Síndrome compartimental: qué es y por qué tortura a los pilotos de MotoGP
El problema del síndrome compartimental no es nuevo en MotoGP, pero los casos entre los pilotos se han multiplicado desde el comienzo de la temporada.
Foto de: Dorna
Fabio Quartararo tuvo serios problemas físicos en el Gran Premio de España en Jerez por culpa del síndrome compartimental. El francés se quedó sin fuerza en el antebrazo derecho a mitad de la carrera cuando lideraba y se vio obligado a reducir el ritmo hasta acabar en una decepcionante 13ª posición. El Diablo, además, tuvo que someterse a una pequeña intervención dos días después.
Stefan Bradl y Aleix Espargaró sufrieron problemas similares en la última carrera, un episodio más que demuestra hasta qué punto se exige al físico de los pilotos en MotoGP. El ganador en Jerez, Jack Miller, se había operado también del síndrome compartimental tras el segundo gran premio de la temporada, después de dos actuaciones decepcionantes en Qatar. Una caída en Portugal le hizo saltar todas las grapas de la cicatriz y tuvo que volver a pasar por quirófano unos días antes del GP de España.
Al final de esa prueba, Johann Zarco también dijo sentir dolor. Unas sensaciones diferentes, pero que también dificultaban el pilotaje de las cada vez más potentes motos.
"Me dolía el brazo al final, el antebrazo derecho, porque es el que controla todo", dijo el de Pramac. "Pero en lo que a mí respecta, sé que cuando duele es más bien un signo de falta de soltura, más que un verdadero síndrome compartimental. Vas tan rápido, y la moto casi siempre tiene la capacidad [de hacer más]: ya sea la Yamaha, la Ducati o incluso otras...".
"Pero a veces, aunque no estés del todo cómodo, sabes que puedes ir rápido, así que lo intentas... y entonces el cuerpo llega un poco al límite. Así que creo que eso es lo que está pasando. Después de eso, Bagnaia lo maneja muy bien en la carrera, porque parece alguien muy tranquilo y creo que consigue no forzar demasiado cuando las cosas no van bien. Cuando no va bien, tal vez esté un poco más atrás, pero no va a forzar en exceso y quemarse".
¿Qué es el síndrome compartimental?
El síndrome compartimental es una dolencia que se produce cuando el músculo de los antebrazos aumenta tanto de tamaño que provoca el incremento de la presión de la fascia que lo recubre, llevando a daños en nervios y músculos al igual que problemas con el flujo sanguíneo, por lo que el brazo se agarrota y pierde sensibilidad.
Es muy habitual que los pilotos lo sufran sobre todo cuando suben de categoría y pasan a llevar una moto más potente y pesada que requiere mayor fuerza para controlarla.
Aunque con una operación suele resolverse, ha habido casos, como el de Quartararo, que requieren segundas intervenciones, más o menos agresivas, para acabar con el problema. El pasado año, Cal Crutchlow se sometió a una cirugía más seria donde la extirparon toda la fascia muscular, algo parecido a lo que le hicieron a Dani Pedrosa en 2015.
¿Se soluciona el síndrome compartimental con entrenamiento?
En la rueda de prensa posterior a la carrera en España, se le pidió a los tres primeros, Miller, Bagnaia y Morbidelli, que comentaran el tema. Tras una broma cargada de verdad, Miller comentó que Valentino Rossi "nunca ha tenido síndrome compartimental a pesar de llevar 100 años pilotando".
Entre risas, Morbidelli señaló que los pilotos de la VR46 Academy, a la que él y Bagnaia pertenecen, nunca han tenido problemas de este tipo y que se puede sacar una conclusión sobre el tipo de entrenamiento que se debe hacer.
Bagnaia se limitó a decir que el secreto era que "bebían mucha agua con gas". El hecho de que el tipo de entrenamiento en el famoso Ranch italiano pueda limitar este tipo de problemas no sorprendió a Johann Zarco cuando Motorsport.com le preguntó al respecto.
"Puedo estar de acuerdo, porque es cierto que en mi opinión entrenan con mucha intensidad en el rancho. Tuve un poco de dolor en el antebrazo derecho, pero comparado con Jerez, Portimao es más físico. Jerez es menos físico que Portimao, pero el dolor en mi brazo me complicó el final, porque me faltó un poco de soltura, sobre todo en las curvas de derechas", comentó el francés.
"Pero físicamente, Portimao es mucho más duro: acabé cansado de piernas, un poco en los brazos y no solo en el antebrazo, sino también en los tríceps y los hombros, porque hay mucha compresión. Este circuito es plano y al final de la carrera, no noto que la espalda esté cansada, mis piernas están frescas y sólo tengo este pequeño problema en el antebrazo. Así que cuando has probado Portimao, ¡Jerez va bien!"
Maverick Viñales, que es uno de los pilotos que nunca se ha visto afectado por el síndrome compartimental, por el contrario cree que Jerez es uno de los circuitos que más carga los brazos: "Estás la mayor parte del tiempo en curva y tienes unas frenadas muy fuertes todo el rato, por eso es muy difícil aquí".
Por lo tanto, las sensaciones de los pilotos pueden ser diferentes en una misma pista. Más allá de la preparación física, puede influir el estilo de pilotaje o simplemente las especificidades de cada cuerpo.
"Creo que cada uno tiene sus métodos y cree en una cosa para no tener el síndrome compartimental", dijo Alex Márquez, operado de ambos brazos a finales de 2016 cuando corría en Moto2. "Pero al final, cuando lo tienes, lo tienes. Para muchos pilotos que no lo han tenido creo que es porque son un poco diferentes de nacimiento en esa parte del brazo, algo así. No soy médico para decir exactamente cuál es la diferencia, pero en cuanto a entrenar para ello, es muy difícil cuando llega el síndrome compartimental".
Miguel Oliveira, que también se operó ambos brazos en 2016 tras sufrir unas molestias muy severas, va en esa línea y cree que depende de la persona: "En mi primer año en Moto2 apenas podía correr. Fui un espectador en cada carrera, en cada pista. Así que me operé al final de esa temporada e inmediatamente, cuando volví a subirme en la moto, noté que no era el mismo piloto. Tener el síndrome compartimental limita mucho. No sé si realmente podemos hacer algo al respecto. Supongo que también depende de cada persona. En estos tiempos, incluso tras la cirugía, en algunas carreras tengo a veces más, a veces menos. La moto es más rápida, tenemos más agarre y podemos frenar aún más fuerte, y es difícil".
Con el paso de los años, las motos han evolucionado mucho, sobre todo en la aerodinámica. Las aceleraciones son más violentas, las curvas se toman a mayor velocidad. ¿Hasta el punto de explicar también las numerosas caídas, como las de la famosa curva 7 de Jerez o de imponer restricciones físicas al límite de los cuerpos?
"Creo que sí, francamente, porque se acelera más fuerte, pero la aerodinámica también está hecha para frenar más fuerte y reducir la velocidad en 200 metros lo mejor posible. Así que sí, físicamente, veo que el cuerpo ha evolucionado con el tiempo", reconoce Zarco.
"Si no hubiera ganado fuerza, en algún momento me habría limitado. Fabio es bastante alto, pero es delgado. No tiene brazos grandes, pero el hecho de ser alto le da esa fuerza. No es alto y delgado como Valentino [Rossi]. Se ve que tiene fuerza; pero no tiene la forma de Marc Márquez [que es muy musculoso]. Bagnaia también tiene buenos brazos: eso ayuda, en mi opinión".
¿Ha cambiado tanto MotoGP?
Aunque Zarco lleva ya unos cuantos años en el Mundial, el francés rechaza la idea de que este deporte haya cambiado con el paso del tiempo.
"No, no hasta el punto de decir que ha cambiado el deporte, porque aun así, la forma física siempre ha sido importante. Ahora, además, necesitas un corazón más fuerte y ser capaz de tener un cardio muy, muy alto. ¡Y probablemente por eso a veces te pueden sorprender veinteañeros que tienen frecuencias cardíacas entre 180 y 200 pulsaciones que aguantan! A los 30 años, ¡a veces es más difícil mantener los 200! El cardio siempre ha sido [importante], desde 125cc hasta MotoGP; pero ahora necesitas un poco más de fuerza para ayudar quizás a compensar las situaciones complicadas", apunta.
"Así que no, no hay cambio en el campeonato, porque al final, el que gana es el que está más cómodo. Y yo, veo mis dos podios: ahí es donde estaba más en forma al final de la carrera, mientras que después del octavo puesto [en Jerez] no podría haber hecho un caballito o incluso un invertido como hizo Miller. Así que cuando te sientes cómodo, mueves la moto tanto en el lugar correcto, de la manera correcta, que sacas el verdadero potencial de una moto de carreras. Y eso es algo que se aprende en las categorías pequeñas. Como piloto, es una sensación que no se puede describir, pero eso es lo bueno. La conclusión, diría que es que la forma física te ayuda a durar una temporada para compensar las situaciones difíciles".
Con información de Chloé Millois
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