A Quartararo le reaparecieron los problemas en el antebrazo tras un masaje
Fabio Quartararo justificó la séptima plaza lograda ante su público a partir de los dolores en el antebrazo que le reaparecieron a raíz, según él, de un masaje previo a la carrera “demasiado agresivo” por parte de los fisioterapeutas.
Fabio Quartararo, Yamaha Factory Racing
Gold and Goose / Motorsport Images
Fabio Quartararo, que arrancó desde la 13ª posición de la parrilla, terminó finalmente el séptimo, a 15 segundos de Marco Bezzecchi, el ganador, tras salir beneficiado de la multitud de caídas que se acumularon delante de él. “No lo veo como una remontada ya que seis pilotos que rodaban por delante se cayeron”, resumió Quartararo.
En un fin de semana para olvidar, la falta de pegada que la Yamaha demostró en Le Mans se combinó, además, con el dolor en el antebrazo derecho que le sobrevino el domingo a partir de media carrera, y que le impidió conducir debidamente.
Según reconoció al bajarse de la moto, el detonante de esos dolores fue el masaje que se le practicó antes de la carrera y que, a su modo de ver, fue demasiado agresivo. Se da la circunstancia de que el Mundial puso fin la temporada pasada a la Clínica Mobile, a quien le ha reemplazado Quirón Salud, de quien hasta ahora solo había que buenas palabras por parte de los pilotos.
“Tuve un problema físico. Antes de la carrera me fui a hacer un masaje y creo que fue demasiado agresivo. El encargado de hacérmelo apretó mucho, y a partir de media carrera el antebrazo se me inflamó y se tensó muchísimo, hasta el extremo de casi no dejarme ni frenar”, resumió Quartararo, que hace dos años, en Jerez (2021), ya tuvo que renunciar a ganar una carrera que tenía dominada, por esos mismos problemas de síndrome compartimental. En aquella ocasión, una operación solucionó el asunto y a partir de ese momento no volvió a inmutarse. Hasta este domingo en Le Mans.
“No me había vuelto a pasar, y todo el fin de semana estuve bien, pero después de este tratamiento me reapareció”, añadió el piloto de Yamaha, que ya está lo suficientemente desesperado con su moto como para que surjan complicaciones extras que todavía le hagan más difícil el pilotar.
El mareo de Quartararo con su M1 es de tal calibre, que finalmente ha acordado junto a su equipo recuperar la puesta a punto de la moto de hace dos años, con la que se proclamó campeón del mundo (2021). Esa fue la que usó en su carrera de casa y la que empleará a partir de ahora, dado que cinco carreras después, su escudería sigue sin encontrar una base sólida que funcione.
“Desde el principio del año hemos probado mil cosas en la moto. Ahora hemos decidido que recurriremos a la puesta a punto de 2021. Si tenemos un problema nos adaptaremos a él”, ahondó el #20, que tras este resultado figura el noveno en la tabla general, con 45 puntos menos que Pecco Bagnaia, el líder: “Estamos muy lejos, ahora no hay que pensar en el Mundial”.
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