Márquez, tercero en la sprint de Portugal: "Un sábado soñado"

Marc Márquez dejó claro que las carencias de la moto que conduce no son lo suficientemente relevantes como para minar su confianza y ambición. Eso quedó muy claro este sábado, desde primera hora de la mañana y hasta la tarde. Primero, Márquez se las apañó para meterse en la segunda criba de la cronometrada tras rebajar el récord del circuito.  Inmediatamente después hizo saltar la banca al adjudicarse una pole que parecía llevar la firma de una de las Ducati.

Las doce vueltas que conforman la sprint le dieron la opción al corredor de Cervera (Lleida) de maquillar la falta de pegada de su RC213 con esa magia que esconde y que ha quedado más que probada.

A pesar de rodar al frente en los primeros compases, la realidad se impuso, de modo que el catalán se vio engullido por el primer grupo, liderado por Jorge Martín y después Pecco Bagnaia, y con la aparición estelar de Miguel Oliveira.

Sin saber muy bien cómo, el #93 no se despegó de ellos hasta el extremo de saber aprovechar un despiste del portugués, que finalmente le llevó a cruzar la meta el tercero.  

"Fue un sábado soñado, con la pole y el podio en la sprint. No estaba en nuestras quinielas para nada", resumió Márquez, antes de analizar qué factores intervinieron en ese medio milagro que se sacó de la manga.

"El físico me permitió compensar las carencias de la moto. Sobre todo, en los puntos de frenada. Eso es muy cansado, pero estas carreras cortas lo permiten. Llevaba dos años lesionado y necesitaba un invierno tranquilo para poder trabajar. Aquí se vieron los frutos de ese trabajo", añadió el de Honda.

El resultado cosechado este sábado en el Algarve no se corresponde con el potencial de la moto que conduce. La segunda Honda en cruzar la meta fue la de Alex Rins, que concluyó el 13º, a diez segundos de Márquez.

La debilidad del prototipo de Tokio ha quedado en evidencia a lo largo de toda la pretemporada, y eso llegó a hacer mella en los niveles de confianza de un tipo que ha ganado tanto como él.

"Lo único que me llevo de hoy [por el sábado] es la confianza mí mismo. Cuando te falta tanto y estás tan lejos de los de delante, pues empiezas a desconfiar de tu potencial. Pero hemos confirmado que la velocidad está", reflexionó el corredor, que agradeció a su equipo los consejos que le dieron la noche anterior.

"Me dijeron que había cosas que no estaba haciendo bien, sobre todo en esa última curva. Y no tiene que ser fácil decirle eso a alguien que ha ganado tanto. Por eso se lo agradezco la confianza que tenemos", remachó Márquez, consciente de que ese podio se complicará el domingo, con el doble de vueltas.