Gracias a un DS E-TENSE FE25 profundamente modificado, el piloto francés acabó siendo uno de los protagonistas de un domingo tenso y emocionante.

Después de una primera carrera mediocre, los técnicos de DS Performance, con el apoyo de Stellantis Motorsport, trabajaron durante la noche para modificar significativamente la puesta a punto de los coches de DS Penske.

"No hay soluciones milagrosas en la Fórmula E, pero rápidamente identificamos áreas en las que podíamos mejorar", explicó Jean-Marc Finot, Director de Stellantis Motorsport, quien supervisa el programa de Fórmula E de DS Automobiles. "Optimizamos el sistema de frenado, ajustamos la rigidez de la suspensión trasera y se refinó la geometría de la suspensión. Combinando estos cambios con datos históricos del circuito analizados mediante inteligencia artificial, construimos un paquete competitivo".

Pero en los 3.337 km y 19 curvas del circuito urbano de Mónaco puede pasar cualquier cosa, y el domingo 5 de mayo fue un ejemplo perfecto de ello. Tras dominar las sesiones de entrenamientos, los monoplazas eléctricos de Jean-Eric Vergne y Maximilian Gunther tuvieron que lidiar con una intensa lluvia durante la clasificación. A pesar de ello, su buen ritmo permitió a ambos alcanzar los cuartos de final, donde acabaron enfrentándose en la semifinal.

Desafortunadamente, ambos derraparon al salir del túnel y no pudieron tomar legalmente la chicane. Como resultado, sus tiempos fueron anulados y salieron desde la segunda fila sin llegar a la final.

Vergne lidera la carrera

Jean-Eric Vergne, DS Penske

Foto de: DPPI

A las 15:04, bajo una lluvia constante, se apagaron las luces del semáforo principal de MonteCarlo. Los dos pilotos de DS Penske hicieron una gran salida. Vergne se puso rápidamente en cabeza, dominando la carrera con aplomo a pesar de las difíciles condiciones. Vuelta tras vuelta, fue construyendo una sólida diferencia de más de cuatro segundos sobre su rival más cercano. Su estrategia pareció dar resultado, a pesar de que ya había utilizado uno de sus dos modos de ataque.

Pero la imprevisibilidad es el nombre del juego en la Fórmula E. Un incidente en la carrera provocó la salida del coche de seguridad, borrando la ventaja que tanto le había costado ganar a Vergne. Oliver Rowland, que había conservado los dos modos de ataque y gestionado su energía con precisión quirúrgica, volvió a la carga.

Con la tracción total temporal del Gen3 EVO a su disposición, Rowland acabó adelantando a Vergne tras una tensa batalla en la que se vieron implicados varios monoplazas. Fueron necesarios varios intentos y jugadas estratégicas antes de que Rowland completara la maniobra, e incluso entonces, el liderato volvió a cambiar de manos en las últimas vueltas.

Un final táctico

En las últimas vueltas se desarrolló una partida de ajedrez estratégica. Con activaciones del modo ataque y diversas estrategias energéticas en juego, la clasificación evolucionó constantemente.

Tras liderar gran parte de la carrera, Jean-Éric Vergne cruzó la línea de meta en una respetable sexta posición, lejos de sus ambiciones, pero con una actuación sólida y encomiable. Tras él, Maximilian Günther terminó octavo, sumando puntos y confirmando el buen nivel del equipo.

La vista puesta en Tokio

A medida que el Campeonato del Mundo de Fórmula E llega a su ecuador, DS Penske parece estar en la trayectoria correcta. Las lecciones aprendidas en Mónaco podrían resultar vitales cuando la categoría se dirija a Tokio, los días 17 y 18 de mayo. Con un trazado totalmente nuevo, un cambio de huso horario complicado y nuevos obstáculos que superar, la escudería franco-estadounidense está ansiosa por mantener el impulso.