La lección de la F1 1986 que ensombrece la alegría de Jaguar en Fórmula E

Un primer título de Fórmula E después de ocho años en la categoría y el primer campeonato del mundo para Jaguar desde 1991, cuando logró la gloria en deportivos, deberían haber sido los titulares del final de temporada del ePrix de Londres del pasado fin de semana.

En lugar de eso, el gran felino que forma su logo terminó la temporada con el rabo entre las piernas tras haber desperdiciado la oportunidad de ganar el campeonato de pilotos, donde tanto Nick Cassidy como Mitch Evans se quedaron a las puertas.

Antes de ir más lejos, vale la pena señalar que el éxito de Pascal Wehrlein y Porsche fue completamente merecido, el alemán consiguió tres victorias en una temporada donde solo se quedó sin puntuar en dos de las 16 carreras. Una victoria y un segundo puesto en un trazado londinense que se adaptaba más a los coches Jaguar y cuando la presión era máxima hace a Wehrlein merecedor de su título.

De cara al fin de semana, la victoria en el campeonato de equipos era la prioridad para Jaguar, tal y como señaló James Barclay, director del equipo, ya que el premio en metálico que se ofrecía era un factor crucial para el fabricante británico. Al final, el margen de 36 puntos sobre Porsche fue cómodo, pero Barclay tuvo que gestionar una situación delicada entre la alegría de ganar el título de equipos y el disgusto de sus pilotos.

No hubo tal intento de relaciones públicas ni por parte de Evans ni de Cassidy.

El neozelandés estaba furioso, criticando la estrategia de Jaguar y sugiriendo que sentía que "mi propio equipo estaba trabajando en mi contra en un momento dado", después de haber perdido la oportunidad de ganar el título de pilotos por cuarto año consecutivo. Cassidy, que no fue tan contundente, también cuestionó la táctica de su equipo tras caer de la primera a la tercera posición y ponerse en peligro ante los que venían por detrás, mientras una colisión con Antonio Felix da Costa acabó con sus esperanzas de ganar el título.

La ironía de que todos esos comentarios se hicieran mientras ambos vestían una camiseta de "campeones de equipos" no pasó desapercibida, y ciertamente hubo matices de Adelaida 1986 en lo que sucedió en Londres. Allí Nigel Mansell y Nelson Piquet, de Williams, perdieron el mundial de F1 en el Gran Premio de Australia de 1986 a manos de Alain Prost, de McLaren. O también se puede hablar de Brasil 2007, cuando Lewis Hamilton y Fernando Alonso, de McLaren, vieron cómo contra todo pronóstico era campeón Kimi Raikkonen, con Ferrari. Tras esa temporada, y sintiéndose perjudicado por su escudería respecto a su compañero, Alonso se fue...

Evans y Cassidy se han quitado puntos mutuamente en repetidas ocasiones esta temporada.

La política de Jaguar de permitir a sus pilotos luchar por el campeonato a lo largo de la temporada merece un reconocimiento. ¿Cuántas veces se quejan los puristas del automovilismo cuando las órdenes de equipo se aplican a favor de un piloto, negando a menudo a los aficionados una emocionante batalla en la pista y en la dinámica del campeonato?

El problema con Jaguar, sin embargo, se debe a que a menudo ha adoptado un enfoque "frío y caliente", cambiando la prioridad del equipo carrera a carrera, casi vuelta a vuelta.

En la primera carrera de Shanghai, en mayo, se le dijo a Cassidy que se quedara detrás de Evans en las últimas vueltas, a pesar de tener más energía, para que su compañero de equipo pudiera atacar a Wehrlein, que iba en cabeza. Evans ganó con un adelantamiento en la última vuelta, pero Cassidy quedó tercero y preguntándose qué podría haber pasado sin esa orden.

Antes, Cassidy tomó cartas en el asunto en un intento de asegurar el doblete del equipo en Mónaco, regalando aparentemente la victoria a Evans para asegurarse de que Jaguar obtuviera el mejor resultado posible a pesar de sus propias ambiciones de título.

Sin embargo, la mayor metedura de pata se produjo en la penúltima prueba, en Portland, cuando Cassidy lideraba la primera carrera en las últimas vueltas frente a Evans, que tenía una penalización de cinco segundos por una colisión anterior. A ambos se les informó por radio de que eran libres de correr, y Barclay sugirió más tarde que el equipo había planeado apelar en contra de la penalización de Evans y por lo tanto la lucha en la pista era por posición real.

Ese fue el principio de una pesadilla, ya que Cassidy hizo un trompo en la penúltima vuelta, después de haber tenido que defenderse para no perder la posición con Evans. Si bien hay que criticar a Cassidy por el error, no se puede negar que la mala gestión del equipo contribuyó directamente al fallo, ya que se ejerció una presión innecesaria sobre su piloto líder del campeonato.

El ganador de la carrera, Evans, mantuvo su penalización de 5s, lo que le relegó a la octava posición y agravó el sufrimiento de Jaguar en un día en el que podría haber ganado el campeonato por equipos.

El trompo de Cassidy mientras lideraba en Portland fue un error crucial en la lucha por el campeonato, pero quizás se pudo evitar pidiendo a Evans que aguantara detrás

La victoria en esa carrera también habría puesto a Cassidy 50 puntos por delante de Wehrlein, con un máximo de 87 disponibles en las tres últimas carreras. Así las cosas, llegó a la ronda final de Londres con sólo 12 puntos de ventaja, que se convirtieron en siete tras la primera carrera.

Aun así, liderar desde la pole en un escenario en el que quien ganara la última carrera era campeón, en un circuito en el que la posición en pista era clave y con su compañero de equipo justo detrás, parecía un camino hacia la gloria...

Ambos pilotos han exigido respuestas al equipo y, aunque las reacciones inmediatas tras la carrera pueden haber disminuido, no se puede negar que se ha perdido un elemento de confianza. Jaguar afronta ahora el periodo entre esta temporada y la siguiente habiendo conseguido por fin su primer título de Fórmula E, pero las consecuencias del fracaso en el de pilotos han creado una situación que podría tener grandes consecuencias en el futuro.

A pesar de llevar camisetas de campeón del mundo, el ambiente en el campamento de Jaguar era sombrío después de que ambos pilotos perdieran su oportunidad de ganar el título.