GP Japón 1976: cuando Lauda valoró su vida y Hunt protagonizó Rush
Un 24 de octubre de 1976 se disputó el GP de Japón de F1, el día en el que James Hunt fue campeón del mundo y Niki Lauda valoró más su vida en lo que fue la inspiración para la película 'Rush'.
El mundo de la Fórmula 1 se conmocionó cuando vieron envuelto en llamas al Ferrari 312T2 de Niki Lauda en el Gran Premio de Alemania de 1976, en el circuito de Nürburgring, donde el piloto austriaco salió con vida después de un auténtico milagro. El por aquel entonces vigente campeón del mundo sufrió un accidente antes de la curva Bergwerk, lo que provocó un incendio que puso en riesgo su integridad física, pero logró recuperarse de sus graves quemaduras y tan solo un mes y medio después ya estaba a bordo de su monoplaza en el Gran Premio de Italia.
Eso hizo que sus opciones por defender el cetro mundial bajaran, y es que uno de los rivales más fuertes que tuvo en la época, James Hunt, consiguió recortar 12 puntos para colocarse en su estela.
Con tres citas aún pendientes después de Monza, de donde el británico salió a 17 unidades, todo parecía indicar que el austriaco se alzaría con su segunda corona, pero lo que acabó pasando fue digno de película, y prueba de ello es la espectacular 'Rush' del director Ron Howard.

Tras las carreras de Canadá y Watkins Glen, donde el inglés subió a lo más alto del podio, todo se decidiría en un lluvioso fin de semana en Japón, el último gran premio del año. Así pues, un 24 de octubre de 1976 se celebró la primera prueba de la historia en el país del Sol Naciente, con Niki Lauda aventajando en tres puntos al McLaren de James Hunt.
Las lesiones del austriaco lo colocaban en una difícil posición, puesto que era incapaz de conservar la regularidad de la que hacía gala, pero su experiencia, ya siendo campeón del mundo, debería de haber sido suficiente como para asegurarle un puesto que le diera otro título.
Por otro lado, el de la escudería de Woking solo necesitaba ganar, sin importar lo que hiciera el resto, además de que su mayor número de victorias, seis contra cinco, le harían proclamarse campeón del mundo en un hipotético caso de empate.
El hecho de que la Fórmula 1 visitara por primera vez esta nación y que se estrenase el continente asiático provocó que muchos participantes se negaran a viajar, como Norev y Henri Pescarolo, incluso la federación de Austria no quiso inscribir a Otto Stuppacher. No obstante, eso le dio la oportunidad a muchos locales de probar suerte, como fue el caso de Kojima con Hasemi Masahiro, que sorprendió a todos con una décima posición en la clasificación, incluso llegó a colocarse segundo durante la carrera, pero un problema en su monoplaza echó por tierra toda su ilusión.
En la sesión del sábado que decidiría las posiciones de la parrilla, Mario Andretti superó a James Hunt por pocas centésimas, y se tuvo que conformar con la segunda plaza, mientras que Niki Lauda fue tercero, por delante de otros como John Watson, Jody Scheckter y José Carlos Pace. Un día después, un torrencial aguacero cayó a las orilla del monte Fuji, lo que hizo que la pista se llenara de agua, y como no cesaba, los pilotos se reunieron para tomar una decisión sobre si tomar la salida o no.

La mayoría, con Emerson Fittipaldi y Niki Lauda a la cabeza, se negaron a competir, y solo Clay Regazzoni y Vittorio Brambilla querían correr, mientras que los otros no se pronunciaban demasiado. Los organizadores temían por la cancelación del gran premio, el primero en Japón, y Bernie Ecclestone estaba en una encrucijada, puesto que, como promotor, quería que se llevara a cabo para recibir los ingresos televisivos, pero por otra parte, debía escuchar las opiniones de los pilotos y las escuderías como jefe de la F1CA [organización de equipos].
Ante la división de pensamientos, el inglés decidió que cada miembro de la parrilla optaran por salir a pista o no, y después de una hora y media de discusiones, con la presión del Príncipe de Metternich y Pierre Ugeux, se confirmó que los pilotos debía prepararse para la carrera, con muchos de ellos subiendo a sus monoplazas enfadados.
Así pues, todos se fueron colocando en la parrilla con neumáticos de lluvia, y aunque el clima se volvió un poco más favorable antes de la salida, el agua que levantaban los coches a su paso era enorme, reduciendo la visibilidad, que era casi nula. Lauda, con el recuerdo de su accidente aún en la mente, solo dio una primera vuelta para retirarse y dejar en manos de Hunt el título mundial, para lo que necesitaba al menos una cuarta plaza.
El de McLaren iba por buen camino, primero todo el tiempo, pero su suerte cambió cuando sufrió un pinchazo en uno de sus neumáticos, lo que le hizo caer posiciones hasta el sexto lugar. Sin saber si sería campeón, el británico se encaminó hacia una feroz remontada para ser tercero y cosechar su primer y único campeonato.
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