Mercedes cree que no podrán configurar su F1 a tiempo en Imola

El Gran Premio de Emilia Romagna será la cuarta cita de la emocionante temporada 2022 de Fórmula 1, en la que Ferrari y Red Bull se han erigido como los principales candidatos a llevarse los títulos de pilotos y constructores a final de año.

Tanto italianos como austriacos han demostrado tener monoplazas capaces de ir rápidos en cualquier tipo de trazados y condiciones. Las largas rectas y fuertes puntos de frenada de Bahrein y las curvas de alta velocidad de Arabia Saudí y Australia son la confirmación de lo bien que funcionan el F1-75 y el RB18.

Sin embargo, el equipo que se ha paseado a su gusto durante toda la era híbrida hasta el cambio radical de reglas, Mercedes, ha experimentado muchos problemas en su revolucionario W13, el cual acusa en exceso el efecto porpoising.

El rebote del monoplaza de los alemanes ha hecho que sus pilotos, Lewis Hamilton y George Russell, tengan que conformarse con el que, en un principio, es el tercer coche de la parrilla, aunque más cerca de la zona media que de los líderes.

En Imola tendrán una nueva oportunidad para aprovechar los fallos de Ferrari y Red Bull para sumar, al menos, un podio y minimizar los daños hasta que llegan las soluciones a sus problemas, pero en la escudería son conscientes de que será todo un desafío.

El formato sprint del fin de semana, con una sola sesión de entrenamientos libres de una hora el viernes, hará que los conjuntos trabajen a contrarreloj de cara a la clasificación, que se disputa esa misma tarde y en la que se entra en parque cerrado (o parc fermé). Esto hace que nadie pueda cambiar la configuración de su monoplaza, arrastrando dificultades si se selecciona algo que no funciona.

"El principal problema para los equipos en Imola será que solo dispondrán de una hora para poner a punto sus coches antes de la clasificación, la carrera sprint del sábado y el domingo", dijo el jefe de ingenieros de Mercedes, Andrew Shovlin.

El miembro de la escudería ocho veces campeona del mundo indicó la complejidad que resulta afrontar un fin de semana diferente al resto: "No es fácil, todavía estamos en la fase de aprendizaje de los nuevos coches, y de cómo hacer entrar a los neumáticos en la ventana correcta de funcionamiento".

"Por eso, el fin de semana de Imola parece muy difícil", continuó. "Si podemos conseguir la configuración, entonces esperamos tener un buen resultado, pero si en la pista el piloto ve que es complicado controlar el coche, significará un fracaso total".

El Gran Premio de Emilia Romagna será el primero de los tres con este formato, el cual se ha renovado para otorgar una mayor recompensa a quienes más riesgos tomen. La carrera al sprint del sábado marcará las posiciones de salida de la cita del domingo, pero también hará que el ganador sume 8 valiosos puntos, en lugar de los 3 de la pasada campaña.

El resto de clasificados hasta la octava plaza podrán saborear los puntos, ya que se ha pasado de que solo los tres primeros sumen a que hasta ocho pilotos sientan que hay una recompensa.