1

Verde

Las mejoras introducidas en España y la tradicional capacidad de hacer un chasis brillante hacían de Red Bull el equipo a batir en Mónaco. El único trabajo de sus pilotos era convertirlo en realidad, y el jueves ya se vio que la lucha estaría entre los dos compañeros. Pero el sábado, cuando empiezan a conseguirse los puntos en Montecarlo, uno falló en un momento donde no había nada que ganar y el otro sumó su segunda pole y empezó a ganar la carrera.

El circuito urbano minimizó la importancia de ir con un 25% menos de potencia y de solo tener seis marchas en su coche, pero Ricciardo volvió a destacar el domingo sin cometer un solo error y llevando el coche a meta sin ver su posición amenazada ni por Vettel ni por ninguno de sus rivales.

La inevitable comparación con su compañero eleva aún más el mérito de Daniel, que ya es tercero en el mundial y que está ganándose que Red Bull, en la negociación del nuevo contrato, tenga que darle lo que pida. Ni encontrarán a un piloto más fiable ni les hará ningún bien que un talento como Ricciardo refuerce a uno de sus rivales. El verde, más que merecido, para Daniel (con asistencia de Newey).

Amarillo

Toro Rosso rindió muy bien en Bahrein y no ha vuelto a lograr buenos resultados hasta Mónaco. De momento no tienen un paquete (chasis y motor) que les impida rendir en cada circuito y, hasta entonces, tienen que maximizar todas las opciones que tengan, que no son muchas.

Desde el jueves demostraron que tenían ritmo para sacar un buen botín de las calles del Principado, pero no cuentan con la mejor pareja de pilotos para explotar las opciones. Pierre Gasly consiguió un meritorio resultado (7º) y la carrera de Brendon Hartley acabó cuando Charles Leclerc, sin frenos en su Sauber, se lo llevó por delante. Pero el neozelandés ya se había condenado a un domingo complicado con una mala clasificación.

El panorama de futuros pilotos que tiene Red Bull no es muy esperanzador. No se vislumbra a ese talento capaz de irrumpir como hicieron en su día Vettel, Ricciardo o Verstappen, y el australiano, cuyo estatus crece cada día más, sigue sin renovar...

Rojo

La elección evidente podría ser Max Verstappen, que arruinó un gran premio que perfectamente podría haber ganado con un error en la sesión de entrenamientos en la que tienes más que perder. Pero, que el holandés saliera tan atrás, al final fue lo único que aportó espectáculo a un domingo insulso. Y no fue más protagonista porque mucho más rápido que el otro coche hay que ser para adelantar en este lugar con estos monoplazas...

El rojo va a la actual generación de coches que, unido a las características del circuito de Montecarlo, dejaron una carrera a lo Scalextric, con coches rodando rápidos (no tanto en la cabeza de carrera por el excesivo graining) pero sin adelantamientos. Por no haber no hubo ni Safety Car, ya que la imposibilidad de seguir al coche de delante hizo que el único accidente se debiera a un fallo de frenos.

Mónaco es Mónaco y jamás sobrará del calendario por aburrido que pueda resultar, pero después de un emocionante inicio del mundial, el GP de España y el de este domingo han dejado un sabor de boca muy agridulce. La Fórmula 1 ya trabaja en atajar el problema a corto plazo, para 2019, y urgen que no sean palos de ciego y funcione para esos trazados donde el DRS no es mágico.

Las mejores fotos del GP de Mónaco 2018 de F1

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