El 'héroe' chino que mantuvo con vida el Dakar 2024 de Loeb

Yanbu-. La penúltima etapa del Rally Dakar 2024 iba a ser una de las más decisivas de la carrera, puesto que todos los pilotos estaban atentos a los posibles pinchazos y problemas mecánicos que podrían producirse en los 420 kilómetros cronometrados. A pesar de que la organización recortó en 60 kilómetros la especial, los vehículos que salieron a rodar, temían ese 19% del total del camino con piedras.

Y precisamente una de esas rocas fue la que dejó en jaque las opciones de conseguir su primer trofeo Touareg a Sébastien Loeb, puesto que, según informó el equipo del piloto galo, tras una compresión de un salto, recibió daños en el triángulo delantero izquierdo. Dirección de carrera informó que todo ocurrió en el kilómetro 132, en el que el nueve veces campeón del WRC se quedó detenido y esperando a las asistencias, las cuales todavía no habían tomado parte en la especial.

Aunque se creía en un principio que debería abandonar de manera definitiva la etapa, con lo que quedaría fuera de la clasificación y así unirse al 'Dakar Experience' un día después para acabar el recorrido, el francés esperó a que alguien le atendiese, y fue un coche idéntico al suyo el que acudió al rescate. Se trataba del chino Yungang Zi, con uno de los Hunter del equipo de la misma nacionalidad, el YunXiang, quien se ofreció a prestar ayuda al mito de los rallies para que continuase.

De la provincia septentrional de Shanxi, y con 43 años, fue clave para que Sébastien Loeb continuase en la carrera más dura del mundo, y lo más curioso de la historia es que estuvo cerca de no haber participado, puesto que fue un problema de salud de su hermano Rong el que le acabó dando el volante del coche de Prodrive.

Después de que consiguiera reemprender la marcha, tras perder cerca de una hora y cuarto, el del Bahrain Raid Xtreme siguió para intentar recuperar algo de tiempo y tener posibilidades de entrar en el podio, puesto que Lucas Moraes llegaba por delante en la última referencia por la que pasaron, y Guillaume de Mevius se aproximaba desde el cuarto escalón.

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