Bastianini se encontró en Austin "en sintonía" con la KTM por primera vez

Enea Bastianini vio algo de luz en su proceso de adaptación a su nueva moto, la KTM, en el Gran Premio de las Américas. El piloto italiano había previsto que iba a empezar a tener por la mano la RC16 en unas pocas carreras, pero pronto se dio cuenta de que no solo era algo utópico, sino que era un reto más grande del que él había pensado.

Sin embargo, el fin de semana de Austin resultó especialmente positivo para el ex corredor de Ducati, a pesar de que parecía que las cosas iban a ir por el mismo camino. El sábado, en la clasificación, fue séptimo en la Q1 a 8 décimas del mejor tiempo y 17º en parrilla. En la sprint posterior, remontó hasta la 13ª posición, quedando a 16 segundos de Marc Márquez.

Pero el domingo, las difíciles condiciones de la pista tras la lluvia y la larga distancia en la que siempre tiene mucho fuelle en la parte final le ayudaron, y acabó en un fantástico séptimo puesto, a 12 segundos de Pecco Bagnaia. Un resultado que podría haber sido aún mejor, porque inicialmente fue uno de los tres pilotos, junto a Brad Binder y Ai Ogura, que habían optado por salir a la carrera con los neumáticos correctos, los de seco, antes de que se cancelara la salida y toda la parrilla eligiera esos compuestos.

Así, al término del fin de semana, la 'Bestia' reconoció que se encontró "en sintonía" con la KTM por primera vez desde su desembarco en el Tech3, y explicó que la mejora de sensaciones tras hacer varios cambios en la máquina de Mattighofen de cara a la jornada dominical.

"No está mal", empezó diciendo Bastianini. "Estoy contento, porque esta mañana hemos cambiado algunas cosas en la moto. Confiaba en mejorar mi ritmo en carrera, y así ha sido. Ha sido un poco complicada, con la salida y las condiciones no ha sido fácil. Después, he rodado a mi ritmo y he ganado mucha confianza en las últimas cuatro o cinco vueltas con Marco Bezzecchi, que era el más rápido en pista".

Enea Bastianini, Red Bull KTM Tech 3

"Eso es positivo, pero también porque estaba en sintonía con la moto. Es la primera vez que me ha pasado esto. En Tailandia fui rápido en carrera, pero hoy [por el domingo del COTA] es la primera vez que he pilotado con mucha confianza. Hemos hecho un buen trabajo con el equipo, porque las cosas no empezaron muy bien [el viernes]. Podemos irnos de aquí muy contentos", siguió.

Y es que, en la sprint del sábado, lo que condenó al de Rimini fueron unas vibraciones que aparecían tras "dos o tres vueltas". Sin embargo, los cambios realizados en la moto le ayudaron a paliar esta difícil situación cuando más puntos se repartían.

"Desde [el sábado], solucionamos el problema de las vibraciones. Era el principal fallo de la moto. Uno de los peores problemas era la estabilidad. Estaba muy nervioso, y me costaba atacar. Eso también me ha pasado [el domingo], pero sólo al principio de la carrera. Mejoró a medida que el neumático se iba desgastando. Es bueno darle eso a mi equipo", finalizó el transalpino, que ahora viajará a Losail, una pista en la que ganó en 2022 con la Ducati GP21 del equipo Gresini.