Casi un año después de que Yamaha anunciase su fichaje por el equipo oficial, Quartararo ha comenzado a tomar posesión de su nueva plaza trasladándose hasta la sede europea que la marca de los diapasones tiene en la provincia de Monza.

El Diablo, que tendrá que esperar al menos hasta el 6 de marzo en Qatar para salir a pista con sus nuevos colores, ya adquirió el estatus de piloto oficial en 2020 cuando firmó su nuevo contrato, un fichaje que despertó mucha expectación en su momento después de su gran temporada de rookie, pero que 12 meses más tarde ha perdido gran parte de ese interés.

El rendimiento de Quartararo –como el Yamaha– cayó en picado en 2020 después de arrasar en los dos primeros grandes premios de la temporada disputados en Jerez, sumando solo 19 puntos de 150 posibles en las últimas seis carreras del año y finalizando en la octava plaza del campeonato, tres peor que en 2019 cuando debutó en la categoría reina.

Este lunes, en Gerno di Lesmo, le esperaban los que serán sus nuevos jefes tras dejar el Petronas Yamaha. Lin Jarvis (team manager) y Maio Meregalli (team principal) le enseñaron por primera vez las instalaciones donde se preparan las M1.

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Tras dos años con Franco Morbidelli al otro lado del box, Quartararo se estrenará este año con Maverick Viñales como compañero en el equipo oficial de la marca de Iwata en MotoGP, y tendrá la difícil papeleta de ocupar el vacío que deja Valentino Rossi, su sustituto en Petronas, tras 15 temporadas allí.

El piloto de Niza no llega solo al equipo oficial este año, ya que dentro del acuerdo se estableció que quien ha sido su ingeniero de pista, Diego Gubellini, también le acompañará en su nueva aventura hasta 2022.