Fernando Alonso, tras la proeza de meter el Aston Martin Racing en la Q3 del GP de Italia, se aferró a la zona de puntos e iba camino de sumar cuando, en la vuelta 25 y siendo perseguido por Gabriel Bortoleto, su suspensión se rompió y se vio obligado a abandonar.

El campeón no pudo ocultar la incredulidad de ver romperse esa pieza en su monoplaza, y hubo quien en redes sociales sugirió que había sido culpa suya al pasar bruscamente por un piano. Basta ver las imágenes de otras vueltas y de otros pilotos para comprobar que esa trazada en la Variante Ascari no era tan inusual, al menos no tanto como la verdadera razon. Y es que un portavoz de Aston Martin ha confirmado a Motorsport.com que la grava del Autodromo Nazionale di Monza fue la causante de la avería.

"El equipo puede confirmar que la grava golpeó el coche de Fernando en varios lugares durante la primera vuelta de la carrera, incluyendo la suspensión, lo que causó daños", dijo un portavoz del equipo a Motorsport.com. "El equipo no era consciente de los daños. Una carga continua de baja intensidad acabó provocando el fallo de la pieza".

En algunos puntos de la pista la gravilla de las escapatorias creó bastantes problemas, y tras una inspección más detallada de la suspensión delantera que se rompió en el Aston Martin AMR25 no había existido un fallo estructural como se había pensado al concluir la carrera. 

Se sospecha que una excursión de Lando Norris por las escapatorias dejó esas piedrecitas que habrían dañado al monoplaza verde, y que arruinaron un resultado que habría sido muy importante en el campeonato de constructores, donde sacan solo un punto a Racing Bulls y siete a Sauber en la lucha por la sexta plaza.

Los datos parecen haber demostrado que el elemento estructural de la suspensión delantera (de carbono con núcleo metálico) se rompió porque fue golpeado por una de las muchas piedras que habían quedado en la pista y que habían salido "disparadas" contra el Aston Martin. 

Desde el primer momento, la escudería de Silverstone había descartado un error del piloto al que apuntaron los más críticos. 

Ahora, Aston se dirige al trazado de Bakú donde, si bien hay partes reviradas y estrechas, las largas rectas podrían ser de nuevo un lastre que obligue a Alonso a sacar un extra para llegar primero a Q3 y luego, a puntuar.