Opinión | La FIA se arriesga a seguir el camino preocupante de la FIFA
A medida que la FIA actualiza su código deportivo para restringir las declaraciones políticas en todas sus categorías, existe el riesgo de que sigan el camino que la FIFA tomó durante el Mundial de Qatar.
El hecho de que la FIA haya actualizado su Código Deportivo Internacional y restringirá las opiniones y declaraciones "políticas" en la Fórmula 1 y otras categorías ha sido recibida, con razón, con bastante decepción.
La confirmación ha llegado tras muchas semanas de debate sobre la actitud de la FIFA a lo largo del Mundial de Fútbol de Qatar en cuanto a las cuestiones sociales, prefiriendo "ceñirse al fútbol" sin prestar demasiada atención a las polémicas que rodearon al torneo.
Hasta ahora, en la Fórmula 1 nunca había existido una norma que limitase a los pilotos a la hora de hablar públicamente sobre temas que consideraren importantes, lo único establecido era que debían cumplir los estatutos de la FIA, con un amplio alcance. Pero con unas limitaciones que son mucho más específicas como las de ahora, la FIA parece estar siguiendo el camino de la FIFA, totalmente en contra de las últimas iniciativas de cambio de la máxima categoría.
La mayor polémica en torno al Mundial de Fútbol ha estado relacionada con el hecho de que Qatar haya sido el país anfitrión, dado su historial con los derechos humanos, los "abusos laborales" a los trabajadores inmigrantes y el hecho de que la homosexualidad sea un delito penal.
Eso hizo que muchos protestasen, incluso la mayoría de selecciones iban a llevar un brazalete con una bandera arco iris, pero la FIFA lo prohibió con amenazas deportivas y de cobertura televisiva. La magnitud del acontecimiento hizo que fuese imposible ceñirse simplemente al Fútbol, como deseaban quienes pretenden ocultar bajo la alfombra todos esos problemas.
La FIFA, el organismo rector del Fútbol, prohibió todo tipo de declaraciones políticas que los equipos pretendían hacer, como el ya mencionado brazalete de capitán "OneLove". Pero eso no impidió que algunos de los protagonistas se pronunciaran.
Antes de su primer partido, contra Japón, los jugadores de la selección alemana posaron en la foto previa al encuentro con la boca tapada, transmitiendo el claro mensaje de que "la FIFA nos está silenciando", según reconoció el seleccionador Hansi Flick.
El analista de la BBC, Alex Scott, llevó el famoso brazalete durante la cobertura del partido de Inglaterra contra Irán, mientras que el Ministro de Deportes del Reino Unido, Stuart Andrew, también lo lució en las gradas en el encuentro ante Gales. No obstante, la FIFA y Qatar consiguieron su gran objetivo, es decir, que los jugadores no llevaran el brazalete, una medida que fue recibida con decepción por un gran grupos de aficionados, fuesen LGBTQ+ o no.
A raíz de esa decisión, muchos seguidores de la F1 señalaron el ejemplo dado por Lewis Hamilton en la carrera del año pasado en Qatar. El piloto británico subió a su coche con un casco con la bandera "Progress Pride" en la parte superior y mantuvo ese diseño para las dos últimas rondas en Arabia Saudí y Abu Dhabi, países que también tienen leyes duras y antiguas contra el colectivo LGBTQ+.
"Es importante para mí representar a esa comunidad aquí, porque sé que hay situaciones que no son perfectas y hay que darle visibilidad", dijo Hamilton sobre su casco en Qatar el año pasado.
"Espero que alguien tienda la mano, me encantaría saber qué está pasando y qué están haciendo aquí para ayudar más a esa comunidad, la comunidad LGBTQ+. Espero saberlo".
Hamilton y Sebastian Vettel han sido con diferencia los dos pilotos de F1 que más gestos y palabras han dedicado a las causas sociales más minoritarias en los últimos años. Lideraron el movimiento Black Lives Matter en 2020, mientras que el alemán también lució una camiseta con el mensaje "Same Love" en el Gran Premio de Hungría del año pasado en respuesta a las leyes anti-LGBTQ propuestas en ese país. Son sólo un par de ejemplos en los que uno u otro se ha pronunciado enviando importantes mensajes que van mucho más allá de las carreras.
Sin embargo, después de darse a conocer el cambio en el reglamento para prohibir las declaraciones "políticas, religiosas o personales" sin pedir permiso a nadie, existe el riesgo de que los pilotos ya no controlen todo lo que puedan o no decir.
No ha habido ninguna acción directa en respuesta a los mensajes que compartían Hamilton y Vettel por parte de la F1 o de la FIA. El británico se enfrentó a una posible infracción de las normas del podio en Mugello de 2020 por llevar una camiseta en la que se leía 'Arresten a los policías que mataron a Breonna Taylor', mientras que Vettel recibió una reprimenda por llevar el mensaje de 'Same Love' en la camiseta durante la ceremonia previa a la carrera en la parrilla de Hungría.
En el Mundial de Fútbol de Qatar, la razón para que la FIFA amenazara con una sanción durante el partido, como una tarjeta amarilla a los jugadores que llevaran el brazalete "OneLove" estaba incluida en las famosas "leyes del juego" del fútbol, que establecen:
"La equipación obligatoria no debe tener lemas, declaraciones o imágenes políticas, religiosas o personales. El jugador que lleve una equipación con lemas, declaraciones o imágenes políticas, religiosas o personales será sancionado por el organizador de la competición o por la FIFA".
Hasta ahora, según el reglamento de la FIA para la F1, no existía el mismo tipo de "regla". Cuando la camiseta de Hamilton en Mugello llamó la atención de los comisarios, el director de carrera, Michael Masi, recordó a los pilotos en las notas previas a la carrera que la FIA "apoya cualquier forma de expresión de acuerdo con los principios fundamentales de sus estatutos", que establecen que el organismo rector es neutral en todo lo que hace.
"La FIA prohíbe las discriminaciones por motivos de raza, color de piel, sexo, orientación sexual, origen étnico o social, lengua, religión, opinión filosófica o política, situación familiar o discapacidad en cualquier momento de sus actividades y puede emprender acciones al respecto", explican los estatutos. También establece que la FIA "se centrará en los grupos infrarrepresentados para lograr un mayor equilibrio de género y raza, así como crear una cultura más diversa e integradora".
Pero ahora que se han actualizado las normas, los pilotos tienen prohibido "hacer declaraciones o comentarios políticos, religiosos y personales que violen el principio general de neutralidad promovido por la FIA en virtud de sus Estatutos", a menos que se conceda un permiso previo, por lo que el riesgo de que esos mensajes que habíamos visto en el pasado ya no se repitan es ahora mucho mayor.
Un portavoz de la FIA afirmó que la actualización del ISC estaba "en consonancia con la neutralidad política del Deporte como principio ético fundamental universal del Movimiento Olímpico, consagrado en el Código Ético del Comité Olímpico Internacional (COI), junto con el principio de universalidad establecido en el artículo 1.2". Se trata de una formalización del proceso, y aunque es posible que haya existido un diálogo entre la FIA y los pilotos al respecto, la actualización limita la libertad de expresión de los pilotos mucho más que en el pasado al registrarlo en el CDI.
Es una medida preocupante, ya que apunta directamente al deseo de limitar a los pilotos a ser exactamente eso: pilotos. Son superestrellas con acceso a plataformas que les permiten hablar y dar visibilidad a temas importantes, para dar voz a aquellos que de normal no son escuchados. También va en contra de la idea de cambiar la mentalidad de los países en los que compite la F1, donde los derechos humanos son un tema realmente importante, como por ejemplo Qatar, que vuelve al calendario en 2023.
En Abu Dhabi, el jefe de Mercedes, Toto Wolff, se mostró convencido de que la máxima categoría del automovilismo puede contribuir a un cambio dándole voz y visibilidad a los problemas. "Esto puede desencadenar el cambio, porque esas cosas ya no se pueden ocultar. Podemos intentar, allí donde vayamos, interactuar con los dirigentes y no escondernos. No podemos si no estamos allí".
Pero los pilotos también son una parte clave en este sentido. Son a quienes los aficionados siguen y escuchan de verdad, a quienes quieren ver defender lo que creen que es correcto. No podemos limitarnos a visitar estos países, cobrar y seguir por nuestro camino, fingiendo que no hay trabajo por hacer o cambios que apoyar. Los valores pueden diferir de una cultura a otra, pero muchos de ellos son derechos humanos básicos que hay que defender y proteger, vayamos donde vayamos.
Habrá que estar atentos a la aplicación de la nueva normativa de la FIA cuando comience el curso: si limita a los pilotos, a qué posibles sanciones podrían enfrentarse y si estarían dispuestos a correr ese riesgo y aceptarlas. Cuando la camiseta de Vettel con el mensaje de "Same Love" en Hungría fue investigada por una infracción de procedimiento, el piloto alemán dijo: "Estoy contento si me descalifican. Pueden hacer lo que quieran. No me importa. Lo volvería a hacer".
Es posible que la Fórmula 1 quiera ser progresista en el futuro, centrándose en cuestiones como la sostenibilidad y una mayor diversidad. Pero para la FIA, tener por escrito en las reglas algo que afecta a la capacidad de hacer declaraciones sobre temas importantes, si se aplica de forma totalmente estricta, no se alineará con ese impulso progresista.
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