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Análisis

El club del 2%: ¿se ha producido un cambio de poder oculto en Red Bull?

Trasfondo del pulso de poder: un fideicomiso suizo adquiere el 2% de Red Bull y, poco después, Christian Horner deja de ser jefe de equipo. ¿Casualidad?

Horner

Desde que el miércoles se anunció que Christian Horner deja de ser, con efecto inmediato, jefe de equipo de Red Bull Racing en la Fórmula 1, la compañía Red Bull está en el centro del interés público. Han aparecido documentos que varios medios interpretan como indicios de que el equilibrio de poder dentro del grupo ha cambiado en las últimas semanas.

Concretamente, se trata de inscripciones en el registro mercantil austríaco, fechadas el 28 y 31 de mayo de 2025. El primer documento es una solicitud de autorización, y el segundo, la confirmación de su ejecución. El asunto: la transferencia del 2% de las participaciones de Red Bull GmbH de Chalerm Yoovidhya al fideicomiso suizo Fides Trustees SA, con sede en Ginebra.

Conviene recordar: cuando Dietrich Mateschitz descubrió en 1982 en el sudeste asiático la bebida Krating Daeng y se le ocurrió lanzarla en Europa como bebida energética bajo el nombre de Red Bull, fundó la Red Bull GmbH junto al propietario de Krating Daeng, el empresario tailandés Chaleo Yoovidhya.

En la fundación, tanto Yoovidhya como Mateschitz obtuvieron el 49% de la sociedad. El 2% restante fue para Chalerm Yoovidhya, hijo de Chaleo. A la muerte de Chaleo en 2012, sus participaciones pasaron a su familia, y de facto fueron representadas por Chalerm, su hijo mayor.

Aunque la parte tailandesa controlaba el 51% y, por tanto, la mayoría, Mateschitz pudo actuar durante su vida con libertad total. Como director único nombrado, tenía el control absoluto del grupo Red Bull.

Esto cambió con su muerte en octubre de 2022. Aunque su 49% pasó a su hijo Mark, no ocurrió lo mismo con el poder operativo para gestionar la empresa como director único. Se nombraron tres nuevos directores generales: Alexander Kirchmayr, Oliver Mintzlaff y Franz Watzlawick. A nivel de accionariado, la última palabra ya no la tenía Mateschitz, sino Yoovidhya.

La gran pregunta: ¿Quién controla ese 2%?

Que Chalerm Yoovidhya haya transferido ahora su 2% de participaciones a una sociedad fiduciaria suiza ha despertado la imaginación de diversos medios en relación con la destitución de Horner. La plataforma austríaca oe24, basándose en una nota de la agencia APA, afirma incluso que ese es "el verdadero motivo de la salida de Horner de Red Bull".

Es una especulación basada en la suposición de que Yoovidhya también ha cedido el control con ese 2%. Pero en las investigaciones de Motorsport-Total.com no se ha podido confirmar que esto sea así.

La Red Bull GmbH ha declarado, al ser consultada, que no desea comentar "decisiones internas empresariales o familiares", y sobre la transacción entre Yoovidhya y Fides solo dice: "Una solución fiduciaria como esta es habitual para garantizar la continuidad a largo plazo en empresas grandes y exitosas".

El objeto social de Fides, según el registro mercantil, incluye la fundación y gestión de sociedades, fideicomisos y estructuras similares. La empresa se presenta como una "boutique independiente, de propiedad familiar, que presta servicios fiduciarios, inmobiliarios y de asesoría familiar a clientes privados internacionales de alto patrimonio".

El presidente del consejo de administración de Fides es un hombre llamado Martin Christopher Bowen. No se sabe si Bowen tenía vínculos anteriores con las familias Yoovidhya o Mateschitz. Lo que sí parece claro es que Fides es un family office suizo clásico que gestiona el patrimonio de familias muy adineradas.

Quién ejerce realmente el control sobre ese 2% ahora en manos de Fides es algo que se desconoce. Red Bull GmbH no se pronuncia al respecto. Pero dado el comunicado en el que se menciona la "continuidad", es plausible que Fides actúe en nombre de Yoovidhya y que, por tanto, no haya habido ningún cambio real en el equilibrio de poder dentro del grupo.

El sueldo anual de Horner: en 2023 fue de 24 millones de euros

Una mirada al registro mercantil británico Companies House también revela datos interesantes. El imperio Red Bull en Milton Keynes incluye seis empresas: el equipo de F1 Red Bull Racing, la división de desarrollo técnico Red Bull Technology y la nueva fábrica de motores Red Bull Powertrains.

A estas se suman Red Bull Powertrains 2026 (cuyo papel exacto respecto a la anterior no queda claro desde fuera), Red Bull Advanced Technologies y Red Bull Advanced Services. En las seis empresas, Horner figura como uno de los directores. Su nombre aparece siempre en primer lugar en los documentos oficiales.

La legislación británica obliga a hacer públicos los ingresos del director mejor pagado de cada empresa. No se especifica quién es, pero en el sector se da por hecho que es Horner. El director mejor pagado cobró en 2023: 7,0 millones de libras en Red Bull Racing, 9,6 millones en Red Bull Technology, y 4,0 millones en Red Bull Advanced Technologies.

En las otras tres empresas solo figura esta nota: "La remuneración de los directores fue pagada por otras sociedades del grupo, y la parte correspondiente a esta entidad es irrelevante".

En otras palabras, si se parte de la base de que Horner fue el mejor pagado en cada una de ellas, su salario total en 2023 fue de unos 23,9 millones de euros. Lo que sugiere que despedirle antes de 2030, cuando supuestamente expiraba su contrato, podría salirle muy caro a Red Bull.

¿Cuál es ahora la situación de Horner en Red Bull?

Es importante entender: según el comunicado de Red Bull GmbH del 9 de julio, Horner fue “liberado de sus funciones operativas”. En su discurso de despedida al personal en Milton Keynes, dijo: “Seguiré empleado en la empresa, pero el relevo operativo ya se ha producido”.

Sin embargo, Motorsport-Total.com ha sabido que no está previsto que Horner continúe en el grupo. No obstante, seguirá por ahora en nómina con salario completo, hasta que se alcance un acuerdo para la rescisión de todos sus contratos, lo que probablemente incluirá una indemnización multimillonaria que ahora está siendo negociada.

¿Qué se dice sobre los motivos de su despido?

Red Bull no ha hecho pública ninguna explicación oficial sobre los motivos de la destitución. Horner, según allegados, se mostró "sorprendido" cuando se le informó el martes por la noche.

Se sabe que Horner había acumulado mucho poder internamente. Tras la muerte de Mateschitz, habría propuesto a la familia Yoovidhya asumir un rol más relevante en la estructura del grupo. En Austria se rumorea que quería una participación accionarial en el proyecto de F1 y ocupar el cargo que hoy desempeña Oliver Mintzlaff.

También se comenta que Red Bull Powertrains está menos avanzada en el desarrollo de su unidad de potencia para 2026 que Mercedes o Honda. Horner dijo recientemente a Sport Bild: "Sería arrogante pensar que ya podemos ser mejores que la competencia. Ferrari lleva en esto 75 años, Mercedes unos 25. Audi y Honda también han creado algunos de los mejores motores del mundo. Nosotros aún tenemos que ganarnos ese prestigio".

Poco después, Helmut Marko respondió en oe24: "También me sorprendí al leer eso. Internamente él dice otra cosa. Estamos en los plazos previstos con nuestro motor y creemos que no tenemos ninguna desventaja significativa".

A eso se suma el declive deportivo. Sin Max Verstappen, Red Bull sería el último equipo del Mundial de Constructores 2025, si se duplicaran los puntos del segundo coche y se eliminara a Verstappen. Un desastre para un equipo cuyo listón es mucho más alto.

Horner había convertido Milton Keynes en “su” equipo. Era el líder absoluto en Inglaterra. Eso no gustaba en Austria. Prueba de ello es que Helmut Marko fue citado el jueves por primera vez en la cuenta oficial de Red Bull Racing en X. Algo que, bajo el mandato de Horner, probablemente nunca habría ocurrido.

 

Cuando Marko hablaba públicamente, a Horner normalmente no le hacía gracia. Ese fue solo uno de los muchos motivos por los que la relación personal entre ambos se deterioró últimamente.

Especulaciones: ¿cuáles son los verdaderos motivos?

El punto clave en torno al despido de Horner en Red Bull quizá no fue tanto que el 2% de las acciones de Red Bull GmbH (al menos sobre el papel) cambiaran de propietario dentro de la familia Yoovidhya. Sino más bien que, en los últimos año y medio, fue perdiendo progresivamente el apoyo inicial que tenía desde Tailandia.

Quién controla ahora realmente ese 2% solo puede ser objeto de especulación. Lo más probable es que el clan Yoovidhya siga siendo la fuerza más poderosa dentro del grupo Red Bull. Pero: no es ningún secreto que el ala austriaca del consorcio quería deshacerse de Horner ya en 2024, cuando salió a la luz el escándalo sobre su comportamiento inapropiado hacia una empleada. Con algo de retraso, Mintzlaff y compañía han logrado imponerse en esta cuestión.

También es posible que Yoovidhya haya reconocido que la configuración vigente hasta 2022 —en la que el grupo era gestionado operativamente desde Austria y el 51% de los beneficios iba a parar a las cuentas de la familia tailandesa—, en retrospectiva, resultaba bastante cómoda. Y que ahora se está volviendo a tomar más decisiones desde Fuschl am See que en los últimos dos años y medio.

Aunque todo esto sigue siendo especulativo. Lo cierto es que Mintzlaff habló el jueves con el personal en Milton Keynes, un día después de la salida de Horner. Y según el diario Bild, adoptó un tono combativo: "El campeonato del mundo todavía no está perdido", habría dicho, entre otras cosas.

Y añadió: "Tenemos que cambiar el chip, mirar hacia adelante y mantenernos unidos. Como equipo hemos logrado grandes cosas y lo seguiremos haciendo en el futuro". Solo que ya no será bajo el liderazgo de Christian Horner, sino bajo el de Laurent Mekies, quien ha sido nombrado su sucesor.

Para Horner, estos están siendo tiempos difíciles también en lo personal. Pocos días antes de su despido como jefe de equipo, falleció de cáncer su exesposa Beverley, de quien se había separado en 2014. Horner y Beverley tenían una hija en común, y se dice que su relación había vuelto a ser amistosa en el último tiempo.

 

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