Kalle Rovanpera prueba en F1 de Red Bull en Austria

El piloto finlandés se convirtió en la última estrella del WRC en ponerse a los mandos de un Fórmula 1. El dos veces campeón del mundo estuvo en el Red Bull Ring y se subió a un monoplaza de la máxima categoría, después de que a principios de temporada sugiriera con la posibilidad de hacerlo y de que una publicación en sus redes sociales en Milton Keynes avivara las especulaciones.

Para preparar la exhibición de Kalle Rovanpera, visitó la sede de Red Bull para hacerse el asiento y participar en una sesión de simulador: "Hicimos el ajuste del asiento del coche para comprobar que tenía todo bien en el cockpit para la prueba, y luego hicimos una sesión matinal en el simulador probando diferentes coches de monoplazas de categoría más pequeña hasta llegar a los más grandes".

"Pude cogerle el truco a la pista y demás", dijo a Motorsport.com antes de su salida a la pista. "Sigo siendo un piloto de carreras, así que quiero demostrar mi potencial e intentar hacerlo bien".

El finlandés fue al circuito durante la pasada semana, donde hizo su estreno en monoplazas, primero con un Fórmula 4 y después un coche de la Fórmula Renault 3.5, antes de montarse en un Fórmula 1 de la anterior generación. Completó unas 40 o 50 vueltas en la pista donde este año compitió en la Porsche Carrera Cup Benelux.

"Ha sido un gran día, he podido pilotar tres coches de monoplazas diferentes. He dado bastantes vueltas y, por supuesto, el Fórmula 1 era algo que llevaba esperando mucho tiempo, así que ha sido genial poder conducirlo por fin", dijo. "El día fue bien y me quedé con muy buenas sensaciones. Las mayores diferencias entre el rally y la Fórmula 1 son, que un coche de rally, se mueve mucho más desde la carrocería".

"La Fórmula 1 es un poco como un coche de karting, no se mueve mucho desde la suspensión, pero tiene una cantidad increíble de agarre y, por supuesto, la Fórmula 1 tiene una enorme cantidad de carga aerodinámica, lo que te permite conducir mucho más rápido en las curvas", continuó. "También es físicamente muy diferente". 

"Hay mucha más fuerza G lateral, el coche frena mucho y gira más, el piloto lo percibe de forma muy diferente, hay mucha más fuerza G y el monoplaza tiene un agarre increíble", afirmó. "De hecho, la primera vez que te sientas ahí dentro, la sensación es muy diferente a la de un coche de rallies, también te sientas en una posición tan diferente que la sensación es muy distinta, pero ha sido genial poder sentirlo".

Este año, Kalle Rovanpera amplió sus horizontes en el automovilismo y se aventuró en las carreras de circuitos, tras optar por hacer una campaña parcial en el WRC con Toyota, antes de regresar en 2025. El finlandés participó en la Porsche Carrera Cup Benelux, en la que ganó tres carreras, y también disputó una prueba en la Carrera Cup.

Con 24 años, también es un habitual del drifting, modalidad en la que a veces compite, y reveló su ambición de llegar a competir en las 24 Horas de Le Mans. No es la primera estrella que pilota un monoplaza del Gran Circo, porque Colin McRae y Sébastien Loeb ya lo hicieron, con el primero de ellos con un Jordan en 1996 en el circuito de Silverstone como parte de un intercambio con Martin Brundle y su Subaru Impreza, y con el segundo de ellos en un Renault en el trazado de Paul Ricard, antes de hacer lo propio con un Red Bull RB4 en una prueba invernal en el Circuit de Barcelona-Catalunya en 2007, donde fue octavo.

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