En Aprilia hay "curiosidad por ver cómo reacciona Viñales bajo presión"

En la pretemporada que terminó el pasado domingo en Indonesia, la marca de Noale pareció haber confirmado el paso adelante que ya dejó entrever la semana anterior, en Sepang.

En la clasificación combinada de las tres últimas jornadas de entrenamientos, en Mandalika, Aleix Espargaró terminó en la cuarta plaza, a tres décimas del más rápido, su hermano Pol, y una por delante de Viñales, que finalizó octavo en la general.

Maverick se incorporó a Aprilia a finales de la temporada pasada, después de una traumática ruptura con Yamaha. Su mejor resultado en los cinco últimos grandes premios que disputó enfundado ya en el mono de la compañía italiana fue la octava posición que se adjudicó en la segunda prueba celebrada en Misano, donde cruzó la meta pegado a Aleix.

Superado el periodo de adaptación a la nueva moto y a la que seguramente será su nueva casa durante algún tiempo, Viñales debe ahora validar la apuesta que hizo Aprilia, y la única forma de hacerlo es con resultados y aportando su experiencia para hacer de la RS-GP un prototipo todavía más afilado.

"Maverick ha traído un enorme conocimiento de un tipo de motos que giraban muy bien, como la Suzuki y la Yamaha. Siendo un piloto tan sensible, creo que será también una ventaja en el desarrollo de la moto", declaraba Massimo Rivola en una charla con Motorsport.com en Indonesia.

El paso de Viñales por Yamaha no fue un camino de rosas, por más que sus primeros pasos en el constructor de los tres diapasones así pareciera anticiparlo –ganó las dos primeras carreras allí, en 2017–.

Después llegaron los roces y malentendidos, que más adelante derivaron en un enfrentamiento que solo pudo resolverse con la separación de caminos: primero Maverick Viñales renunció al segundo año de contrato que tenía firmado (2022), y después con el divorcio forzado como consecuencia del incidente en las últimas vueltas del Gran Premio de Estiria –condujo de forma errática–.

El desenlace y su llegada a Aprilia, una estructura que no puede optar a pelear por el título, como sí era el caso de Yamaha, hizo que muchos pensaran que el catalán buscaba un lugar en el que la presión no fuera tan grande.

"Estoy muy contento de tener a Maverick y de ver cómo se ha integrado. Nuestra idea es la de seguir con él hasta que se pueda, porque él tiene la edad perfecta (27 años). El año pasado hicimos solo cinco carreras con él, que nos las tomamos más bien como test. Este año serán 21 grandes premios. Tengo curiosidad por ver cómo reacciona Maverick bajo presión", afirmaba Rivola, convencido de que tanto él como el nuevo grupo humano que ha creado alrededor del chico de Roses (Girona), harán que su mejor versión se estabilice.

"Tras lo que me habían contado y lo que había visto de él en televisión, queremos ver si hemos sido capaces de que evolucione", zanjaba el ejecutivo.

Las fotos de Maverick Viñales en el test de Mandalika

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