Así es el nuevo Eau Rouge de Spa-Francorchamps

La polémica por la seguridad ha llenado los temas de conversación en torno al Gran Premio de Bélgica y al circuito de Spa-Francorchamps por los repetidos accidentes graves en sus poco más de 7 kilómetros de longitud.

Por esto, los dueños del trazado comenzaron las obras para ampliar la escapatoria en la zona izquierda de Eau Rouge, además de construir una nueva grada, más moderna y adaptada al paso del tiempo, deshaciéndose de la icónica casa que presidía la subida.

Se espera que los coches que pierdan el control no impacten contra las protecciones y reboten hacia la pista, aunque se ha seguido criticando el piano que se ha puesto en el inicio de la cuesta, con un bordillo bastante alto que podría provocar algunas dificultades en la entrada en curva.

"¡Nuestra nueva grada está oficialmente abierta!", publicó la cuenta del circuito en Twitter. "¡Qué vistas!".

La subida al Raidillon y el que es quizá el giro más famoso de todo el calendario, Eau Rouge, ha presenciado cómo Anthoine Huberth perdió su vida allá por el 2019 en la carrera de Fórmula 2 del sábado por la tarde debido a un choque con las protecciones que pusieron su BWT Arden en mitad de la pista. Juan Manuel Correa no pudo evitar el monoplaza del francés, impactando a una gran velocidad que fue fatal para Huberth.

No fue el primer ni el último incidente en esta zona de la pista belga, ya que, por ejemplo, en Fórmula 1 vimos cómo Kevin Magnussen perdió el control de su Renault en 2016 y se fue directo contra el muro, o a Lando Norris quedándose con su McLaren en medio del mojado asfalto en la clasificación de 2021, dejando al británico vulnerable ante el paso del resto de coches.

En otras categorías también han ocurrido incidentes fuertes, como el múltiple entre Sarah Moore, Abbie Eaton, Ayla Agren, Beitske Visser, Belén García y Fabienne Wohlwend en las W Series en la pasada temporada, o los de Matevos Isaakyan y Piettro Fittipaldi en 2018 en el WEC.

Con las remodelaciones de la pista esperan no volver a tener que vivir momentos de tensión en el que la vida de un piloto se debata entre la vida y la muerte, aunque, como es lógico, pasar por curvas donde una de las leyendas de la Fórmula 1 decía que "hablaba con Dios", no es apto para todos los mortales.