El Dakar cumple 40 ediciones y su actual director deportivo casi nació con él. Marc Coma (Aviá, Barcelona, 1976) no entendería la vida sin el Dakar y el Dakar no habría sido lo mismo sin él. Su nombre ya está en los libros de oro de la carrera más dura del planeta después de sus cinco coronas en la categoría de motos (2006, 2009, 2011, 2014 y 2015).

Es el único piloto no francés que ha logrado el quinteto de victorias (Cyril Nevue y Cyril Despres con 5 y Stephane Peterhansel con 6) en un raid que se imaginó Thierry Sabine allá por 1978 y que hizo realidad un año después.

"Yo el Dakar lo he visto… casi tenemos la misma edad. Los primeros años lógicamente no los vi. Pero sí que mis primeros recuerdos son de los reportajes que había en televisión que hacía el resumen de cada etapa por la tarde. Ahí me empezó a atraer y comencé a seguir esta carrera tan mágica", recuerda Coma en entrevista com Motorsport.com.

"A partir de ahí, cada año fui siguiéndolo más. Ya cuando llegué a poder participar, para mí era un sueño cumplido, así que imagínate lo todo lo que ha venido después".

Todo lo que vino después fueron cinco victorias absolutas, siempre con KTM, 25 victorias de etapa y un halo de leyenda que se extendió hasta su retirada en 2015. Desde entonces, se centró en la parte de gestión deportiva y tras echar una mano con aquel complicado Dakar 2016 en el que el paso por Chile se canceló a última hora, es el director deportivo de la carrera.

Coma ya dejó su huella y plasmó su idea de lo que debe ser una prueba como esta en 2017, cuando introdujo los llamados Way Points escondidos y volvió a dotar a la navegación de la importancia que siempre tuvo en la competición. 

Su bautismo en las dunas fue en 2002, en la edición 24º que partió de Arras (Francia) y tras pasar por Madrid, se adentró en Marruecos, Mauritania y Senegal. Allí, Coma llegó a ser 7º en la general antes de ser uno de los 283 pilotos (de los 425 que participaron) que no vio la meta del Lago Rosa aquel año. 

"Es muy lejana ya. Era un proyecto muy pequeño, con mucha ilusión y con muy pocos recursos, como son la mayoría de proyectos que van en el Dakar, los amateur", recuerda Coma de su primera aventura dakariana con la Suzuki-CSV. 

"Desde ahí pude empezar... no terminamos, nos quedamos en la mitad del rally, pero me sirvió de trampolín". Tal fue así que al año siguiente regresó, pero ya de la mano de Repsol y KTM para entrar en el top 20 final. 

"Cuando llegas por primera vez te supera un poco todo, sinceramente. La magnitud de la carrera en todos los sentidos es para un rookie algo alucinante y más si vienes de un campeonato como el de Enduro, que eran carreras muy pequeñitas y con un ambiente muy familiar. Empiezas a ver la profesionalización en primera persona".

Le preguntamos con qué recuerdo se queda de las 12 participaciones y sus últimos tres años en la parte de la gestión deportiva, y Coma responde con una sonrisa en la boca, esa que sigue luciendo en los desiertos de medio mundo, su habitat.

"Me gusta mirar para delante y estoy seguro de que el mejor momento está por llegar todavía".

Las mejores fotos de Marc Coma en el Dakar

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