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Análisis

Análisis F1: cómo mantendrá Mercedes su filosofía en el coche de 2024

El mantra de Mercedes de que los días malos son en los que más se aprende es fácil de cumplir cuando levantarse de una derrota en la F1 es algo rápido.

Mecánicos en el garaje con George Russell, Mercedes F1 W14

Pero es mucho más difícil mantenerse fiel a una filosofía cuando el dolor se repite fin de semana tras fin de semana. Por eso, ahora que Mercedes se acerca a la presentación de su nuevo coche para la temporada 2024 de la Fórmula 1, tras dos años en los que ha sufrido bastantes decepciones (aunque ganó en Brasil en 2022), es de esperar que el equipo piense que ya está bien de aprender.

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Sin embargo, mientras que otros equipos en la misma situación a menudo se han visto incapaces de evitar un cambio de dirección, y se han desviado rápidamente hacia una espiral negativa, en sus fábricas de Brackley y Brixworth las cosas no podrían haber sido más diferentes.

De hecho, en lugar de surgir una cultura de culpabilización en la que los distintos departamentos se enfrentan entre sí, los retos de las dos últimas campañas han dado como resultado, si acaso, una plantilla más fuerte en Mercedes, unificada en lugar de dividida por todo lo que ha pasado.

Como explicó el director del equipo, Toto Wolff, a finales del año pasado, las temporadas difíciles de forma consecutiva no han requerido una operación de rescate desde arriba para intentar mantener el orden entre las trabajadores. Por el contrario, hay una clara sensación de que había un deseo por parte de todo el equipo de unirse y arreglar las cosas.

"Hay que preguntarle al equipo lo difícil que fue dirigirme a mí", dijo Wolff cuando se le preguntó por lo difícil que fue manejar las cosas. "Y no sólo al revés. Estamos todos juntos en esto. Sabíamos que llegaría el día en que sería más complicado. Pero no fue como esperábamos, porque el tipo de escenario que teníamos en mente era 'es difícil ganar un Mundial, estamos ganando carreras, pero sabemos dónde nos falta rendimiento'. Y de repente todo eso no fue así".

"Entonces tienes que gestionar tus expectativas. Es muy difícil mantener el positivismo en nuestra dinámica diaria. No siempre ha sido fácil, pero creo que ahí reside la fuerza del equipo. Nos conocemos tan bien que podemos convivir con los puntos fuertes y débiles de cada uno. En cierto modo, cada uno de nosotros ha llevado la batuta en un momento determinado", explicó Toto.

"Cuando las cosas se ponían difíciles en la sala de reuniones porque los resultados no eran los esperados, era George Russell el que debía tener todos los motivos para estar disgustado, pero se dedicaba a ser positivo. O eran las fábricas de Brackley o Brixworth. Hywel Thomas y su equipo eran extremadamente importantes porque simplemente cumplían, cumplían y cumplían. Nunca se señaló con el dedo a Brackley. Siempre hubo apoyo. Y creo que esa fuerza en el equipo va a seguir dándonos una cultura sólida de no culpar a nadie".

Pero Mercedes no se ha quedado corta únicamente con el coche. Hubo momentos en los que sus estrategias no fueron perfectas, como en Austin, cuando el equipo regaló a Max Verstappen el 'undercut' porque pensó que no estaba compitiendo con él. Y luego admitió abiertamente que las paradas en boxes fueron una debilidad hasta el año pasado.

"Nos hemos quedado cortos en componentes clave y en rendimiento", reconoció Wolff. "No es sólo el comportamiento del coche, sino también, si miras los pitstops, han sido muy oscilantes. Pero no tiene nada que ver con los mecánicos. Hacen un trabajo brillante. Creo que nuestro equipo no estaba a la altura de los niveles necesarios, algo que estamos solucionando".

"Nuestro DRS no funciona como debería. Hemos puesto unos pontones anchos en un coche que nunca fue diseñado para tenerlos. Tuvimos algún error estratégico. Podríamos haber cubierto a Verstappen en Austin, y habríamos estado muy cerca de ganar. Son cosas que pasan. Cuando la mierda golpea el ventilador, vuela hacia ti. Sólo tienes que creer en nuestra organización. Los días que perdemos son los días en los que aprendemos más, y profundizas".

Lo que quizás no ha sido tan obvio en los dos años decepcionantes de Mercedes es que, en realidad, ha habido factores totalmente diferentes en la pomada. Así, mientras que en la pista los resultados han sido bastante similares, el contraste dentro de la fábrica ha sido notable.

Cuando se le preguntó si 2023 había sido una campaña diferente a la anterior, Wolff lo tuvo claro: "Sí, porque cuando empezamos lo hicimos con un cierto grado de euforia en 2022, porque estábamos emocionados de haber apostado por un diseño de coche extravagante, con tener la estructura de impacto lateral en un punto diferente a todos los demás y sin pontones".

"Tuvimos una curva de desarrollo aerodinámico realmente buena con un coche muy bajo. Habíamos ganado el Mundial de Constructores unos meses antes, y disputamos el de Pilotos hasta la última carrera. Y entonces, ¡pum! De repente, con todas las cosas que pensabas que estaban en su sitio en el equipo para de alguna manera garantizar que estarías luchando por las victorias en las carreras y en el campeonato, te encuentras en una situación en la que no sólo no lo estás haciendo, sino que los más listos no entienden en qué se equivocaron", detalló.

"En 2023, sabíamos que había ingredientes en el coche que eran positivos, que fuimos capaces de marcar para el final de la temporada 2022. Y luego volvieron problemas diferentes. El pensamiento era, de nuevo, grandes personas, una gran infraestructura, todos los recursos que se necesitan, la mentalidad correcta... Pero, tal vez porque queríamos cumplir con el reglamento financiero, John Owen estaba más involucrado en asegurarse de que la parte contable estaba funcionando que en el diseño de un coche".

"Así que, en pocas palabras, nos equivocamos en la física. Es un coche de efecto suelo. Nuestras herramientas no funcionaron tan bien como lo hicieron para todos los demás reglamentos técnicos anteriores. Física. Nada místico", continuó.

"Hay que reconocer que todos los datos y todo el equipamiento en los que habías confiado anteriormente no se correlacionaban con lo que el coche hacía en pista. Ese ha sido el tema. Así que ahora estamos, básicamente, poniendo en este coche que estamos haciendo todo lo que potencialmente podría cambiar [la mala racha]". 

Está claro que Mercedes siente que ha "cavado hondo" para llegar al fondo de todos los problemas que culminaron con un coche que no estaba a la altura de los Red Bull. Y basándose en los primeros datos del simulador de los que tanto Wolff como el director técnico, James Allison, han hablado recientemente, hay algunas señales optimistas sobre lo que podría ser posible en este 2024.

Pero como dijo Allison unas semanas después de renovar su contrato, un diseñador de Fórmula 1 tendría que estar "psicótico" para estar totalmente seguro de haber creado un ganador a estas alturas del año. Wolff ha hablado a menudo de ser el tipo de hombre del vaso medio vacío, que nunca es demasiado optimista sobre las cosas.

¿Y si la fase de aprendizaje de Mercedes no ha terminado y el equipo se enfrenta a nuevos retos que le impiden recuperarse? "No quiero pensar en ello, porque creo que necesitamos todo el positivismo y entusiasmo para salir con un producto que funcione. Si no funciona, nos encargaremos de ello", finalizó sonriente Wolff.

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