La increíble historia del "jefe de equipo" más surrealista de la F1

Fue una de las imágenes más desconcertantes de la temporada 2014 de Fórmula 1, cuando Finbarr O'Connell apareció en la rueda de prensa de los directores de equipo de la FIA en el GP de Abu Dabi. Trabajaba en ese momento para la firma de insolvencia Smith & Williamson, que a su vez asumió la administración de Caterham Sports Limited.

O'Connell llegó vestido con la vestimenta blanca y verde de Caterham después de que el equipo pudiese recaudar 2,3 millones de euros en un crowdfunding para poder correr la última carrera de la temporada. Las finanzas de Caterham estaban en rojo y eso le hizo ausentarse en los grandes premios de Estados Unidos y Brasil. El objetivo de O'Connell era poder mostrar Caterham a posibles compradores.

Ahora, una década después, Motorsport.com ha podido entrevistar a O'Connell, uno de los jefes de equipo más inesperados de la Fórmula 1, para preguntarle por sus recuerdos de lo que resultó ser el canto del cisne de Caterham en el circuito de Yas Marina.

"Tengo cuatro recuerdos imborrables del GP de Abu Dhabi", dice. "El primero es el espíritu del equipo Caterham. Todos vinieron pagando sus gastos por su amor al equipo. Recuerdo haber dicho ante la prensa en Abu Dhabi que este equipo tenía dos motores, la unidad de potencia de Renault debajo del capó y los hombres y mujeres del equipo que lo daban todo por algo que era mucho más que un trabajo para ellos, que era su equipo, su vida y su orgullo".

"El segundo recuerdo fue estar sentado en el muro de boxes y en contacto directo con los pilotos y el equipo de carreras. Cuando surgió un problema grave con el coche de Kamui Kobayashi, di la orden de que entrara a boxes".

"La tercera fue recibir una llamada de la FIA para informarme de que Will Stevens no podía correr porque no tenía la superlicencia. Como contingencia, me puse en contacto con un amigo que era el propietario de uno de los otros equipos y le pregunté si podía 'coger prestado' a uno de sus pilotos si necesitaba finalmente un segundo piloto. Al final, Will consiguió la superlicencia y pudo subirse al coche".

Estábamos corriendo en la pista con los dos corredores de color verde de Caterham. Todo lo que puedo decir es que me pareció una buena idea en ese momento", añadió.

La aparición de O'Connell en la rueda de prensa de la FIA fue un momento surrealista. Se sentó junto a Toto Wolff, Christian Horner y los entonces jefes de equipo Marco Mattiaci (Ferrari) Claire Williams y Otmar Szafnauer (Force India), a los que se unió el adjunto de Lotus, Federico Gastaldi.

"Estaba allí para intentar rescatar a un equipo de F1 y no sentí más que apoyo y amistad por parte de ellos y de los directores de los demás equipos de F1", recuerda O'Connell. "Tras el GP de Abu Dhabi, volé a Suiza para asistir a una reunión con la FIA en la que querían apoyarme todo lo posible en mis esfuerzos por intentar reestructurar o vender el equipo Caterham".

"Le propuse la idea de que uno de los otros equipos de F1 comprase Caterham para ser el segundo equipo de su marca. La desventaja habría sido un coche muy diferente, pero la ventaja habría sido el coste reducido de entrar en otro equipo y la rapidez de poner a ese nuevo proyecto en la parrilla de la F1".

O'Connell había recaudado el presupuesto necesario para llevar a Caterham a Abu Dhabi y asistió a la rueda de prensa, pero uno de los lugares a los que no se le permitió ir fue a la parrilla. El entonces propietario de la categoría, Bernie Ecclestone, se lo impidió porque consideraba que tener un "administrador" en la parrilla enviaría un mensaje equivocado sobre la F1.

"Bernie quería a Caterham en la parrilla y corriendo en Abu Dhabi, sobre todo porque Marussia no iba a correr", explica O'Connell. "Ayudó al equipo a organizar el transporte de todo, aunque pagué mucho por ello. Bernie también nos ayudó a organizar los neumáticos y la gasolina".

"Pero, como maestro de ceremonias de este asombroso circo ambulante, Bernie también tomaba todas las decisiones, desde a quién daba los pases en boxes hasta el hecho de que no me quería en la parrilla. Bernie no quería que la prensa mundial del motor se preguntara quién era ese tipo que estrechaba la mano en la parrilla a los pilotos de Caterham y que le explicaran que soy un especialista en reestructuraciones, lo que él probablemente veía como algo negativo a nivel corporativo".

"También impidió en un principio que mi abogado entrara en el paddock, pero resultó que trabajaba para uno de sus familiares, así que al final se le permitió la entrada", recuerda con una sonrisa.

Lamentablemente, nunca se encontró un comprador para el equipo, a pesar del gran interés.que suscitó. Al final, Caterham se dividió, sus piezas y equipos se vendieron y el Centro Técnico de Leafield corrió la misma suerte.

"Desgraciadamente, nadie estaba en condiciones de comprar este equipo de F1", añade O'Connell. "Se disolvió y los coches, junto a todas las piezas de ingeniería se subastaron. La fábrica de Leafield se puso a la venta y se vendió al mejor postor, y todo el equipo de carreras encontró acomodo en otros equipos y en otras empresas de carreras".

El Centro Tecnológico de Leafield sigue en estado de desuso y deterioro. Lo que podría haber sido un hogar ideal para una escudería moderna de F1 ahora se ha convertido en "un escondite de lujo".

"Sé que los nuevos propietarios tuvieron grandes dificultades para obtener el permiso de obras para el proyecto que ellos querían llevar a cabo", afirma O'Connell. "Ahora tengo entendido que los promotores quieren construir allí un parque de vacaciones de lujo y que el proyecto incluiría 51 casetas, otras ocho  tipo granero y dos lofts que se construirían a partir de un edificio ya existente".

"El concepto es crear 'experiencias de escondite de lujo', lo que incluye la creación de una nueva piscina cubierta, un spa, jacuzzis al aire libre, vestuarios, una tienda, un nuevo bar y restaurante, un espacio cubierto de socialización al aire libre y un estudio", concluyó.

El paso de O'Connell por la F1 fue breve, pero muy intenso. También ha dejado una gran huella en sí mismo, ya que firma su correo electrónico con las palabras "lo mejor, F1n".

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