Quartararo y el síndrome compartimental: un problema que viene de lejos
Fabio Quartararo sufrió en el pasado GP de Francia un dolor en el antebrazo derecho, reviviendo así viejos fantasmas con el síndrome compartimental.
Fabio Quartararo, Yamaha Factory Racing
Gold and Goose / Motorsport Images
Fabio Quartararo no está teniendo, ni mucho menos, su inicio de año soñado en la temporada 2023 de MotoGP. El piloto francés sigue arrastrando en la presente campaña los problemas del pasado con la Yamaha, agravados incluso este año por el deseado aumento de potencia en el motor que, según el francés, ha terminado por descompensar la moto, tapando incluso algunos puntos fuertes que tenía. Pero, más allá de esta situación, que le tiene noveno de la general a 45 puntos del líder, Pecco Bagnaia, al #20 se le sumó un inconveniente más en el pasado Gran Premio de Francia.
Tras terminar séptimo el domingo, en una carrera larga que fue auténtica supervivencia al terminar apenas 13 pilotos, el galo achacó el mal resultado a la reaparición de un antiguo problema: un dolor en el antebrazo derecho que no le permitió pilotar cómodo y en condiciones a partir de la mitad de la prueba.
Según Quartararo, este daño surgió antes de la carrera, durante un masaje en la clínica Quirón Salud, que desde este año sustituye a la tradicional Clínica Mobile, y que el piloto calificó de "demasiado agresivo".
"Tuve un problema físico. Antes de la carrera me fui a hacer un masaje y creo que fue demasiado agresivo. El encargado de hacérmelo apretó mucho, y a partir de media carrera el antebrazo se me inflamó y se tensó muchísimo, hasta el extremo de casi no dejarme ni frenar", explicó Fabio al término de la carrera.
Así, el de Yamaha volvió a tener problemas relacionados con el síndrome compartimental que, en su caso, no son para nada nuevos. Y es que Quartararo los ha sufrido varias veces en su carrera, lo que puede hacer saltar las alarmas de cara a lo que ocurra en lo que resta de temporada.
2019, primeros problemas, ya en el antebrazo derecho
La primera vez que Fabio Quartararo sufrió con el famoso síndrome compartimental, que tanto afecta a los pilotos de MotoGP, fue en la temporada 2019, cuando ya era piloto de Yamaha pero estaba aún en el equipo Petronas, en su primer año en la categoría reina del motociclismo.
Y además, fue en fechas cercanas a esta. Tras el Gran Premio de Italia, en el que finalizó décimo, el francés repitió el proceso que vivió en el Circuito Bugatti de Le Mans: en la segunda mitad de carrera sintió una clara falta de fuerza, también en el antebrazo derecho, como ahora, que le hizo bajar el ritmo drásticamente. Solo pudo acabar en décima posición.
Fabio Quartararo, en el GP de Italia 2019
Al término del fin de semana, Quartararo se desplazó hasta Barcelona donde le examinó el Doctor Xavier Mir, que optó por intervenir quirúrgicamente al piloto de entonces 20 años.
La operación fue un éxito, y pudo continuar su trayectoria en aquella temporada con normalidad. Tanto, que en la siguiente carrera, en Montmeló, consiguió su primer podio en MotoGP, con una segunda posición.
2021, vuelta a los problemas y pérdida de la victoria en Jerez
Aunque el antebrazo le dio una tregua de casi dos años, los dolores reaparecieron, y en el peor momento posible. Fue en la temporada 2021, cuando a la postre acabaría ganando el Mundial de MotoGP, y en un momento en el que, aunque aún era un sueño lejano, ya se vislumbraba como un claro candidato a conseguirlo.
Quartararo llegó líder del campeonato a un Gran Premio de España que tenía marcado en el calendario para luchar por la victoria, tanto por su conocimiento del Circuito de Jerez como por lo bien que históricamente le ha ido el trazado a la moto de Iwata.
El Diablo, que además venía de ganar en Qatar y en Portimao, iba camino de lograr el objetivo y lideraba la carrera, distanciándose incluso de Jack Miller, en segunda posición. Sin embargo, a mitad de carrera volvió a perder fuerza en el brazo y se desplomó en la clasificación.
Fabio Quartararo, en el GP de España 2021
Photo by: Gold and Goose / Motorsport Images
El galo acabó 13º, a 19 segundos del australiano, y perdió la primera posición del Mundial en favor de Bagnaia. Una vez que se bajó de la moto, solo pudo llorar y dirigirse a la Clínica Mobile, donde se confirmaron sus sospechas: era el síndrome compartimental, y en el mismo brazo.
"Iba líder sin problemas, me distancié un segundo [de Miller], y a media carrera me quedé sin fuerzas. El brazo se endureció y se quedó como una piedra. Me resistí durante unas seis vueltas, pero llegó un punto en el que apenas podía frenar y hasta era peligroso", dijo Quartararo entonces.
Dos días después, el #20 volvió a pasar por el quirófano, en esta ocasión en Francia. El Doctor Olivier Dufour le observó en Marsella y determinó que había que volver a operar el antebrazo derecho, aunque en una intervención algo menos compleja que la habitual. Quartararo pudo recuperarse en condiciones, y ya en el siguiente GP, en Le Mans, pudo finalizar tercero, para posteriormente ganar en Mugello.
Así, y volviendo al presente, queda claro que el retorno de algunos dolores es un aspecto a vigilar para Fabio Quartararo. Aunque no parece que vaya a tener que pasar por una intervención ni nada parecido, habrá que estar atentos en próximas carreras en caso de que este problema, que viene de lejos, pueda repetirse.
Afortunadamente para el de Niza, MotoGP vive instaurada en un parón de carreras. El piloto podrá descansar el antebrazo antes del próximo GP, en Mugello, el fin de semana del 11 de junio.
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