La iniciativa de los principales clubes de fútbol europeos de crear una Superliga para aumentar sus ingresos conmocionó al deporte la semana pasada, pero una revuelta de los aficionados, entre otros movimientos del máximo nivel, hizo que los implicados dieran marcha atrás en sus planes.
La Fórmula 1 tampoco es ajena a las amenazas de ruptura. A principios de la década de los 2000 se habló de un Mundial de Grandes Premios, mientras que la ya desaparecida Asociación de Equipos de Fórmula 1 (FOTA) anunció en 2009 que estaba impulsando su propia categoría para 2010, en medio de la frustración por las condiciones que se ofrecían a los equipos para competir.
El caso de la 'Superliga' del motor:
Sin embargo, la idea de una categoría de la FOTA se abandonó después de que las escuderías, la FIA y los titulares de los derechos comerciales de la F1 llegaran a un acuerdo sobre la futura gobernanza y las condiciones financieras.
Además de que los equipos hayan recibido una mayor parte de los beneficios del deporte en los últimos años, la F1 ha puesto un gran énfasis en la reducción de costes.
Las nuevas normas han tratado de limitar el gasto de los equipos, mientras que la introducción de un límite presupuestario para 2021 ha garantizado por fin que haya un tope de gasto.
Stefano Domenicali, CEO de la F1, cree que la filosofía de la F1 en el control de los costes es clave para dejar a la categoría alejada de los peligros de una ruptura al estilo de la Superliga de equipos punteros, y cree que los dirigentes del fútbol necesitan abordar las finanzas de los clubes de manera similar.
En declaraciones al canal italiano Sky TG24, Domenicali consideró que la mentalidad de la F1 de reducir los costes de los equipos ha contribuido a crear una base sólida a largo plazo.
Hablando de lo sucedido con la Superliga, dijo: "En la Fórmula 1, ya hemos tenido dos veces una situación en la que existía el riesgo de un campeonato paralelo para intentar llevar a casa [a los equipos] más resultados desde el punto de vista de los ingresos".
"En la F1, en este momento, empezamos con el enfoque opuesto: de tratar de controlar los costes. No es casualidad que este año sea el primero del límite presupuestario, que da una dimensión diferente de sostenibilidad financiera a los equipos".
"Creo que es la primera cuestión que el mundo del fútbol, si se me permite decirlo, debe abordar, y de forma bastante rápida".
Más allá de la cuestión de los costes, Domenicali también consideró que los planes tecnológicos de la F1, para un futuro híbrido y de biocombustibles, aseguran al campeonato un futuro sostenible que mantendrá el interés de fabricantes y equipos.
"Seremos una F1 híbrida y tendremos combustible ecosostenible", explicó. "Ya hay muchas actividades de este tipo que recorren la sociedad, y esto da a la F1 la oportunidad de ser protagonista".
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La idea del jefe de Lotus en los años 70, Colin Chapman, era intentar hacer que su coche funcionara como un alerón (él mismo los había introducido en la F1 en 1968). Chapman entendió que si los laterales del coche alcanzaban el suelo, la carga aerodinámica aumentaría de manera exponencial, ya que formaría un área de baja presión debajo del coche, "fijándolo" al suelo. La novedad no pudo dar a Lotus el título de 1977 debido a la baja fiabilidad del coche, pero lograron el campeonato en 1978 con Mario Andretti. Sin embargo, la F1 prohibió la solución por seguridad, ya que permitía a los monoplazas tomar las curvas a velocidades más altas.
Tras el efecto suelo de Lotus y el Tyrrell de seis ruedas, Renault decidió también intentar innovar en la F1. Introdujo un revolucionario motor para el mundial de 1977, cuando puso sobre la pista el primer coche turbo de la historia de la F1. Biturbo, aliviaba un poco el problema crónico del 'turbo lag' y permitía velocidades superiores a las de los coches con motores aspirados a pesar de su poca fiabilidad. La nueva tecnología sedujo al resto de la F1, y los motores turbo pasaron a dominar el mundial hasta que fueron prohibidos a finales de 1988, volviendo en 2014.
Iniciando una nueva fase administrativa en 1981, McLaren decidió apostar por la construcción de un chasis de fibra de carbono, sustituyendo el aluminio que utilizaban el resto de equipos. Más ligero y más resistente, el coche hizo que el equipo volviera a lograr victorias tras tres años de sequía. Por su poco peso y mayor seguridad, los equipos poco a poco se sumaron a la fibra de carbono, y actualmente todos los equipos utilizan ese material en numerosas zonas de sus coches.
Para ayudar a la aerodinámica del coche a ser consistente en aceleraciones, frenadas y cambios de dirección, Lotus utilizó un sistema hidráulico que mantenía el coche alineado sin importar las deficiencias de la pista. En los años 80, era un sistema 'reactivo', pesado y que sacaba potencia del motor para funcionar. Y, a principios de los 90, Williams lo perfeccionó. En el GP de Australia de 1991 (el último de ese año), el equipo introdujo una suspensión genuinamente activa, ya que la programó electrónicamente en base a ese circuito y sus baches. La novedad hizo que Williams fuera campeón en 1992 y 1993 con mucha facilidad. La solución fue prohibida para 1994.
Parecía malo en la época, pero revolucionó la F1 para siempre. Ferrari en 1989 colocó en su coche un cambio de accionamiento por levas detrás del volante, sustituyendo la palanca tradicional, que en algunos monoplazas ya era secuencial y no en H. Los demás equipos no tardaron mucho en copiarlo. Menos de cuatro años después todos los coches ya tenían ese cambio secuencial en el volante.
En 1997, McLaren volvió a ganar después de tres temporadas en blanco. Ese coche poseía una solución bastante ingeniosa para burlar la prohibición del control de tracción. El experimentado fotógrafo Darren Heath comenzó a notar que en zonas de aceleración, el freno trasero de los coches del equipo mostraban los discos traseros al rojo vivo. Sospechó que había algo asociado al frenado que el equipo estaba explotando. Aprovechando un abandono de Hakkinen en el GP de Luxemburgo, sacó fotos del cockpit y captó un pedal de freno extra para ayudar a controlar la tracción. La FIA prohibió el dispositivo a principios de 1998.
Fue una de los grandes armas que dieron los títulos de 2005 y 2006 a Fernando Alonso. Renault desarrolló un sistema de suspensión que consistía en un peso suspendido dentro del coche para amortiguarlo mientras pasaba por baches. Renault proporcionó a la FIA detalles del sistema a mediados de 2005, y el organismo acordó que era seguro y lo legalizó. En 2006, después de hacer su coche considerando el sistema, la FIA prohibió esa solución alegando que era un dispositivo aerodinámico móvil, y tuvieron que rediseñar la suspensión delantera.
Con una gran restricción aerodinámica impuesta de 2008 a 2009, los ingenieros se quebraron la cabeza para saber cómo recuperar la carga aerodinámica antes lograda de manera tan fácil con alerones grandes. En ese momento, el increíble Brawn GP surgió de las cenizas de la recién deshecha Honda con un difusor doble, hecho para acelerar el paso del aire debajo del coche, algo que en aquella época afirmaban que les daba cerca de medio segundo. A pesar de que Williams y Toyota usaron soluciones similares, la de Brawn fue más efectiva, dándoles el título de 2009. Sin embargo, el doble difusor fue prohibido para 2010.
El precursor del DRS. En 2010, McLaren inventó un ingenioso método para ayudar al alerón trasero del coche. El piloto tapaba con la rodilla una especie de chimenea que desviaba el flujo de aire que iba hacia el alerón trasero, haciendo al coche ganar velocidad en recta. La novedad fue copiada por otros equipos en interpretaciones diferentes, pero prohibida por la FIA para 2011 - año de introducción del alerón trasero móvil.
Después de la prohibición del difusor doble, en otro intento por recuperar la carga aerodinámica perdida en el reglamento de 2009, Red Bull fue ingenioso: utilizó el gas de los escapes para aumentar la estabilidad del coche, apuntándolos hacia el difusor. La solución, junto a un mapa de motor especial para clasificación, hacía que aunque el piloto no estuviera acelerando, el aire continuara saliendo con velocidad en las curvas. La solución fue prohibida a mitad de 2011.
Tanto el KERS como los MGUs actuales forman parte de este principio. Con una preocupación cada vez mayor de la industria automotriz en cuanto a la emisión de gases tóxicos por los coches, el desarrollo de tecnologías para el almacenamiento de energías renovables vive su apogeo. Y la F1, que es el principal laboratorio, no se ha mantenido al margen. Actualmente los sistemas de energía híbrida (cinética y térmica, MGU-K y MGU-H respectivamente) son responsables de cerca de una quinta parte de la potencia total de los F1.
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