Sainz, un líder que se sacrifica por el equipo
Carlos Sainz y Lucas Cruz están realizando durante este Dakar una labor de equipo fundamental para mantener vivas las esperanzas de MINI X-RAID.
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El madrileño acudió al Dakar sabiendo que sería el último de Peugeot pero sin tener claro su futuro. Antes de disputarlo dijo que no pensaba que fuera su último Dakar, sino que solo pensaba en ganarlo.
Para su último Dakar, Peugeot presentó un 3008DKR más ancho y con una suspensión actualizada. Antes y durante el rally, Toyota se quejó por el sistema de inflado y desinflado que tienen los buggy del equipo francés y que les favorece ante los 4x4. El principal rival de Peugeot no dejó de protestar y consideraron "imposible" derrotar a la firma gala por el "injusto cambio de reglamento".
Peugeot logró mantener a su 'Dream Team' para su última aparición en el Dakar. Con cuatro coches, puso en carrera a Stéphane Peterhansel (Monsieur Dakar, ganador de nada menos que 13 ediciones), Sébastien Loeb (nueve veces campeón del mundo del WRC), Cyril Despres (cinco veces ganador del Dakar en moto) y Sainz. Antes de arrancar el rally, el equipo defendía que no favorecerían la victoria de Loeb, sino que lo importante era que ganara cualquiera de los cuatro.
Antes de viajar a Sudamérica, Sainz admitía que el nuevo reglamento ponía las cosas más complicadas a Peugeot, que aún así acudía como gran favorito. Además de sus compañeros, Sainz y el resto de pilotos de Peugeot tenían un claro rival: Nasser Al Attiyah y su renovado Toyota.
La primera etapa del Dakar buscaba alguien que quisiera ganarla. El "premio" de tener que abrir camino en la segunda y complicada jornada hacía poco apetecible el triunfo. Al Attiyah fue a por todas y se llevó la victoria, convirtiéndose en el primer líder.
Con la táctica de seguir la trazada de sus rivales en la etapa 2, los Peugeot escondieron en la primera. Peterhansel fue el más rápido de los franceses y Sainz perdió 2.39 con el ganador Al Attiyah.
En la jornada 2, en Pisco, Cyril Despres mostró de lo que era capaz el Peugeot en las dunas del desierto peruano. La cruz fue para Sainz. Sufrió dos pinchazos lentos y eso, unido a la indisposición de su copiloto Lucas Cruz, hizo que perdiera en meta 13 minutos. Primer paso atrás.
Carlos Sainz no se mostró muy preocupado con el problema de la etapa de Pisco. Dos veces se destalonó un neumático y acabó sexto. El madrileño explicó que una confusión con la navegación acabó desenvocando en el contratiempo del neumático pero, pese a ello, dijo que el Dakar solo acababa de empezar y era muy largo. Además, agradeció el esfuerzo de su copiloto por seguir pese a su malestar.
Nasser Al Attiyah fue el único Toyota que aguantó a los Peugeot en la etapa 3. De hecho los superó y se llevó el triunfo de etapa. Sainz fue el segundo mejor piloto del equipo francés y acabó tercero, a poco más de 6 minutos. Peterhansel, que llegó a cuatro minutos del ganador, se ponía líder del Dakar.
Sainz alcanzaba la sexta plaza (a 14 minutos de su compañero Peterhansel) y celebraba una jornada libre de problemas. No quiso arriesgarse demasiado en las complicadas dunas y sentó las bases de lo que, esperaba, fuera una buena racha de resultados.
En una especial con salida en línea, Loeb se hizo con la victoria, pero Sainz fue segundo a solo un minuto y medio. Peterhansel fue tercero y mantuvo la cabeza de la carrera, pero pese al triplete, no todo fueron buenas noticias para Peugeot. Despres volcó e impactó con una roca que arrancó su neumático trasero izquierdo. No pudo arreglarlo por sí mismo y requirió de los servicios de la asistencia, diciendo adiós a cualquier opción de premio final.
Con la segunda posición de etapa, Sainz se puso tercero, a seis de Loeb y trece de Peterhansel. De hecho todo quedaba entre esos tres Peugeot y Al Attiyah, que era el único piloto que perdía menos de una hora (aunque se encontraba a 58 minutos de Peterhansel).
Carlos Sainz dijo que fue la etapa más difícil de las primeras y que el inicio del Dakar estaba siendo muy duro. Siguiendo a su compañero Monsieur Dakar, Sainz tuvo problemas para seguir la ruta y perdió cinco minutos al dar la vuelta tras confundirse, y después pinchó siguiendo a Al Attiyah. Pero se recuperó, fue de menos a más, y llegó al podio.
El segundo mazazo del Dakar 2018 para Peugeot llegó en la etapa 5, camino a Arequipa. Loeb, segundo clasificado, encalló en una duna y tuvo que esperar casi tres horas a ser asistido. Su copiloto Daniel Elena se había roto el coxis en el accidente y tuvieron que abandonar. Sainz fue 4º, perdiendo 18 minutos con Peterhansel, ganador de la etapa y líder reforzado.
"En la primera parte nos quedamos atascados y perdimos unos 10 minutos o así", explicaba Carlos Sainz tras la etapa. El cuarto puesto le había dejado a 31 minutos de Peterhansel, pero la eliminación de Loeb hacía que el español se pusiera segundo en la general. Era optimista asegurando que quedaba mucho rally y recordando que otros estaban peor. Tenía al tercero, Ten Brinke, más lejos de lo que estaba él de su compañero 'Monsieur Dakar'. Sainz reveló haberse hecho un poco de daño en la mano, pero mantenía la fe.
Camino a La Paz, Sainz se impuso y superó los triunfos de etapa que en su día lograra Jacky Ickx, quedándose tercero con más victorias en la historia (superado solo por Vatanen y Peterhansel). Dominó la etapa desde el principio, le recortó cuatro minutos al líder y le metió nueve y medio al tercero.
Su victoria le dejó a 27 minutos de Peterhansel en la clasificación. El Dakar había dejado atrás las dunas y, en caminos, Sainz disfrutó. Lamentaba no haber llegado a La Paz liderando, pero llegaba a la primera jornada de descanso segundo y con la intención de llevar el coche al vivac cada día recortando de poco en poco.
El Dakar se enfrentaba a la primera parte de la Maratón y Sainz avisaba: era fase crucial del rally. Y así fue. El español ganó camino a Uyuni dominando de principio a fin y además se puso líder. Su compañero Peterhansel sufrió una avería que le hizo perder, a priori, sus opciones. Rompió el triángulo de la suspensión y los amortiguadores tras golpear una roca y se dejaba casi dos horas (01h47). Además, Ten Brinke perdía media hora. El guión cambiaba y entrábamos en un nuevo Dakar.
La etapa 7 dejaba a Sainz liderando el Dakar con más de una hora (01h11) de ventaja sobre Al Attiyah y 1h20 sobre Peterhansel. "Esto ya es cuestión de sobrevivir", decía Carlos al llegar al vivac. La clave, aseguraba, era no arriesgar más de la cuenta y no confiarse, ya que en un Dakar tan duro "en cualquier momento llega la sorpresa". Sin embargo y pese a la victoria, esa etapa dejaría, a posteriori, otro peor recuerdo.
Peterhansel declaraba que lo primero sería ayudar a Sainz a llevarse el Dakar. Pero el francés voló en la segunda parte de la maratón y se impuso a un rapidísimo Després que se quedó a menos de un minuto. Sainz fue quinto en la etapa, a siete minutos de Peterhansel y a cinco de Al Attiyah.
Sainz mantuvo más de una hora de ventaja respecto a sus perseguidores: 1h06 con Al Attiyah y 1h13 con Peterhansel. Tras varios años de abandonos, el madrileño no se fiaba en absoluto y avisaba: "hay que defender posición porque puede llegar la sorpresa". Sainz celebraba que el coche llegaba en perfectas condiciones tras 24 horas sin asistencia.
Sainz tomaba aún más respiro después de que el Dakar cancelara la etapa 9 camino a Salta. Las condiciones climatológicas de la zona boliviana (riesgo de inundación y tormentas) que iba a albergar los 242 km de especial no eran las mejores y ASO tomó la decisión de cancelar esa jornada.
Sainz negaba la versión de Koolen (aquí su defensa) asegurando que no le había tocado y que "si le llego a dar con el coche al quad lo desintegro y estaríamos hablando de algo mucho peor". Bruno Famin, director de Peugeot, reveló que su piloto iba a 152 km/h y dijo que, de haber golpeado al quad, lo habría destrozado y habría ocurrido una desgracia.
Esta era la versión del español: "Era una zona de mucho barro. Yo le avisé con el Sentinel (mensaje que se da a un piloto que va a ser superado por otro más rápido), veo que el quad me ve, se sale de la pista, yo acelero en ese momento y cuando se sale pierde el control porque había mucho barro, se vuelve a meter en la pista y yo lo esquivé de milagro. Y pasé muy cerca, pero no, no lo toqué"
Sainz fue declarado culpable y recibió 10 minutos de sanción en la clasificación general. De los cinco comisarios del jurado, tres votaron a favor de sancionar al madrileño y dos en contra. Determinaron que el quad de Koolen tenía daños, pero no pudieron demostrar que los provocara el Peugeot de Sainz y hubo sanción polémica.
Peugeot anunció que recurrirían la sanción y se esperaba que no hubiera resolución hasta mucho tiempo después, por lo que el Dakar se arriesgaba a llegar a la última etapa sin que hubiera decisión oficial.
En una de las salidas de tono más desafortunadas que se recuerdan, el piloto de Quad decía que "si estuviera muerto sería más fácil para Carlos y Peugeot, porque no podría hablar más".
Koolen definió la sanción a Sainz como ridícula y amenazó con denunciar: “En mi carta de reclamación, dije que si hubiera una sanción dura para estos tíos, estaría muy contento. Pero si no, todo el mundo sabe que soy un hombre de negocios y que tengo acceso a los mejores abogados del mundo, quizás mejores que los que tiene esta organización. Escribí que si no imponían una sanción seria, al volver a casa lo analizaría con mis asesores y abriría una causa judicial”.
"Creo que esto es ridículo. Podría haber muerto y ni siquiera paró o miró alrededor, ni me preguntó luego si estaba bien".
"He recibido una sanción por nada", defendía Sainz. Los diez minutos de penalización dejaban al piloto a 56 de Nasser Al Attiyah y a 1h03 de Peterhansel con cinco etapas por delante. Peugeot decía que la diferencia entre Sainz y Peterhansel no era significativa con todo lo que faltaba para acabar y no renunciaban aún a ganar con el francés. Despres escoltaría a ambos.
En una muy complicada etapa 10, Peterhansel ganó y Sainz fue tercero, a 13 minutos del vencedor. Despres esperó y escoltó a ambos pero ninguno necesitó su ayuda, y el madrileño se lo tomó con calma y jugando con la ventaja que tenía. Peterhansel se puso segundo tras los contratiempos sufridos por Al Attiyah, que con un problema en la suspensión trasera de su Toyota se dejaba 29 minutos.
El holandés de Toyota se impuso en la etapa de Fiambalá, pero los Peugeot, a cuatro minutos, llegaron muy juntos entre sí, con Despres segundo, Sainz tercero y Peterhansel cuarto. Así, el madrileño salvaba un día más y aumentaba en 10 segundos su ventaja sobre Peterhansel, que pasaba a ser de 50'45. Tres etapas por disputarse y un buen colchón.
Al recuperar los diez minutos, Sainz pasaba a tener una ventaja de una hora ante Peterhansel a falta de tres etapas. Peugeot afirmó que en ese momento ya sí se centraban en la victoria del español y en mantener el segundo puesto del francés. Peterhansel aceptaba la decisión y decía que era imposible remontar, centrándose en mantener el segundo lugar.
Antes de la antepenúltima etapa, Sainz aseguraba que no era fácil mantener la calma y administrar la ventaja. En la calurosa etapa camino de San Juan, Al Attiyah sumó su tercer triunfo de este Dakar 2018 y Sainz acabó a 18 minutos del qatarí y a 16 de Peterhansel.
Sainz reveló que sufrió un pinchazo y un problema mecánico a 15 kilómetros de la meta. Una avería en la caja de cambios que le hizo completar la etapa en tercera marcha. Su momento de mala suerte había llegado y Carlos lo había superado. Se quedaba 44 minutos por delante de Peterhansel a falta de dos días y respiraba aliviado tras superar un momento crítico.
Al Attiyah logró su cuarta victoria del Dakar camino a Córdoba. Sainz perdió con él 19 minutos, pero se acercó más al triunfo final con los problemas del segundo clasificado, Peterhansel. El francés volvió a fallar y rompió la dirección asistida al golpear un árbol. También se hizo un esguince en un dedo de la mano y aunque en su ayuda llegó Despres, Peterhansel requirió asistencia en su Peugeot y perdió más de una hora, diciendo adiós no solo a sus opciones de sumar su 14º Dakar, sino también de acabar en el podio. Fue superado por Al Attiyah y Giniel de Villiers.
La última etapa le traía buenos recuerdos a Sainz, que logró su último triunfo en el WRC, en 2004, en esa zona. Solo tenía que mantener una ventaja de 46 minutos durante los 119 kilómetros de especial hasta Córdoba, donde se encontraba el final del largo camino.
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