Cuando uno piensa en Mónaco en primavera, piensa en temperaturas suaves. Pero con sólo 13°C en el asfalto y 15°C en el aire en la primera sesión de pruebas (a las 7:30h de la mañana), todo cambió, los pilotos se mostraron cautos y los espectadores estaban abrigados en las gradas.

El piloto británico Sam Bird fue el primero en pagar el precio ce estas condiciones cuando sufrió un accidente contra el muro y se lesionó la muñeca, algo que le obligo a perderse el resto del fin de semana y ser sustituido por Taylor Barnard, que hacía su debut en la Fórmula E y era el piloto más joven (19 años).

Pero a media mañana la temperatura subió, volvió a salir el sol y todo volvió a ser un poco más de lo que se esperaba. Para Montecarlo, cada equipo ha preparado algo especial, porque ganar en el Principado tiene más prestigio que en ningún otro sitio.

El equipo que más ha llamó la atención incluso antes de la FP1 había sido sin duda DS Penske, con una decoración especial para sus coches, así como trajes y cascos basados en ese mismo diseño.

Los dos pilotos de DS Penske, Jean-Eric Vergne y Stoffel Vandoorne, se mostraron bastante discretos en los entrenamientos, pero hicieron un buen uso de las líneas doradas de sus coches en la clasificación del Grupo B, con sus dos DS E-TENSE FE23 llegando hasta los cuartos de final.

Sin embargo, tuvieron la mala suerte de enfrentarse entre ellos en el primer duelo. Al final, Vandoorne salió victorioso y pasó a semifinales. Después llegó el enfrentamiento con el Jaguar de Nick Cassidy, mientras que el otro coche británico, el de Mitch Evans, acababa de ser eliminado por el Porsche de Pascal Wehrlein.

Una vez más, Stoffel Vandoorne se mostró sólido y realizó una buena vuelta para llegar a la final contra Pascal Wehrlein. Con Porsche y DS Automobiles (a través del equipo DS Penske) en la gran final, se preveía un duelo de titanes... y fue Pascal Wehrlein quien venció finalmente. Vandoorne ocupó la primera fila, con Vergne saliendo desde el cuarto puesto en la parrilla.

Sólido hasta el final del ePrix de Mónaco 2024 de Fórmula E

A las 15:03h, cuando se apagaron las luces del semáforo, el tiempo era un poco más oscuro. Nada amenazador, pero unas nubes persistentes dejaban pasar el sol. No importa, la temperatura era buena y la salida se desarrolló sin problemas. Sin embargo, la calma duró poco, ya que el Mahindra de Edoardo Mortara se salió de la pista, lo que provocó la aparición del coche de seguridad.

Para entonces, Stoffel Vandoorne lideraba la carrera y su compañero de equipo era 5º.

"Gestioné muy bien el inicio de la carrera", dijo Stoffel Vandoorne. "Cogí el liderato y conseguí mantenerlo activando mi primer Attack Mode, luego es una pena que no consiguiera hacer lo mismo con el segundo".

"Si hubiéramos sido capaces de meternos entre los dos Jaguar y arruinar su estrategia, sin duda habríamos tenido otra carrera. Después de que el coche de seguridad volviera al garaje, en el ecuador de la carrera nos encontramos en una situación bastante curiosa, con dos Jaguar, dos DS Penske, dos Porsches y dos Nissan siguiéndose entre los ocho primeros puestos", explicó.

Después de que el coche de seguridad saliese a la pista de nuevo, esta vez tras la salida de pista de Nico Muller (Abt Cupra), quedó claro que todos los pilotos esperaban prudentemente la decisión de los directores de carrera sobre el número de vueltas extra que se cubrirían tras las paradas.

Al final, el número de vueltas se incrementó de 29 a 31, y parecía que el final iba a ser muy reñido. Pero la estrategia de Jaguar significaba que era demasiado tarde para intentar cualquier ataque razonable. Vandoorne y Vergne se llevaron muy buenos puntos al acabar 3º y 4º respetivamente, en un buen fin de semana para DS Penske, que siempre había dicho que su prioridad era meter a sus dos coches en los puntos. Una vez más, ¡lo han conseguido!", concluyó.