Jorge Lorenzo compara su labor con Viñales a la de Rocky y Apollo Creed

Se venía rumoreando desde hacía semanas, y tras el test de Valencia posterior al cierre de la temporada 2025 de MotoGP tuvimos la confirmación: Jorge Lorenzo y Maverick Viñales trabajarán juntos, codo a codo, a partir de 2026, aunque lo cierto es que lo están haciendo ya.

El corredor de Roses ha sido uno de los nombres propios del curso que acabamos de dejar atrás, por su fantástica adaptación a la KTM, solamente frenado por su desafortunada lesión en Sachsenring, en el hombro. Pero el de Tech3 quiere más, y se ha puesto en manos del cinco veces campeón del mundo. Lorenzo cumplirá una labor de 'coach', para intentar que Viñales siga mejorando en su camino a las victorias, y quién sabe si a los títulos.

Tras el anuncio, tanto Lorenzo como Viñales han aparecido juntos en el podcast del primero, 'Dura la Vita'. El #99 aprovechó para explicar cuál será su labor con el gerundense: "A ver si le hacemos, no sé si campeón, pero quiero que gane muchas carreras y haga muchos podios. Yo resido en Dubai, no podré ir a todas las carreras. Pero a las primeras y a los test es muy importante. Vamos a ver cómo puedo ayudarle, sobre todo a nivel técnico", empezó diciendo.

"Con Maverick, coincidimos en la pista bastante, porque él llegó a MotoGP en 2015, y yo me retiré en 2019. Cuatro años como rivales. A veces hubo alguna tensión, como en Montmeló 2019, que estuvimos a punto de matarnos [Lorenzo hizo un 'strike' a varios pilotos, uno de ellos Viñales], si no llega a haber cámaras... Pero fue uno de los cinco o seis rivales más fuertes que yo tenía, sobre todo cuando pasó a Yamaha. Después del test de Sepang, daba miedo". 

"Porque, a nivel de talento, Maverick siempre ha sido como los cuatro o cinco magníficos, yo lo compararía [con ellos], a nivel de velocidad pura no tiene nada que envidiar. Quizás Casey Stoner es el único que tiene algo más, o algo especial, en cuanto a talento puro. Pero no tiene nada que envidiar a Valentino Rossi, Dani Pedrosa, o incluso a Marc Márquez o a mí. Siempre le digo que, si pilotos con menos talento y velocidad natural han conseguido pelear por mundiales, ¿por qué no lo puede hacer él?", siguió.

Jorge Lorenzo

Lorenzo reveló que Viñales y él llevan hablando sobre trabajar juntos desde 2024, por más que los rumores saltaran hace poco más de un mes: "De esta colaboración ya se empezó a hablar hace un año, un poco más, cuando todavía estaba en Aprilia. Por A o por B, no cuajó. Pero las cosas llegan cuando tienen que llegar, y ahora se han dado las condiciones para hacerlo posible. Maverick va a cumplir 31 años, que no son pocos, pero tampoco es una edad donde empieces a bajar a nivel físico. Creo que es la edad perfecta, está muy maduro, muy receptivo, con mucha hambre. Me escucha en todo lo que le digo, me hace caso en casi todo, en meditación le cuesta un poco más... Hay que trabajar en ello, como hacía Phil Jackson con los Chicago Bulls".

"Yo creo que son cuatro pilares de rendimiento en la moto, por importancia: la velocidad, la moto, que a veces no se puede controlar y que tienes que intentar que sea lo más natural para ti; el aspecto físico y el aspecto mental. Son los únicos que hacen falta para ir rápido y ganar, y hay que trabajarlos todos. Desde mi punto de vista, desde mi experiencia, sumado a su increíble talento y velocidad, si hacemos las cosas bien, los resultados saldrán por sí solos", prosiguió el tricampeón de MotoGP sobre su nueva labor.

Lorenzo destacó el gran estado en el que está Viñales como para atreverse a afrontar algo así: "Maverick está en un momento súper zen, y eso se nota. Ahora reconoce que errores del pasado ahora mismo no los hubiese hecho, y saber tener paciencia y que la sangre caliente te haga cometer errores también es muy importante. El aspecto mental también son las decisiones, encima de la moto pero también fuera".

El #99 tiene clara su comparación para ilustrar lo que será su dúo con el #12, que este año estuvo cerca de ganar en Qatar, aunque acabó siendo sancionado: "Siempre comparo esta situación con la película de 'Rocky', con Apollo Creed y con Rocky. Porque al final, eso es una película, hay fantasía, pero eso es el deporte, la vida. El deportista, cuando consigue cosas importantes, fama, dinero... Le empieza a entrar el miedo, y se empieza a acomodar".

Maverick Viñales, Red Bull KTM Tech 3

Foto de: Gold and Goose Photography / LAT Images / via Getty Images

"Apollo Creed, que era más grande que Rocky cuando se retiró, como es el caso, le propuso entrenar juntos porque había perdido la 'mirada del tigre'. En eso sí que no es el caso con Maverick. Pero sí hay una similitud: Creed y Rocky estaban en el sofá, viendo en la televisión a Mr. T, que estaba hablando de más, y ellos decían, 'vosotros hablad, que nosotros ya llegaremos'. Hay personas que también dicen que vamos a aguantar cuatro días, y yo digo, 'vosotros hablad, que el bicho va a llegar'", continuó.

En cuanto a lo que ya ha hecho, Lorenzo dio algunas pistas más: "En Valencia pude hacer poco, porque todo era secretismo. Le di consejos en general. Ya en el circuito de Aspar hemos podido trabajar más los detalles técnicos, y mentales, la meditación y todo esto. Creo que Maverick es el mejor alumno que puedo tener, porque tiene esa humildad. Y tiene claro que me tiene que escuchar, y probar las cosas. Algunas no funcionarán, yo lo veré y se lo diré. Pero creo que muy pocos pilotos de MotoGP tienen este momento zen, de humildad, de decir que, si la cosa va bien, no se llevará todo el protagonismo. Porque los pilotos de MotoGP tenemos un ego muy grande".

Por su parte, Viñales se sinceró a la hora de explicar por qué ha dado este paso con uno de los pilotos referencia de la historia de la clase reina: "El talento y la velocidad me han salvado de todas las situaciones, de salir hacia delante siempre. Pero si quiero ir a luchar con nombres grandes, tengo que pulir todos los detalles. Durante mi carrera he entendido que un piloto muy técnico que me puede ayudar en eso y en esa mentalidad es Jorge".

"Yo, obviamente, ahora soy un alumno. Ya hemos empezado a trabajar. El hambre que tengo por ganar es inconmensurable; cada detalle cuenta, y cada día cuenta. Y si esto lo hubiera querido hacer hace dos años, para mí era imposible. No podía dejar a mi mujer sola. Ahora, sé que lo puedo hacer, y estoy decidido", cerró.

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