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Análisis

Un genio de 76 años de la era Schumacher, al rescate de Ferrari

Mattia Binotto rediseñó la estructura técnica del Departamento de Carreras de Ferrari, confiando la responsabilidad a Enrico Cardile, que fue el coordinador del proyecto SF1000. El jefe de Desarrollo de Rendimiento contará con la experiencia del sudafricano Rory Byrne, que ha trabajado con los del Cavallino Rampante desde 1997.

Rory Byrne

Foto de: XPB Images

Lo que anunció Ferrari el miércoles se trata, como se dice en política, de una reorganización y nada más... de momento. El cambio en el organigrama de la Scuderia usa las caras habituales pero dándoles papeles diferentes. Mattia Binotto ha confiado la responsabilidad técnica a Enrico Cardile, que ahora dirigirá una nueva área llamada departamento de desarrollo de rendimiento, donde harán uso de la experiencia de Rory Byrne con la presencia de un técnico capacitado como David Sánchez.

El departamento de desarrollo del rendimiento será el punto central para encontrar el ritmo perdido del SF1000, en el que los jefes de las distintas áreas técnicas trabajarán a su alrededor, como es el caso de Enrico Gualtieri, jefe de unidad de potencia, Laurent Mekies, director deportivo y jefe de actividades de pista, y Simone Resta, jefe del área de ingeniería de chasis.

La estructura, por lo tanto, pierde la organización horizontal (en la que era más fácil descargar responsabilidades, según un viejo hábito arraigado durante décadas en Maranello), creando una cumbre de la que tendrán que partir las propuestas para recuperar el terreno perdido ante Mercedes.

Binotto comprendió que el sistema matricial no funcionaba y que era necesario compartir de forma más abierta los datos del coche, aunque existía el temor de que la circulación de la información supusiera la fuga de datos confidenciales, como sucedió el año pasado cuando Red Bull contaba con una lista muy detallada de los sistemas utilizados en Maranello para inhibir el funcionamiento del medidor de flujo.

En Ferrari, por lo tanto, se centraron en la estabilidad, confiando en Binotto que, entre otras cosas, debe completar con Louis Camilleri la firma del nuevo Pacto de la Concordia, el documento que compromete a la Scuderia a correr en la F1 en los próximos cinco años.

En 2019, ellos dos lograron rascar a Liberty Media el 38% de las primas fijas, un porcentaje realmente exorbitante de las ganancias y que provocó protestas de los demás equipos.

La escudería logró monetizar lo que es su valor histórico dentro de la categoría, obteniendo una victoria muy importante antes de recibir un revés con el límite de gastos, la congelación de los monoplazas de 2020 y el retraso de las reglas de 2021 hasta 2022.

Por lo tanto, la Scuderia no tiene la intención de buscar en el mercado técnicos líderes: le corresponde a Cardile volver a poner orden en los departamentos y reforzar las zonas débiles con contrataciones desde el exterior en las segundas líneas, pero en este momento de crisis hay un aspecto que no hay que descuidar en absoluto: la revalorización de Rory Byrne.

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El técnico sudafricano de 76 años es un asesor de lujo del Cavallino Rampante que trabaja con Ferrari desde 1997: diseñó los monoplazas ganadores de la era dorada de Michael Schumacher después de ganar dos mundiales con Benetton. Un ingeniero muy creativo, que ha adquirido una enorme riqueza de experiencia que, quizás, las nuevas generaciones de técnicos no han aprovechado como deberían con la presunción de considerarlo algo superfluo.

En realidad, Rory, especialmente en esta terrible fase, puede ser un recurso extremadamente valioso, capaz de evitar errores que un hombre experimentado y con memoria histórica nunca cometería. Si Cardile no lo ve como un estorbo, se podría encontrar con un gran aliado en un camino que estará lleno de dificultades.

Con los monoplazas de 2020 congelados, Byrne puede ser la clave para encontrar el camino para desarrollar el SF1000 de cara a la próxima temporada, mientras que en el Departamento de Carreras comenzarán a definir el monoplaza de 2022, que llegará con el gran cambio en la Fórmula 1.

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