Viñales: "Cuando llego a un circuito, las sensaciones que me salen son de otra moto"
Maverick Viñales reconoce que la adaptación a la Aprilia le está llevando más trabajo del inicialmente previsto, y afirma que cuando llega a un circuito debe resetear porque le afloran las sensaciones que tenía con la Yamaha.
Tras aquella traumática salida de la marca de los diapasones el pasado año, con el campeonato a medio calendario, el español disputó los últimos cinco grandes premios con Aprilia, para ganar tiempo con vistas a este 2022. Sobre el papel, esta temporada tenía que ser la de la explosión del corredor de Roses (Girona) con la fábrica de Noale. Sin embargo, Maverick Viñales solo acumula cuatro puntos en las dos carreras celebradas hasta el momento, con la 12ª plaza conseguida en Losail como mejor resultado.
El catalán había diseñado una hoja de ruta en la que, a estas alturas de la película, debía estar absolutamente acoplado a la RS-GP. No obstante, probablemente subestimó la gran diferencia entre este prototipo y la Yamaha M1 que condujo durante un lustro (2017-2021), y eso le está pasando factura.
Viñales sigue sin encontrarse para nada a gusto encima de una moto con unas características muy distintas a aquello que estaba habituado. Y cambiar el chip no le está siendo nada sencillo. No lo es en un fin de semana de gran premio por la falta de tiempo y menos lo será esta vez en Argentina, donde la actividad en pista se ha visto reducida a dos jornadas (sábado y domingo), por problemas logísticos con los aviones de transporte de todo el material.
"Aquí continuaremos con nuestro plan. La adaptación a la Aprilia está yendo bien. Reducir la diferencia respecto de los primeros requiere tiempo. Soy positivo después del warm up en Mandalika, a pesar de que la 16ª posición no es la que queríamos. Tengo muchas ganas de ver si aquello que encontramos en el warm up funciona aquí ya de entrada. Si eso pasa, significará que dimos un gran paso hacia adelante", resumió el #12.
En la cita inaugural, en Qatar, finalizó a 23 segundos del ganador (Enea Bastianini), y a 21 de Aleix Espargaró, su compañero de equipo, que concluyó el cuarto.
En Lombok, hace dos semanas, finalizó a 37 segundos del primero (Miguel Oliveira) y a cinco de su vecino de taller, en una prueba marcada por las dificultades que plantearon, tanto la lluvia como el deficiente estado del asfalto.
Para Viñales, la clave para dar el paso adelante que ya debía haber dado radica en las sensaciones que le emergen cuando llega a un trazado en el que todavía no ha salido a rodar con la Aprilia.
"Cuando llego aún circuito me cuesta adaptarme, porque mis recuerdos en él son con una moto muy distinta. Por ejemplo, en el ensayo [de pretemporada] en Sepang, tuve tres o cuatro días para hacerme a las sensaciones de la Aprilia. Pero después, llegamos a Qatar y allí me volvieron las que tenía con la Yamaha. Para mí es complicado", prosigue el campeón del mundo de Moto3 (2013), quien, a pesar de todo lo anterior, se muestra convencido de poder cumplir con el objetivo que él mismo se marcó al firmar por la estructura italiana: "No estamos preocupado por la falta de competitividad, porque sabemos que podemos ser rápidos. Estoy convencido de que si seguimos trabajando los resultados llegarán".
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