La mejor carrera de Helmut Marko contada por él mismo

Hace unos años, el austriaco recordó una de sus mejores carreras, la Targa Florio de 1972, en donde estaba con un Alfa Romeo y, a pesar de todo su esfuerzo por conseguir la victoria, se quedó a las puertas.

"Durante toda la temporada de 1972, el Ferrari 312P era mucho mejor coche y ganaba a los Alfa Romeo en todas partes. Después, en la Targa Florio, no sé qué pasó, pero en la carrera fue increíblemente rápido", explicaba Helmut Marko sobre aquel 21 de mayo. "Estuve al 100% de principio a fin sin cometer ni un solo error. No tuve tiempo de pensar en lo que estaba haciendo, una vez que olí la posibilidad de la victoria, hice cosas que nunca pensé que podría hacer".

"Fue extraño porque en lugar de guardarraíles, solo había gente a los lados de la carretera. No había muchos puntos para adelantar, pero había una horquilla que estaba rodeada de italianos, ¡no os lo podéis imaginar!", continuó.

"Estaba justo detrás de Arturo Merzario y le pasé. Aunque la carrera era por tiempo, más que por posición, no quería perder tiempo detrás de él, dijo el austriaco. "Desgraciadamente, mi copiloto Nanni Galli, que había empezado la carrera y me había entregado el coche en tercera posición, no estaba en buena forma personalmente, creo que se le había muerto un amigo".

"Perdió el liderato después de que yo le devolviera el coche y también en una parada en boxes cometió un error y chocó contra el muro, lo que nos costó más tiempo", detalló Helmut Marko. "Hice la última tanda y estaba a casi dos minutos de Arturo Merzario a falta de dos vueltas, pero entonces hice cosas que creía imposibles".

"En aquel momento, la seguridad estaba avanzando y Jackie Stewart estaba haciendo un buen trabajo para impulsarla en la Fórmula 1. Luego, ibas a un sitio como la Targa Florio, ¡con gente como guardarraíles!", exclamó recordando aquellos tiempos pasados. "En un momento dado, tuve un gran susto, pero conseguí salirme con la mía, si no, habría rodado montaña abajo. Pasabas por pueblos con casas que habían cerrado las puertas con clavos para que sus perros no pudieran correr por la pista".

"En mi cabeza pensaba '¿qué estás haciendo?', pero, luego el espíritu de la carrera se apoderó de mí e hice tiempos increíbles. Lo admito, mi cerebro estaba desconectado", comentó uno de los grandes responsables de Red Bull. "Había una larga recta de meta, en la que perdimos mucho tiempo, así que sabía que tenía que construir mi ventaja antes de llegar allí. Me mostraron en varios momentos que me estaba acercando en la última vuelta, pero no fue suficiente y acabé segundo por 17 segundos después de seis horas y media de carrera, fue deprimente perder por tan poco después de tanto esfuerzo, pero así son las carreras".

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