Cómo un error llevó a crear un Fórmula 1 de leyenda
El Lotus 79 es parte de lo que Giorgio Piola considera máquinas referentes, que incorporan diseños, soluciones o sistemas que marcarían tendencia.

Hoy 21 de mayo es el aniversario de la primera aparición del monoplaza en el GP de Bélgica de 1978, una carrera que ganó Mario Andretti con ese coche, cuya aparición provocó una guerra de desarrollo en la F1 cuando los rivales se dieron cuenta de que ellos también debían seguir su concepto de efecto suelo.
Sin embargo, el Lotus 79 no fue la primera incursión del equipo en ese "efecto suelo", sino más bien un refinamiento de una solución que había introducido un año antes, con el 78.
Un feliz accidente

Vista general del Lotus 78
La ventaja clave del Lotus 79 fue un descubrimiento que casi ocurrió por error, ya que el rodaje continuo con un modelo de túnel de viento había provocado cierta fatiga, lo que provocó que el suelo de los pontones cayera en sus bordes. Aunque no fue planeado, eso instantáneamente mostró un fuerte aumento en la carga aerodinámica.
Lotus inicialmente se vio confundido por ese efecto, pero comenzó a replicar los resultados y descubrió que cerrar los lados del suelo aumentaba la carga aerodinámica drásticamente.
En ese momento, aún tenía que encontrar una manera de hacer que eso funcionara correctamente, ya que solo extender el pontón hacia el suelo no funcionaría. Necesitaba algo flexible, de lo contrario se desgastaría o rompería, y algo tan simple como una superficie irregular de la pista que podría causar problemas.
El equipo podría haber comenzado sus experimentos y usar el diseño del faldón hacia finales de 1976, pero optó por esperar, por temor a que otras escuderías lo entendieran demasiado rápido y aplicaran la solución en sus diseños para el año siguiente.
Aunque el 78 logró siete victorias por derecho propio, realmente fue como un laboratorio en movimiento para Lotus, ya que usó lo que había aprendido durante los experimentos del túnel de viento y descubrió cómo dar vida a las cosas en el mundo real.

Mario Andretti, Lotus 78 tras explotar un extintor
En busca de una manera de usar faldones, en primer lugar recurrió a los cepillos de nylon. Pero estos se perdían con demasiada facilidad en la superficie de la pista, lo que significa que el efecto suelo que estaba buscando desaparecía a medida que pasaban las vueltas.
El problema era que según aumentaba la carga aerodinámica, el monoplaza se hundía aún más en el suelo, lo que significaba que tenía que encontrar una solución que no solo implicara que las faldas tocaran el suelo cuando estaban estáticas, sino que podían ascender cuando las fuerzas actuaban sobre el coche.
Probó numerosos materiales y métodos para mantener el sellado, antes de decidirse finalmente por el método de faldón deslizante. Eso era al fin y al cabo un panel de abeja de carbono con una tira cerámica intercalada entre las paredes de los pontones.
Además, un mecanismo de resorte dentro del pontón ayudaba a controlar cuánto recorrido tendría la falda.

El pontón del Lotus 79 Ford sidepod con el famoso faldón
El 78 fue claramente un salto hacia adelante para Lotus, pero no lo suficiente como para colocarlo directamente al frente de la parrilla, y se necesitó un ala grande en la parte trasera del coche para mejorar su equilibrio. Eso implicó una penalización de resistencia al avance (drag) no deseada, lo que implicó que a menudo era más lento que sus rivales en recta.
Afortunadamente para Lotus, eso ocultó el potencial de su solución a los otros equipos y, cuando apareció el concepto altamente refinado, ya en el modelo 79, era demasiado tarde para los demás. Los rivales tuvieron que ponerse al día y resolver todos los trucos del efecto suelo que Lotus ya había encontrado.
Belleza negra

Vista detallada del Lotus 79 1978
Depurado, el 79 fue la referencia de la parrilla, logrando seis victorias y cuatro podios durante la temporada 1978, lo que le dio los títulos a Lotus y Andretti.
El monoplaza había marcado el camino, maximizando el tamaño de los túneles de efecto suelo, no solo utilizando una cabina estrecha, sino también moviendo el tanque de combustible detrás del piloto, en lugar de tener tanques laterales como su predecesor.

Comparación del Lotus 78 y el 79
Obviamente, eso alargó el coche, pero les permitió túneles más largos que también se habían ensanchado al máximo posible dentro de la normativa.
Y mientras tra una serie de buenos resultados marcaron los otros equipos comenzaron a tratar de seguir sus pasos, Lotus puso su punto de mira en la próxima máquina...
El Lotus 80
El 80 fue un ejemplo típico del deseo de Chapman de innovar continuamente y dar saltos gigantes hacia adelante, simplemente insatisfecho por la noción de refinar lo que había funcionado antes.
El 80 era un coche con efecto suelo extremo, diseñado para maximizar la ventaja de este, utilizando un faldón largo, desde el morro hasta los laterales curvados que se acoplaban junto a las ruedas traseras.
Uno de sus principales problemas fue mantener el sellado entre él y el asfalto, un problema que se magnificó por la curvatura de la carrocería.
El equipo no logró que el monoplaza funcionara y tuvo que regresar al 79. Pero para entonces ya era demasiado tarde, los demás se habían puesto al día y la gran ventaja de Lotus se había esfumado...
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