Un año después: la photo finish más reñida de la historia de la NASCAR
Después de otra Daytona 500 que terminó en carnicería, sería genial ver otra carrera en Atlanta con el tipo de final icónico que todos disfrutamos en 2024.
Justo antes del comienzo de la temporada 2025, Daniel Suárez, Kyle Busch y Ryan Blaney se reunieron para ver en un cine privado el documental "So Damn Close", sobre su histórico final en la carrera de Atlanta del 25 de febrero de 2024. En la sala también estaban sus jefes de equipo, así como los observadores que participaron en esa fatídica carrera hasta la bandera a cuadros.
La NASCAR los había reunido a todos, casi un año después, para ver, reír y explicar su visión a través de cada momento crítico de la emocionante carrera del año pasado, con el trío de pilotos cruzando la línea de meta, y finalmente viendo a Suárez ganar al fin.
Para sorpresa de nadie, no pasó mucho tiempo para que la primera carrera del año pasado en Atlanta se convirtiera en un caos cuando 16 coches se amontonaron en un accidente en la segunda vuelta. Entre los implicados estaba Suárez, que tuvo suerte de salir del accidente con un coche todavía competitivo. Lo curiosa es que Busch y Blaney ni siquiera sabían que el ganador se había visto envuelto en esa melé inicial, y ambos expresaron su sorpresa en el documental cuando se lo contaron.
"Mi parte delantera izquierda estaba un poco dañada, pero no era grave", explicó Suárez. "Se me levantó un poco el capó. Por suerte, el splitter estaba en la posición correcta".
Hubo nueve banderas amarillas por incidentes durante esta carrera, por lo que fue como un juego de supervivencia mientras los pilotos luchaban por mantener sus coches en la pista. A falta de unas 20 vueltas para el final, se produjo un momento de infarto cuando Suárez se metió interior para intentar regresar a la cabeza de carrera, mientras Busch se quedaba por el exterior. Los dos pilotos del medio, Denny Hamlin y Chase Briscoe, no consiguieron pasar la curva sin tocarse.
"Eso fue todo culpa vuestra", sonrió Busch mientras lo veían en la pantalla. "No se entrar cuatro en paralelo en (la curva 3)... Me alegro de haber salido de ahí". Blaney añadió: "Me gusta tu maniobra".
Todo avanzó bastante rápido hasta el accidente final, donde Suárez estaba justo por delante de Blaney en el momento de la bandera amarilla. Esto dio a Suárez el control total de la carrera a falta de cinco vueltas hasta la bandera a cuadros, con cinta adhesiva negra todavía adornando su capó.
Al llegar a Atlanta, Suárez llevaba 57 carreras sin ganar, con rumores sobre su futuro en Trackhouse. La presión era tremenda y para empeorar las cosas, justo detrás de él estaba el campeón defensor de la categoría, Blaney. Y en tercera posición estaba Busch, uno de los pilotos más laureados de la historia.
Al elegir un carril para el reinicio crítico, Suárez explicó: "Sabía que el 12 [Blaney] y el 2 [Cindric] eran más rápidos que yo, así que sabía que el nivel de confianza era mayor con el 8 [Busch], y el 8 tenía lo que yo pensaba que era una velocidad bastante buena".
En última instancia, la elección de las parejas de baile iba a ser irrelevante a una vuelta de la reanudación. Suárez tenía ventaja al principio, pero no pudo bloquear a Blaney en la recta de atrás. El #12 se abrió camino hacia el exterior de Suárez, dándole un golpe en el parachoques trasero.
"A Blaney no le va a importar", comentó Busch. "Él no va a levantar. Te va a golpear tan fuerte como sea necesario".
Sabiendo que no iba a ganar como al segundo coche en línea en la parte inferior, Suárez forzó su camino hacia el carril superior. Al hacerlo envió a Martin Truex Jr. casi al muro. "¡Lo siento Martin!", se rió Suárez. Pero Blaney seguía en cabeza. Suárez y Busch compitieron puerta con puerta por el segundo puesto y parecía que ninguno de los dos tendría opciones a la victoria. Pero en realidad, todos la tendrían.
Suárez estaba tratando de construir una carrera, pero sólo había un problema: estaba tratando de atrapar a un coche Penske con otro coche Penske detrás de él, y Austin Cindric no estaba muy interesado en ayudarle.
"Puedes ver ahí mismo que el 47 [Stenhouse] está intentando atacar, pero el 2 [Cindric] no empujará al 99 [Suárez]", observó Busch. Esto provocó que se formara un hueco entre Suárez y Blaney, y abrir la puerta aunque fuera un poco fue suficiente invitación para el bicampeón de la NASCAR Cup.
Fue entonces cuando realizó un sensacional movimiento por el centro, partiendo los coches de Blaney y Suárez como una cuña. Debería haber acabado en calamidad, pero los tres pilotos mantuvieron la cordura en el momento de más exigencia.
"¡Los tres primeros! Los tres primeros!" gritó Frankie Kimmel. Busch estaba aprovechando el aire de la parte trasera derecha de Blaney al entrar en la curva 3 y Suárez estaba haciendo lo mismo con Busch desde el tercer carril. Eso unió a los tres en un espectáculo ya para la historia. Salieron de la última curva en punto muerto sin que nadie les empujara.
Parecían pilotos de caza en formación mientras se arrastraban hasta la línea de meta. Cuando ondeó la bandera a cuadros, nadie podía decir quién había ganado. El comentarista de FOX y expiloto de la NASCAR Cup, Clint Bowyer, dio inicialmente la victoria a Blaney, pero los comisarios revisaron inmediatamente el resultado.
"No sé...", dijo Derek Kneeland.
"Todo el mundo estaba mirando alrededor", dijo el jefe de equipo de Suárez, Matt Swiderski. "Los miembros del equipo me miraban como si yo supiera cuál era la respuesta".
Pero, ¿qué vieron los pilotos? Resulta que no fue mucho. "Desde mi punto de vista en el fondo, sabía que tenía a Kyle porque estaba mirando a la derecha (mientras corremos) por la recta delantera", dijo Blaney. "Pero no podía ver a Daniel, así que no tenía ni idea".
Suárez respondió: "Fue exactamente lo mismo. Me estaba acercando al 8 [Busch] pero en mi radio me decían 'dos por dentro' y yo dije: '¿Dónde demonios está el otro tipo? No veía nada".
Después de unos treinta segundos, el #99 de Suárez fue finalmente declarado ganador y las celebraciones estallaron en los boxes. Incluso su compañero de equipo, Ross Chastain, se acercó a la línea de recta de meta para felicitarle.
"Ha estado muy reñido", sonrió Suárez, que apenas podía creérselo mientras era entrevistado tras la victoria. Suárez superó a Blaney por sólo 0,003s en uno de los cinco finales más ajustados de la historia de la NASCAR. Busch, tercero, se quedó a sólo 0.007s, convirtiéndolo en el final a tres bandas más igualado de la historia.
Aunque ahora pueden reírse de ello, la decepción por haber estado tan cerca fue palpable en la comunicación por radio posterior a la carrera.
"Maldita sea, tío. Ahhhh", dijo Blaney por radio.
"Ha. Ha. Ha. No lo habría hecho de otra manera", dijo Busch sarcásticamente por radio.
Watch: Alternate angle: Atlanta’s 0.003 photo finish in slow motion
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