El semáforo del GP de Estados Unidos 2018 de F1
Analizamos lo mejor y lo peor de la carrera en Austin, que acabó con victoria de Raikkonen y dejó el título a tiro para Hamilton en México.
Foto de: Mark Sutton / Motorsport Images
Verde
El finlandés volvió a ganar, cinco años y medio después, y tras 113 carreras sin subir a lo más alto del podio. Por el camino ha dejado muestras de no merecer ciertas renovaciones y de no dar la talla como escudero del segundo mejor equipo de la actualidad, pero lo de Austin fue una absoluta exhibición que recordó al Kimi que fue, no hay que olvidarlo, campeón del mundo.
Su gestión de los neumáticos fue magnífica, pero a su vez destacó cómo adaptó el circuito a sus necesidades. Su administración de la batería, recargándola durante la zona revirada del Circuito de las Américas para defenderse en las rectas, es de máster de la Fórmula 1 actual. Esta vez sí acertó el muro de Ferrari con la estrategia, pero al final es el piloto el que tiene que validarla, y Raikkonen se lo ganó con una genial actuación.
Nos quedan tres carreras para verle en un monoplaza muy competitivo, y hay intriga por saber cómo le motivará esta victoria. Puede ayudar a Ferrari a lograr un campeonato de escuderías que parece muy complicado, y sería el último servicio de un piloto que a partir de 2019 ha aceptado luchar en la zona media del pelotón en lugar de irse a otra categoría. Mejor con gente de su talento, que con rellenos de los que completan la parrilla sin muchos más argumentos que llenar las arcas de sus escuderías.
Naranja
Se llevó el premio al ‘Piloto del día’ con otra actuación, a la altura de la de Raikkonen, ejemplar. Del 18º al 2º puesto con un inicio fulgurante, un ritmo consistente y luego con una regularidad que le mantuvo cerca del Ferrari y lo suficientemente lejos del Mercedes de Hamilton.
Su defensa ante el inglés es de las que permite recordar que Max Verstappen está llamado a ser campeón, un grande en un monoplaza no siempre capaz. Su remontada se vio favorecida por los errores de unos y la falta de fiabilidad de otros. Y también, aunque en esta ocasión no lo precisó, por ese conocimiento extendido en la Fórmula 1 de que cualquier cuerpo a cuerpo con él te puede dejar fuera. Pero es un resultado muy destacable.
Llega, eso sí, después de que su ímpetu se la jugara en clasificación, con un fallo que provocó que saliera al fondo de la parrilla. Dijo Ricciardo que a él le habían avisado, y es de suponer que también al holandés. Lidiar con ese carácter le puede convertir en un piloto de época. Aunque, parece, también que podrá ganar sin calmarlo.
Rojo
No es el objetivo mandar a la hoguera al piloto que arruina la carrera de otro cuando es sin intención. Es un error sancionable y que sale muy caro a quien lo sufre, pero hasta ahí. Stroll se llevó por delante a Alonso, "como en los bolos", y eso agravó las críticas recibidas, pero hay más motivos que las primeras curvas de Austin para darle el rojo.
Porque es reincidente, porque es de los que mencionábamos arriba, y porque por su dinero (aunque no sea su culpa haber nacido en esa familia, obviamente) deja fuera a pilotos como Kubica en Williams y puede dejar a Ocon fuera de la parrilla.
Tampoco le ayuda estar en Williams, espejismo de lo que fue, pero el rojo va a esos pilotos que a menudo parecen novatos en esto del automovilismo y que están absolutamente representados por Stroll.
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