Las mejores historias de 2017, 19: Di Grassi se corona tras la pesadilla de Buemi
En nuestro top 20 de mejores historias de 2017, narramos el campeonato que ganó Lucas di Grassi después de un cúmulo de infortunios de Sebastien Buemi.
Buemi y di Grassi habían establecido una rivalidad desde la temporada 2015/2016, cuando el suizo se proclamó campeón en la última carrera de la manera más inesperada tras una polémica entre ambos.
Volvieron a ser los pilotos favoritos en 2017, y a pesar de dos podios de Di Grassi al inicio, Buemi ganó las tres primeras carreras y se escapó en el campeonato. En la cuarta prueba, en México, llegó al fin la victoria del brasileño, que apretaba la clasificación tras sumar Buemi un solo punto (fue 14º en un caótico ePrix).
Buemi se recuperó ganando tres de las siguientes cuatro carreras (Mónaco, París y la segunda de Berlín). A falta del doble evento de Nueva York y del de Montreal (cuatro carreras en total), el suizo era líder por 32 puntos de ventaja sobre su rival.
El compromiso de Buemi con Toyota en el WEC y que el ePrix de Nueva York coincidiera con la ronda del Campeonato Mundial de Resistencia en Nurburgring hizo que el piloto tuviera que perderse las dos carreras en Estados Unidos pese al intento de Renault e.dams. Gasly fue su sustituto pero, aunque no ganó ni el sábado ni el domingo, Di Grassi sacó provecho de la ausencia del líder.
Sumó 22 puntos en Nueva York y llegó a la cita definitiva a solo 10 puntos de Buemi. Antes de esa doble carrera, hubo un cruce de declaraciones en referencia a lo ocurrido un año antes.
El fin de semana empezó ya cruzado para Buemi, que viviría una auténtica pesadilla. Sufrió un accidente en los entrenamientos libres y su equipo tuvo que trabajar a contrarreloj para arreglar el coche antes de la clasificación. Como resultado, Di Grassi logró la pole (sumando 3 puntos) y él, que clasificó 2º, saldría 12º tras cambiar la batería por el accidente.
Con siete puntos de diferencia, Di Grassi dominó de principio a fin y se llevó la victoria en la penúltima carrera. Buemi tuvo una carrera llena de incidentes, se "pegó" con todos, discutió con muchos y acabó descalificado tras haber llegado 4º porque su coche no superaba el peso mínimo (a pesar de que Renault añadió lastre ante la falta de tiempo).
El suizo hasta recibió un toque voluntario de Daniel Abt tras un arrebato de furia.
Di Grassi alcanzó el liderato de la Fórmula E por 18 puntos con 25 (29 contando pole y vuelta rápida) por disputarse. La clasificación para la última carrera le dejó aún más el título en bandeja: saldría 5º y Buemi 13º, esfumándose para el de Renault las opciones de sumar 3 puntos por la pole.
Pero, aunque el final parecía tranquilo para Buemi, que había visto escaparse el título tras perderse Nueva York y fallar el sábado en Montreal, aún quedaba más. Stephane Sarrazin golpeó la parte trasera de su monoplaza en la primera curva tras tocarse con Abt y le obligó a tener que entrar en boxes. Sin embargo, la pieza dañada se desenganchó de su Renault y dirección de carrera, pese a su evidente enfado, le hacía detenerse mostrándole la bandera negra con punto naranja (piezas peligrosas).
Ahí murieron definitivamente sus pocas opciones. Buemi volvió a la carrera pero solo pudo ser 11º y, aunque Di Grassi con ese resultado ya era campeón, llevó el coche a meta en la 7ª plaza y ganó, al fin, el campeonato de Fórmula E. A la tercera fue la vencida.
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