El australiano de Red Bull, además de protagonizar las dos primeras sesiones de entrenamientos libres en Budapest al liderar ambas, fue protagonista por una curiosa polémica.

Durante la segunda práctica, se escuchó al australiano quejarse por radio, diciendo al equipo: "No me gusta la cara de los niños, no soy fan".

El enigmático mensaje llamó la atención de quienes lo escucharon, y sobre ello le preguntaron al australiano tras bajarse del coche. ¿Y ese mensaje por radio?, quisieron saber: "Siempre está en medio., Siempre. No me gusta su actitud", dijo molesto.

Cuando se le preguntó a quién se refería con lo de "la cara de los niños", continuó: "Un niño alto y larguirucho... siempre está en mi camino. Son sólo entrenamientos, pero quizás debería de hablar con él".

Rápidamente se buscó la respuesta por parte del francés de Force India, que no entró en polémicas y, sonriendo y muy tranquilo, contestó: "Que venga cuando quiera [a hablar] pero él estaba en una vuelta lenta y eran unos entrenamientos, la gente tiene que calmarse un poco".

Esteban Ocon confirmó que estaba en un giro de regreso a boxes, y dijo que cada uno iba a lo suyo y que él no hizo nada malo: "Como digo, era una vuelta lenta, yo estaba con mis cosas, él estaba haciendo las suyas, no he molestado a nadie.

Al preguntarle si lo iba a discutir con Ricciardo, el francés respondió: "No hay ningún problema".

Además de este roce, también hubo otro cuando Hamilton, supuestamente, perjudicó a Kevin Magnussen. El de Haas, como ya hiciera su compañero Romain Grosjean en Gran Bretaña, se quejó del tricampeón, dijo que fue irrespetuoso, y amenazó con vengarse: "Hay algunos pilotos a los que no les importa. Yo podría hacer lo mismo, cuando él vaya en una buena vuelta de clasificación, tampoco me va a importar".