Tras una pretemporada de lo más esperanzadora, con una moto completamente nueva y que ofrecía muy buenas sensaciones, el arranque del curso no ha sido ni mucho menos el esperado por el primer piloto de la marca de Noale, condicionada como está por los problemas de fiabilidad en el propulsor del prototipo.

Para evitar males mayores, Aprilia ha tenido que tirar de electrónica para rebajar la exigencia del motor, circunstancia que ha tenido una incidencia directa en el potencial del conjunto.

Según reconoció este jueves, desde Brno y a las puertas de la tercera parada del calendario, Espargaró no forzará este fin de semana tanto como lo hizo en las dos pruebas anteriores, en las que no pudo cruzar la meta al rodar por el suelo.

“Sabemos que este circuito no nos favorece, pero no arriesgaré tanto como en Jerez. No intentaré conseguir cosas imposibles; trataré de ir a por objetivos más realistas”, convino el mayor de los hermanos de Granollers (Barcelona).

Desde que fichó por Aprilia en 2017, el discurso del catalán en todo momento ha girado alrededor de una misma idea: pedirle a la fábrica que se vuelque en el proyecto de MotoGP, algo que finalmente parece haberse llevado a cabo. Por eso, cuando Espargaró escucha quien le pide más tiempo a la marca para poder resolver los problemas existentes, él se pone enfermo.

“No tenemos tiempo. Aprilia lleva cinco años aquí y esto es el campeonato del mundo. No podemos pedir más tiempo. Seguramente, con todos los cambios en el reglamento, 2021 será una buena oportunidad para Aprilia. Pero llevamos diciendo lo mismo desde 2016. No quiero tiempo, quiero que los problemas se resuelvan ahora”, remachó el #41.

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