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Análisis

Yamaha cambia el tono con Quartararo

A pesar de mantener la voluntad de convencer a Fabio Quartararo de cerrar su tercera renovación con Yamaha, la nueva jefatura de la marca japonesa no responde igual que la anterior a los mensajes desafiantes que manda el francés.

Fabio Quartararo, Yamaha Factory Racing

Foto de: Gold and Goose / Motorsport Images

El mercado de fichajes que configurará la parrilla del Mundial de MotoGP de 2027 debería empezar a moverse en este tramo final de temporada, entrar en plena erupción en los primeros tres o cuatro grandes premios de la que viene y quedar prácticamente cerrado para cuando la caravana llegue a Europa, por los alrededores del mes de mayo.

Unos tendrán como prioridad mantener la moto con la que ya compiten; bien sea porque ya están satisfechos con el material del que disponen, o simplemente porque es la vía más segura de conservar su puesto. Otros, tratarán de dar un salto de calidad que les permita optar a objetivos de mayor calado. Y luego está Fabio Quartararo, que se enfrenta a la decisión más trascendental que ha tenido que tomar hasta el momento a lo largo de toda su trayectoria.

A sus 26 años, el francés debe decidir qué mono se enfundará cuando ya haya cumplido los 28, habitualmente la edad en que los corredores alcanzan su pico en términos de rendimiento. Si atendemos a las señales que lleva mandando a lo largo del último año y medio, la conclusión más lógica invita a pensar en un cambio de aires.

Su hartazgo es hasta cierto punto comprensible dado que su último triunfo se produjo hace más de tres años (Alemania 2022). Dejar Yamaha supondría despedirse de quien le dio la oportunidad de debutar en MotoGP (2019), después de ocho cursos subido a la M1, con la que se proclamó campeón del mundo en 2021.

Fabio Quartararo, Yamaha Factory Racing

Fabio Quartararo, Yamaha Factory Racing

Foto de: Shameem Fahath / Motorsport Network

Por inercia, el primer impulso le llevará a uno a pensar que Quartararo podría fichar por el equipo que quisiera. Pero una mirada un poco más detallada al asunto reducirá considerablemente sus opciones. Sobre todo, si lo que busca es eliminar cualquier interrogante alrededor de la competitividad del prototipo. "Quiero poder terminar entre los tres primeros en cada ensayo", según declaró en Malasia, la última parada del calendario celebrada. Eso no parece estar al alcance del prototipo que está desarrollando la marca de los diapasones, con Augusto Fernández y Andrea Dovizioso, y que incorpora el ya famoso motor V4.

Al Diablo le encantaría quedarse en Yamaha con una moto que le permitiera medirse en corto por ganar. Allí se siente en casa, ha formado un grupo de trabajo a su alrededor que le cuida y hace lo posible por entenderle, incluso cuando a veces tensa la cuerda hasta límites poco confortables para la tropa con la que debe convivir.

"Lo que Yamaha no ha conseguido en años espero que lo consiga en pocos meses. Porque yo tampoco tengo más tiempo, eso está claro", soltó, en Australia, en una charla mantenida con Motorsport.com.

Por si te lo perdiste:

"Más que comenzar a moverme, lo que estoy haciendo es pensar internamente qué me apetece, qué estaría dispuesto a hacer. […] El mercado cada vez se empieza a mover antes; no me puedo dormir", avisó el #20, que lleva meses, años, lanzando estas advertencias, a la espera de que provoquen una reacción.

La estrategia del chico de Niza trasciende a lo que pueda contarle a los periodistas después de cada jornada de ensayos, sprint o carrera. Hay señales que se ven menos, pero que son incluso más desafiantes que las palabras. Detalles que hay quien puede consierar banales, como moverse por el paddock sin el uniforme del equipo, pero que para una compañía que le paga alrededor de diez millones de euros anuales, suponen una desconsideración.

Incluso hay quien, dentro de la propia fábrica de Iwata, afirma que aquel chaval encantador que siempre ofrecía su cara más dicharachera en cualquier evento, ha cedido terreno últimamente a una versión más gris y pasota, algo que no ha caído del todo bien en los despachos. Eso, hace un año no habría tenido ninguna importancia. Sin embargo, las cosas han cambiado en la parte ejecutiva del constructor nipón desde la llegada de Paolo Pavesio como director.

El italiano asumió el cargo a principios de este año en sustitución de Lin Jarvis, que ha pasado a ocupar una función de consultor externo. Pavesio procede de la división de marketing de Yamaha y hasta ahora siempre tuvo un vínculo más estrecho a la estructura de WorldSBK, que a la de MotoGP. Su enfoque es más pragmático que el que podía tener Jarvis, cuya voz se tuvo muy en cuenta cuando llegó el momento de apostar por Quartararo para sustituir, nada menos, que a Valentino Rossi.

A la derecha Paolo Pavesio, Yamaha Racing, junto a Lin Jarvis, al que ha sustitutido en la dirección del equipo

A la derecha Paolo Pavesio, Yamaha Racing, junto a Lin Jarvis, al que ha sustitutido en la dirección del equipo

Foto de: Gold and Goose Photography / LAT Images / via Getty Images

Pavesio es ajeno a todo aquello, por más que sea plenamente consciente del talento y el potencial del francés. Su deseo es prolongar el vínculo que les une hasta, como mínimo, finales de 2028.

Motorsport.com entiende, no obstante, que la nueva dirección prioriza el proyecto a medio y largo plazo a cualquier individualidad, incluso a una tal relevante como la de Quartararo, el único de los cuatro pilotos de la marca que ha sido capaz de subirse al podio (Jerez), y de colocarse en la pole (cinco veces). "Yo con Paolo no hablo mucho. A mi, la gente que me interesa es la gente que está en el box", respondió el corredor, tajante, en un momento de la entrevista que Motorsport.com le hizo en Australia.

Yamaha ha doblado su despliegue en MotoGP desde que esta temporada recuperó su escudería satélite y su inversión también ha crecido en esa proporción. Por eso, los ejecutivos defienden que los dardos envenenados de su embajador más potente hieren a quienes se están entregando para que él pueda volver a ganar.

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En menos de 15 días, Quartararo se subirá a la moto que le servirá de termómetro para decidir qué rumbo toma su vida profesional. Las pistas que ha ido dejando hasta ahora esa nueva M1 con el propulsor V4 no son un canto a la esperanza. Sin embargo, tampoco parece que eso angustie demasiado a quienes se encargan de su evolución.

"Yo a los jefes no los veo muy nerviosos, la verdad. No veo a nadie nervioso. Esta moto irá creciendo. De hecho, hasta en el shakedowm, en febrero, hay planificadas mejoras", cuenta Augusto Fernández a Motorsport.com.

Entre la relevancia del momento que se le presenta delante a Quartararo, y el cambio en el enfoque que ha aportado la nueva ejecutiva liderada por Pavesio, al final resultará que el más nervioso de todos es el piloto.

Disfruta aquí de la entrevista exclusiva con Quartararo:

Mira: Behind the visor - ENTREVISTA con FABIO QUARTARARO

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