Las mejores historias de 2017, 13: Morbidelli doctora a la academia de Rossi

Ocho años llevaba Italia sin ganar un mundial, justo desde que Rossi se proclamase campeón en Malasia en 2009. Precisamente en Sepang su alumno más aventajado tomó el relevo de su maestro y devolvía la gloria al país más laureado en la historia del motociclismo. 

Morbidelli se proclamó campeón sin correr. El del Marc VDS se jugaba el título con Luthi, que se lesionó en los entrenamientos y se vio obligado a perderse la carrera. A pesar de tener atada la corona matemáticamente antes de salir, Franco no la aceptó hasta cruzar la meta, tercero. 

El #21 se ha mostrado como el más regular de Moto2, además del más rápido, y así lo atesoran los ocho triunfos en una temporada –se ha quedado a uno del récord de Márquez en un año. 

Sin embargo, la historia del campeón de Moto2 trasciende el plano deportivo. Con dos años su padre, Livio Morbidelli, le fabricó su primera moto. De Roma se trasladaron a Pesaro, mucho más cerca de Tavullia, donde emprendería la relación que aún a día de hoy le une con Rossi.

En 2006 firmó un contrato con Pramac D’Antin, gestionado con Paolo Campinoti y Luis D’Antin, pero tras desaparecer el proyecto, su familia tuvo que buscar otra vía para convertirse en piloto profesional. Pasó por la Cuna de Campeones y tras no poder hacer el CEV por falta de medios, tuvo que irse al campeonato de Stock 600. Allí, en 2013 debió encajar el golpe del sucidio de su padre, meses antes de que Gresini le diese la primera oportunidad en el Mundial. 

En 2014 realizaría su primera temporada completa en el mundial, a la par que ingresaba junto a Luca Marini, Andrea Migno, Nicolò Bulega, Romano Fenati y Francesco Bagnaia en la academia que Rossi ponía en marcha. 

Tres años más tarde, la academia ya da frutos y el proyecto de Rossi para encontrar nuevos campeones ya tiene el primero. Morbidelli reconoce que convive con el hecho de que le señalen como el sucesor de Valentino. Tiempo al tiempo. De momento ya ha tomado el relevo.  

Franco Morbidelli obtuvo con su título la recompensa al trabajo años atrás, además del ascenso a MotoGP en 2018, donde llegará graduado. Allí se verá las caras con su mentor, a quien ya sabe lo que es ganar, pero a partir de entonces deberá volar solo.

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