Vettel menciona a Alonso al hablar de los picos de rendimiento de un piloto

Sebastian Vettel lleva tiempo lejos de la Fórmula 1, pero cuando habla, el paddock escucha. No aparece mucho, no persigue cámaras ni se deja ver en las rectas de boxes: vive otra vida, más doméstica, más tranquila, más verde. Pero su nombre sigue siendo uno de los grandes marcados a fuego en la historia reciente de Fernando Alonso.

Lewis Hamilton fue su otro gran antagonista, sí, pero si hay un piloto que vivió rueda a rueda, título a título y era a era con el asturiano, ése fue Vettel. Y precisamente por eso, por esa mirada única de quien ha sentido en primera persona lo que significa correr contra Alonso, sus palabras en el podcast F1 Beyond the Grid tienen un peso especial.

El alemán fue preguntado por un tema tan íntimo como difícil de medir: ¿Cuándo está un piloto en su ‘peak’, en su mejor momento absoluto?

La respuesta fue rápida… quizá demasiado rápida. Y ahí nació la frase que ya está dando la vuelta al paddock: "Si hablas con Fernando, probablemente te diría que siempre ha estado en su mejor momento, porque en ese sentido es muy confiado en sí mismo".

Un comentario elegante, pero con filo. No es una crítica abierta. No es un halago claro. Está en ese territorio intermedio en el que Vettel siempre se ha movido con maestría cuando habla de Alonso: admiración, ironía fina y un respeto implícito por alguien que sigue desafiando la lógica.

El propio Vettel lo remata: "Desde fuera es natural que haya un pico. En todos los deportes. Pero es muy individual".

La cuestión es que, si hay un piloto que parece jugar contra esa regla universal, ése es Alonso. A sus 43 años, en plena temporada 2025, sigue metiendo el Aston Martin en Q3 como quien hace flexiones. Sigue adelantando como si tuviera 25. Sigue acumulando récords de longevidad sin que nadie se atreva a sugerir que está "de bajada".

Y eso convierte la frase de Vettel en algo más que una broma: es una verdad incómoda. Alonso parece un caso clínico del "peak eterno". Mientras el asturiano continúa viviendo por y para las carreras, Vettel eligió un camino distinto. Y su sinceridad en el podcast lo deja brutalmente claro.

Vettel confiesa su declive: En 2019 y 2020 ya iba hacia abajo

Sin rodeos, sin proteger su legado, sin postureo: "En 2019 y, en justicia, en 2020, yo ya estaba de bajada. Había perdido ese empuje final".

Incluso admite que en 2018, viajando a Australia para la primera carrera, sintió algo que nunca había sentido: "No quería viajar. Quería correr, sí, pero no quería subirme al avión". Ganó la carrera igualmente. Ganó también la segunda. Pero él mismo reconoce que el fuego ya no ardía con la misma intensidad.

Ahí aparece la mayor diferencia, según Vettel, entre su vida y la de Alonso: mientras él construyó un hogar, una familia, una vida completa lejos del paddock, Alonso echó gasolina a su carrera incluso en los años de ausencia. Dakar, IndyCar, resistencia… radar siempre activo. Volvió a F1 porque nunca se fue del todo. "Fernando está en un momento distinto de su vida. Él siguió compitiendo. Para mí, la vida fuera de las carreras estaba muy construida ya".

Dos rivales, dos vidas… dos picos muy distintos

La reflexión que deja Vettel es tan honesta como reveladora. Él identifica su "pico" con claridad: 2011, 2015, 2017, 2018. Incluso antes, en su primer título, admite que aún no estaba realmente en su mejor versión.

Ese análisis personal contrasta con lo que insinúa de Alonso: un piloto que siempre se siente en su mejor momento, que compite como si lo estuviera y que, visto desde fuera, parece capaz de prolongar su prime más allá de lo razonable.

Quizá por eso la frase de Vettel suena a dardo suave… pero también a cierta rendición ante la evidencia: Alonso es un outlier, una anomalía estadística con mono verde.