La empresa de bebidas energéticas ya participaba en la Fórmula 1 a través de su patrocinio, sobre todo con Sauber, pero dieron el paso definitivo de adquirir un equipo que tenía sus orígenes en el proyecto de Stewart Grand Prix de finales de la década de 1990. En su momento, la noticia se recibió con cierto escepticismo, y ponía fin a la aventura de fracaso de Jaguar que, en cinco temporadas, solo registró dos podios con Eddie Irvine.

 "Nuestra decisión de convertirnos en propietarios de un equipo de Fórmula 1 tiene sentido desde el punto de vista comercial", explicó el que fuera propietario de la empresa austriaca, Dietrich Mateschitz, el día del anuncio de la compra. "Si a eso añadimos la oportunidad de participar directamente en un deporte del que obtengo un gran placer personal, es fácil comprender lo encantado que estoy con esta compra".

 "Este es el paso lógico y definitivo en el proceso que hemos iniciado con el programa Red Bull Junior, con el que identificamos, tutelamos y promovemos a jóvenes talentos desde el karting hasta el pináculo que es la Fórmula 1", continuó.

El fracaso del proyecto chino

Sin embargo, todo podría haber salido de otra manera si el proyecto inicial de transformar a Jaguar en Ford Team China hubiera visto la luz. El director de patrocinio del equipo, Mark Gallagher, recordó su misión de intentar mantener viva la escudería con otro inversor al frente: "En el verano de 2004, Ford dio a Jaguar tres meses para encontrar un comprador o cerrarían la fábrica".

"El antiguo director del equipo, Tony Purnell, estuvo hablando con Red Bull, patrocinador de nuestro piloto Christian Klien, mientras a mí me enviaron a China, donde pasé dos meses", explicó. "Estaba trabajando en la venta del equipo a un grupo de individuos chinos con los que Ford tenía buenas relaciones".

Mark Gallagher explicó que el proyecto avanzó considerablemente, y aseguró que hace tan solo unos años había un Fórmula 1 a escala del 40% en Shanghai con los colores del Ford Team China:"El proyecto nunca tuvo éxito porque Ford y China no tenían suficientes ganas de apoyarlo, entonces se cerró el acuerdo con Red Bull".

Un discurso visionario

Al dejar que Dietrich Mateschitz tomara las riendas de una escudería en la que trabajaban 600 personas por un simbólico euro, lo que habría resultado muy costoso para Ford en caso de despidos, en la planta de Milton Keynes había mucha desconfianza: "Se preguntaban cómo una empresa de bebidas energéticas podía tener éxito donde Ford no lo había tenido. Poco después de cerrar el trato, Mateschitz vino a Milton Keynes para dirigirse a nosotros".

"Se puso delante de los 600 empleados y describió por qué había comprado el equipo y cuál era su visión, explicando que era la realización de la ambición de su vida. Dijo que estábamos en esto para ganarlo y reiteró el hecho de que había tenido éxito en todo lo que había emprendido antes. Todo lo que Red Bull ha hecho en la F1 nació de ese primer discurso, y él marcó todas las casillas de lo que quería lograr en la F1".

Hubo incredulidad en aquel momento, pero la apuesta dio sus frutos nada menos que seis años después, cuando Sebastian Vettel, un producto puro de Red Bull, ganó su primer título mundial. El alemán sigue ligado al primer gran periodo de éxitos del equipo en la Fórmula 1, con cuatro títulos consecutivos de pilotos y constructores entre 2010 y 2013.

El teutón no fue el único joven talento que pasó por sus filas, ya que le sucedió Daniel Ricciardo, también producto del éxito del programa de las bebidas energéticas. Un interludio antes de que se pasara una página que aún se está escribiendo, con la llegada de Max Verstappen.

En 20 temporadas, Red Bull participó en 390 Grandes Premios, con 121 victorias, 103 pole position, 99 vueltas rápidas, 281 podios y 31 dobletes, números con los que superaron a Williams y es el cuarto más laureado de la historia, por detrás de las históricas estructuras de Ferrari, McLaren y Mercedes. Después de asociarse con Cosworth, Ferrari y después Renault, hicieron el movimiento ganador de pasarse a Honda en 2019, y todavía utilizan la unidad japonesa, pero todo eso cambiará en 2026 con un nuevo reto, y no menor ,el de diseñar y producir su propio motor con la ayuda de Ford.  El círculo se cierra.

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