Cómo Tost animó a Verstappen a ir "a fondo" en la 130R a sus 16 años con un F1

Todo piloto de Fórmula 1 recuerda sus primeros metros al volante de un monoplaza de la máxima categoría durante un fin de semana de gran premio. Eso no es diferente para Max Verstappen. El joven piloto fue lanzado a la parrilla a los 16 años en el desafiante circuito de Suzuka, donde pudo completar sus primeros kilómetros para el equipo de Franz Tost. 

En 2014, Franz Tost y, por supuesto, Helmut Marko, siempre decían: "No tienes que conducir al límite de inmediato, gana poco a poco velocidad y adquiere experiencia. Sólo tienes que terminar la vuelta".

Echando la vista atrás, Verstappen dijo: "Pero después de la primera tanda -entonces siempre teníamos otros dos juegos de neumáticos- todo fue bien. Aún así, era mi primera vez en un coche tan rápido. Pero entonces Franz se me acercó y me dijo: 'todo va bien, bien hecho, sólo la 130R, ahí se acelerar a fondo'. Ajá, vale. Así que volví a salir y, efectivamente, la 130R podía ser a fondo, pero ya con un poco de sobreviraje. Fue un gran momento con Franz".

Gerhard Berger, también invitado en el estudio de 'Sport & Talk aus dem Hangar-7', de ServusTV, intervino destacando el reto de Suzuka: "Hay que entender que la 130R es una de las curvas más peligrosas de la Fórmula 1. Franz asumió la responsabilidad y dijo: a fondo, a fondo".

Franz Tost y Max Verstappen durante su etapa juntos en Toro Rosso.

Foto por: Steven Tee / Motorsport Images

Verstappen, sin dudas desde su primer día en F1

Tost explicó que en ningún momento le preocupó ni un momento el control del coche y las cualidades de su joven piloto: "Llevaba mucho tiempo siguiendo a Max Verstappen. Olvida el aspecto de la edad por un momento: en karting, en su temporada de F3, siempre dominó. Y seguí cada una de sus carreras de Fórmula 3. Estaba más que claro: su control del coche era increíble. Nunca olvidaré su carrera bajo la lluvia en Norisring. En la Fórmula 3, los tiempos por vuelta son de 57, 58 segundos y él era un segundo más rápido que el resto en cada vuelta. La forma en que controlaba el coche era fantástica".

En consulta con Helmut Marko, asesor de Red Bull, se organizó un debut entre bastidores a través de un test al volante de un F1 en el Circuito de Adria. Tost echa la vista atrás: "Adria es un pequeño circuito no muy lejos de nosotros, entre Faenza y Venecia. Fuimos allí y con Max se vio enseguida: no tenía ningún problema con la velocidad del coche. Ni siquiera con las frenadas. Normalmente, un piloto necesita tiempo para acostumbrarse a la potencia de frenado de un Fórmula 1, es un reto enorme. Tienes que lidiar con 3, 4, 5 G. O con la aceleración. Pero se adaptó muy rápidamente. Y nunca le dejaríamos conducir si no estuviéramos 100% convencidos de que podía hacerlo".

En ese momento, quedó claro que Verstappen debutaría en la F1 en Toro Rosso al año siguiente. Eso puso las cosas en marcha, dice el exjefe del equipo: "Nos dijimos: vamos a empezar de inmediato. Suzuka era el siguiente paso. Suzuka es difícil, pero para Max no supuso ningún problema. ¿Por qué? Por su control del coche, porque la velocidad nunca le abrumó y porque ya era muy fuerte en la frenada".

"Lo tenía todo bajo control. Si no, no lo habríamos hecho. Sí, tenía 16 años, pero Max  había empezado a correr en karts a los cinco o seis años. Eso significa que ya tenía 10 años de experiencia en carreras. Eso marca una gran diferencia. Y, por supuesto, había seguido la escuela de Jos Verstappen: ir a fondo en cada curva. Por eso nunca tuve dudas y estaba lleno de optimismo de que funcionaría con Max. Repito, si no hubiésemos pensado eso, no lo habríamos hecho", concluyó.