Sauber, bajo sus distintos nombres, celebrará su 600º Gran Premio de Fórmula 1 durante el fin de semana en Imola —si contamos las carreras entre 2019 y 2023 cuando compitió como Alfa Romeo. Y debemos hacerlo, ya que seguía siendo operado por Sauber Motorsport AG...

Durante ese tiempo, el equipo de Hinwil ha vivido grandes momentos y otros absolutamente desastrosos —algunos que casi lo llevan a la desaparición hace una década. Sin embargo, ha sobrevivido y se transformará en Audi la próxima temporada.

Para celebrar las 600 carreras, hemos seleccionado los momentos más importantes de Sauber. No todos son "highlights" como tal, sino una muestra representativa de su trayectoria como equipo.

GP de Sudáfrica 1993 – Lehto logra los primeros puntos tras un desastre de fiabilidad

Aunque Sauber llegó inicialmente con el plan de ser el equipo oficial de Mercedes, la frase "concept by" delante del logotipo de Mercedes-Benz en el motor ya dejaba claro que no lo era del todo. A pesar del tímido apoyo de Mercedes, Sauber causó sensación al saltar a la F1 tras años de éxito en el Mundial de Resistencia.

El C12 fue una auténtica belleza, diseñado por Harvey Postlethwaite y con una elegante decoración negra casi sin patrocinadores, lo que hacía sospechar de la salud financiera del equipo. Pero cuando los monoplazas de JJ Lehto y Karl Wendlinger salieron a pista, demostraron ser rápidos.

Ambos se colaron en el Top 10 en la parrilla de Kyalami: Lehto fue sexto y Wendlinger décimo. Tras una gran salida del austríaco (aunque ilegal) y un trompo de Damon Hill, los Sauber llegaron a rodar cuartos y quintos en la primera vuelta. Sin embargo, Lehto tuvo un problema en el sistema de control del cambio y perdió dos vueltas. Wendlinger se retiró poco después por un fallo eléctrico.

Aun así, Lehto mantuvo un gran ritmo y, gracias a las retiradas de Warwick y Berger, terminó en una meritoria quinta posición. Primeros puntos para Sauber.

GP de Italia 1995 – Frentzen logra el primer podio de Sauber

Para 1995, Sauber había consolidado su posición en la Fórmula 1. Había sumado 12 puntos en cada una de sus dos temporadas previas, aunque no evitó del todo la temida "maldición del segundo disco": Karl Wendlinger sufrió un accidente terrible en los entrenamientos de Mónaco y quedó fuera el resto del año. El austríaco volvió en 1995, pero los efectos de su accidente lo convirtieron en una sombra de sí mismo. Heinz-Harald Frentzen asumió el liderazgo, mientras Wendlinger y Sauber decidieron separarse, y Jean-Christophe Boullion estaba muy lejos del ritmo del alemán.

Sauber y Mercedes también se habían separado tras una larga asociación; Mercedes se fue con McLaren, y Sauber comenzó una relación oficial con Ford –una especie de matrimonio por conveniencia, ya que Benetton se había pasado a los motores Renault.

Frentzen llevó al primer Sauber con decoración Red Bull a una serie de resultados entre los seis primeros, comenzando con tres puntos en las tres primeras carreras. Y los puntos continuaron acumulándose, manteniendo al equipo en lucha con Ligier y Jordan por el quinto puesto –quizá incluso con McLaren por el cuarto– en el campeonato de constructores. Pero, mientras Ligier logró un podio en el GP de Bélgica con Martin Brundle y Jordan ya había conseguido un 2-3 en Montreal, Sauber aún no había pisado el podio.

No parecía que Monza fuera a ofrecer esa oportunidad, especialmente cuando Frentzen, que salía décimo, fue superado en la salida por Brundle y Eddie Irvine. Pero hubo un nivel de desgaste sorprendente entre los líderes: el polesitter Coulthard salvó el pellejo tras un trompo en la vuelta de formación que no fue sancionado, aunque luego un problema en una rueda lo eliminó de la carrera.

Damon Hill sacó de pista a Michael Schumacher cuando ambos doblaban a Taki Inoue, y luego ambos Ferrari sufrieron abandonos extraños: la cámara onboard de Jean Alesi se desprendió y destruyó la suspensión delantera izquierda de Berger, y el francés abandonó más tarde.

Esto permitió a Frentzen ganar posiciones durante la carrera, pero el piloto de Moenchengladbach también había superado a Brundle al inicio, y luego adelantó a Irvine y Mark Blundell con una parada en boxes muy bien calculada que le permitió hacer un undercut. Gracias al abandono final de Alesi, fue suficiente para lograr el tercer puesto, detrás de Johnny Herbert y Mika Hakkinen.

Gran Premio de Hungría 1997 – Herbert es el tercero en la pelea Villeneuve/Hill

Aunque Sauber perdió el apoyo oficial de Ford a manos de Stewart tras solo dos temporadas, al menos logró asegurar un contrato de motor que sobrevivió a su interregno con BMW –firmó con Ferrari para usar sus motores de 1996, bajo la marca Petronas.

Ese año, el C16 era un coche bastante competente, que Johnny Herbert llevó a una serie de buenos resultados –el británico se clasificó entre los ocho primeros en cuatro de las cinco primeras carreras. Herbert sumó todos los puntos del equipo ese año, excepto uno que logró Nicola Larini en Australia; Herbert pudo haber logrado un buen resultado en esa carrera y desafiar por el tercer puesto tras una buena salida. Eddie Irvine pensaba otra cosa, y Herbert acabó como daño colateral en el choque Irvine/Villeneuve en la curva 1.

Herbert había conseguido su primer podio con el equipo en 1996, en Mónaco, aunque sus esfuerzos en Hungaroring en 1997 fueron mucho más merecedores de trofeo. En un día en el que los pilotos con neumáticos Bridgestone encontraron mejor rendimiento con altas temperaturas, mientras que los Goodyear fueron impredecibles, Herbert encontró el ritmo con las gomas americanas –empezando por adelantar a ambos Benetton en la primera vuelta. Las tres paradas de los Ferrari le dieron más ventaja en pista, ya que Herbert era tan rápido como Schumacher, y así neutralizó cualquier ventaja estratégica.

Cuando Coulthard abandonó desde la tercera posición, Herbert aseguró el primer podio de la relación Sauber-Ferrari, acompañando a Jacques Villeneuve y Damon Hill –este último perdió la victoria por un fallo de presión de aceite en la última vuelta. Este fue el último podio de Herbert con el equipo, ya que 1998 fue un año terrible para el piloto de Essex.

GP de Australia 2001 – Doble puntuación que marcó un año competitivo

Sauber retrocedió en los años posteriores a 1997. El podio de Jean Alesi en Spa-Francorchamps 1998 fue la única visita al cajón durante las tres temporadas siguientes, y el equipo se había convertido en sinónimo de "escuadra de mitad de parrilla sin ambición", con dificultades para atraer pilotos. Alesi se marchó al final de 1999 rumbo a Prost, Pedro Diniz colgó el casco al finalizar el 2000, y Mika Salo prefirió pasarse un año probando el primer F1 de Toyota antes que correr para Sauber en 2001. Así, Peter Sauber tuvo que volver a sus orígenes apostando por pilotos jóvenes en lugar de priorizar la experiencia.

El primero fue Nick Heidfeld, piloto júnior de McLaren, que en 2000 dejó buenas sensaciones frente a Alesi pese a correr con un Prost muy poco fiable. Muchos nombres del pelotón medio sonaban para el segundo asiento —Alex Wurz, Ricardo Zonta, etc.—, pero Red Bull quería colocar a su pupilo Enrique Bernoldi. En su lugar, Sauber recibió una llamada del representante de Jenson Button, David Robertson, preguntando si le daría una oportunidad a un joven llamado Kimi Räikkönen...

El debut de Räikkönen vino precedido por una circunstancia inusual: solo había disputado 23 carreras en monoplazas, por lo que solo le concedieron una superlicencia provisional. Su primera carrera demostró que eso era irrelevante.

Heidfeld clasificó décimo con el Sauber C20, y Räikkönen fue 13.º en su primera sesión de clasificación en F1. Tras un accidente entre Ralf Schumacher y Jacques Villeneuve al inicio, Heidfeld ya estaba octavo —y séptimo al retirarse el coche de seguridad. Más abandonos de Hakkinen y Trulli le llevaron a cruzar la meta quinto. Mientras tanto, Räikkönen vivía su propia aventura: una mala salida le hizo perder posiciones, pero recuperó terreno tras el coche de seguridad. Adelantó a Alesi, Button y luego a Fisichella. Acabó séptimo, pero aún había más: Olivier Panis fue sancionado por adelantar con bandera amarilla, lo que colocó a Heidfeld cuarto y a Räikkönen sexto.

Sauber acabó cuarto en el campeonato de ese año, un gran salto tras años de retroceso, y Räikkönen le quitó a Heidfeld el puesto vacante en McLaren en 2002 tras la marcha temporal de Mika Hakkinen.

GP de Hungría 2006 – Primer podio con BMW, debut de Kubica

BMW y Sauber unieron fuerzas por varias razones, pero la principal fue el deterioro de la relación entre BMW y Williams. BMW quería más control e influencia, así que decidió comprar una participación mayoritaria en Sauber, que necesitaba nuevos accionistas tras la marcha de Red Bull. El nombre "Sauber" se mantuvo para no perder dinero por derechos televisivos.

Tras impresionar en su breve paso por Williams en 2005, Heidfeld volvió a Sauber. Por continuidad, Jacques Villeneuve siguió pese a haber sido superado claramente por Felipe Massa, que se marchaba a Ferrari. Aunque Villeneuve sumó los primeros puntos de BMW como fabricante en Malasia, Heidfeld fue muy superior, y BMW quería subir al coche a su prometedor piloto reserva: Robert Kubica.

Campeón de la Fórmula Renault 3.5, Kubica destacaba como tercer piloto los viernes, cuando aún se permitía un coche adicional para ciertas escuderías. Cuando Villeneuve sufrió un leve dolor tras un accidente en Hockenheim, el jefe de BMW Mario Theissen aprovechó para "descansar" al canadiense y darle la oportunidad al polaco en Hungría.

En una carrera en mojado, Heidfeld logró el mejor resultado del equipo con un tercer puesto, tras el primer triunfo de Jenson Button y el McLaren de Pedro de la Rosa. Pero todas las miradas estaban puestas en Kubica: superó a su compañero en clasificación y acabó séptimo, justificando el cambio.

Fue descalificado porque su coche estaba por debajo del peso mínimo, pero dos carreras después logró su primer podio en Monza. Incluso los fans más fieles de Villeneuve no pudieron discutir que el cambio había sido acertado.

GP de Canadá 2008 – La única victoria de Kubica (y de Sauber) en la F1

Este fue sin duda el punto culminante. Tras consolidarse como candidato habitual al podio en 2007, BMW dio un salto en 2008 y se convirtió en una amenaza real para Ferrari y McLaren si se daban las circunstancias. Gracias a la descalificación de McLaren en 2007, BMW fue subcampeón de constructores y soñaba con ir a por más.

Aunque Heidfeld lideró en 2007, Kubica tenía ventaja en el coche de 2008. Heidfeld fue segundo en Australia, Kubica fue segundo en Malasia y logró un tercer puesto desde la pole en Baréin. A veces dominaba Ferrari, otras McLaren... BMW esperaba su turno.

Este llegó en Montreal, con algo de ayuda de Hamilton. El británico lideraba cómodamente a Kubica, pero un accidente de Sutil abrió la ventana de paradas. Hamilton tuvo un pit stop más lento y al reincorporarse no vio que Kubica y Raikkonen esperaban en el semáforo del pitlane. Frenó tarde y se llevó puesto al Ferrari. Rosberg hizo lo mismo detrás.

Kubica salió ileso y empezó a perseguir al nuevo líder: Heidfeld, que iba a una parada. Kubica, con estrategia a dos, le adelantó, abrió hueco y paró una segunda vez sin perder el liderato. Así, BMW logró su único doblete, y Kubica se puso líder del Mundial.

Pero ese impulso se frenó. BMW decidió centrarse en el coche de 2009, para frustración de Kubica. Aun así, su victoria en Montreal fue especial, justo un año después de su brutal accidente en ese mismo circuito.

GP de Malasia 2012 – Pérez casi vence a Alonso

En los años previos, BMW construyó un mal coche en 2009, vendió el equipo a Qadbak Investments (una empresa fantasma sin activos reales), y Peter Sauber acabó recomprándolo. En 2010 corrieron con el absurdo nombre de "BMW Sauber-Ferrari" y luego recuperaron su identidad original, con Kamui Kobayashi y el debutante Sergio Pérez.

Pérez destacó por su delicadeza con los neumáticos, un talento muy valioso en 2012, cuando los Pirelli eran muy impredecibles. Ese año, siete pilotos distintos ganaron las primeras siete carreras, y casi son ocho si Pérez hubiera superado a Alonso en Sepang.

El mexicano salió noveno con intermedios, pero la pista estaba más mojada de lo que parecía y cambió pronto a neumáticos de lluvia extrema, lo que le hizo ganar muchas posiciones. Cuando la carrera se suspendió en la vuelta 9 y se reanudó detrás del safety car, Pérez ya era segundo, y brevemente líder cuando Hamilton también paró.

Alonso adelantó a Pérez cuando este patinó, y luego abrió un hueco de hasta 7,7 segundos. Pero el mexicano empezó a recortarlo vuelta tras vuelta. Cuando ya estaba a menos de un segundo, Alonso entró a boxes para montar slicks, y Sauber esperó una vuelta más. La decisión fue mala: Pérez salió a más de 7 segundos del Ferrari. Aun así, volvió a recortar y se pegó a Alonso, pero un mensaje del equipo para "no arriesgar" lo descentró, se fue largo en la curva 14 y perdió su oportunidad.

GP de Australia 2015 – Sauber deja atrás un 2014 sin puntos y un juicio para cobrar bien

Sauber tuvo un 2013 razonable con el ascenso de Nico Hülkenberg como estrella en su única temporada completa con el equipo, pero 2014 fue horrible; ni Adrian Sutil ni Esteban Gutiérrez sumaron puntos, dejando a la escudería suiza sin puntuar por primera vez. Además, el equipo atravesaba graves problemas financieros, agravados por quedar detrás del equipo Manor Marussia en el campeonato de constructores.

El equipo se vio obligado a recurrir a dos pilotos de pago en 2015: Marcus Ericsson y Felipe Nasr. El problema fue que ya había firmado un contrato con otro piloto que había aportado dinero al equipo: el reserva en 2014, Giedo van der Garde. El neerlandés entendió que su contrato para correr no había sido respetado, y un arbitraje en Suiza le dio la razón. El caso se llevó después al Tribunal Supremo de Victoria, días antes del primer Gran Premio del año, y este ratificó la reclamación de van der Garde sobre el asiento. Sauber intentó defenderse alegando que no podían preparar el coche para su complexión a tiempo, pero luego perdió una apelación contra la sentencia.

Van der Garde incluso fue visto en los días previos al fin de semana de Melbourne con el mono de Ericsson, aunque Sauber no lo inscribió para correr en ningún momento. Por ello, el equipo se saltó la FP1 (primera sesión de libres) para evitar que se embargaran sus activos. Ericsson y Nasr participaron en la FP2 después de que van der Garde declinara correr, y más adelante se le concedieron unos 16 millones de dólares a cambio de cancelar su contrato y devolver cualquier dinero recibido hasta entonces.

Todo esto amenazaba con ensombrecer el buen arranque de temporada de Sauber, pero una vez iniciado el fin de semana, el equipo brilló. En una carrera de desgaste que se cobró las bajas de Kevin Magnussen (sustituyendo a Alonso tras su misterioso accidente en los test), Valtteri Bottas (lesionado de la espalda) y Daniil Kvyat antes incluso de empezar, el abandono de ambos Lotus ayudó a Nasr a llegar al sexto lugar —que se convirtió en quinto tras adelantar a Carlos Sainz tras un coche de seguridad temprano. Ericsson también superó a Sainz en las últimas vueltas y acabó octavo. Tras no sumar ni un solo punto en todo 2014, Sauber ya tenía 14 puntos tras la primera carrera de 2015.

GP de Brasil 2016: Los puntos de Nasr hunden su carrera en la F1, pero simbolizan la supervivencia de Sauber

Sauber no logró mantener el impulso tras ese buen arranque; fue capaz de hacer buenas actuaciones puntuales en 2015, pero la falta de fondos dificultó el desarrollo del coche durante la temporada. El equipo volvió a caer en 2016, obligado a luchar contra Manor al final de la parrilla —incluso los debutantes Haas habían superado a los equipos de atrás. Gracias a la indemnización de van der Garde y la escasez de patrocinadores más allá de los aportados por Nasr y Ericsson, Sauber parecía encaminado al colapso.

El punto logrado por Pascal Wehrlein para Manor en el GP de Austria dañó aún más al equipo suizo, que se mantuvo sin puntuar la mayor parte del año. Pero un salvador apareció: el multimillonario de TetraPak, Finn Rausing, fue uno de los inversores del grupo Longbow Finance que se hizo con el equipo.

Aun así, Sauber estaba a punto de terminar el año sin puntos y, lo que es más importante, sin los pagos que la FOM otorga a los diez mejores equipos. En la penúltima carrera en Brasil, Ericsson y Nasr salieron en la última fila en la clasificación, aunque ambos ganaron una posición cuando Esteban Ocon (Manor) fue sancionado por molestar a Jolyon Palmer en la Q1.

La carrera empezó con el coche de seguridad y, pocas vueltas después de la reanudación, Ericsson se estrelló en la vuelta 13, lo que provocó un nuevo safety car. Mientras otros pilotos cambiaban a intermedios, Nasr se mantuvo con neumáticos de lluvia extrema y subió al noveno lugar —que luego fue octavo, séptimo… e incluso sexto durante un tiempo, tras dos banderas rojas.

Cuando la carrera se reanudó definitivamente, Nasr no pudo evitar que algunos coches más rápidos le adelantaran; Hülkenberg, Max Verstappen y Daniel Ricciardo pasaron al brasileño y lo relegaron a la novena posición, con Ocon justo detrás intentando alcanzarle. Pero cuando Fernando Alonso adelantó a Ocon y dejó al francés fuera de los puntos, Nasr aguantó para sumar dos valiosísimos puntos para Sauber.

A nivel personal, esto fue perjudicial para su carrera en la F1. Estaba en conversaciones con Manor para correr en 2017, mientras Wehrlein iba a cambiar de equipo, pero la pérdida del dinero del "Columna 2" (pagos por posición en el campeonato) acabó con Manor. El magnate de la energía Stephen Fitzpatrick, que había comprado el equipo justo antes de 2015, no logró encontrar un comprador.

GP de Azerbaiyán 2018: Los primeros puntos de Leclerc en la F1

Desde aquella salvadora carrera en Brasil 2016, Sauber atravesó un periodo de grandes cambios bajo nueva propiedad. Primero, con la llegada de un nuevo jefe de equipo: Frédéric Vasseur, que había dejado Renault a finales de 2016 por diferencias con el director general Cyril Abiteboul. Vasseur canceló un acuerdo con Honda firmado por su predecesora, Monisha Kaltenborn, y optó por firmar un contrato para usar motores Ferrari actuales, en lugar de las unidades con un año de antigüedad que emplearon en 2017.

Esto allanó el camino para un acuerdo de patrocinio con Alfa Romeo, que se convirtió en un cambio de nombre entre 2019 y 2023. Con los nuevos lazos con Ferrari, Wehrlein quedó fuera —y el campeón de la F2, Charles Leclerc, fue fichado para 2018. El monegasco, de rostro aniñado, tuvo dificultades en sus tres primeras carreras y fue superado en clasificación por Ericsson en las dos primeras, antes de superar al sueco por medio segundo en China. Luego, en Bakú, Leclerc accedió por primera vez a la Q2.

En la F2, Leclerc ya había demostrado ser un especialista en Bakú: tras la muerte de su padre, logró la pole, ganó la carrera principal y quedó segundo en la sprint, camino del título.

En medio de un inicio caótico en la carrera de F1 —provocado por un toque entre Räikkönen y Ocon, y con Sergey Sirotkin atrapado entre Alonso y Hülkenberg—, Leclerc ya estaba en zona de puntos cuando se retiró el coche de seguridad. El novato se defendió con solidez y logró adelantar a Pierre Gasly y Lance Stroll, escalando posiciones antes de volver a situarse décimo tras las paradas de mitad de carrera.

Cuando Ricciardo y Verstappen colisionaron, subió a octavo; luego a séptimo tras el accidente de Romain Grosjean, que perdió el coche tras un toque fantasma de Ericsson (que estaba lejos del francés). Cuando Valtteri Bottas sufrió un pinchazo mientras lideraba, Leclerc ascendió al sexto lugar —lo que impulsó su temporada, que acabó con actuaciones muy sólidas a medida que Sauber mejoraba en la segunda mitad del año y se sentaban las bases de su salto a Ferrari.