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Roberto Merhi, conquistando Japón

El piloto español se embarcó en la aventura japonesa en 2022 y se encuentra plenamente integrado en un país con una cultura y un automovilismo muy diferente al europeo. Le acompañamos en su última carrera de la temporada en Suzuka.

Jacobo Vega
Jacobo Vega
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Roberto Merhi, Castellón, 22 de marzo de 1991, es un auténtico trotamundos del automovilismo. Como muchos niños, comenzó en el karting gracias a la afición de su padre, con un kart que le compró, un aparato que enseguida llamó la atención del pequeño Teto, como le llaman en casa, y que comenzó a usarlo y a competir desde muy joven.

Fue una de las estrellas del karting a su edad y cuando pasó a monoplazas, siguió su senda de poles, podios y victorias con rivales como Daniel Ricciardo y Valtteri Bottas. Su aparición estelar para el mundo del automovilismo fue en Macao 2008 donde consiguió la cuarta posición en la sesión clasificatoria con tan sólo 17 años, llamando la atención de Gerhard Ungar, que le fichó como piloto oficial de Mercedes para competir en la F3 Euro Series, el campeonato junior de referencia en ese momento.

Con el equipo Manor, que luego fue importante en su carrera consiguió subir al podio en su primer fin de semana en el campeonato. En 2011 gano las Euro Series y el FIA International Trophy de F3, arrasando con once victorias, nueve podios y ocho Poles y aventajando en 121 puntos al segundo clasificado. Lo que parecía el comienzo de una fulgurante carrera, se paró en seco cuando Mercedes decidió llevarle al DTM y no proseguir con sus impresionantes números en monoplazas.

Dos años no demasiado buenos en el campeonato alemán de turismos, en los que sólo consiguió una vuelta rápida y un podio, convencieron al castellonense de que su sitio en ese momento no eran los coches con puertas, si no, tratar de seguir labrándose su carrera en fórmulas. Se enroló en Zeta Corse, un equipo sin muchos recursos, para disputar la Fórmula Renault 3.5 en 2014 (comúnmente conocida en el ambiente de las carreras como World Series, por su antiguo nombre), donde le disputó el campeonato hasta la última cita a Pierre Gasly y su gran amigo en la actualidad Carlos Sainz que se llevó el título en la última carrera con un resultado muy ajustado tras dos roturas poco explicables de Roberto en el último fin de semana.

Roberto Merhi Ferrari 296 GT3 - Team Le Mans

Roberto Merhi Ferrari 296 GT3 - Team Le Mans

Foto de: Motorsport.com

Ese mismo año tuvo la primera oportunidad de probar un Fórmula 1, entrando como piloto de pruebas de Caterham y realizando las sesiones de entrenamientos libres de Monza y Japón. En 2015, cuando ya estaba preparado para una segunda temporada en la F-Renault 3.5, recibió una llamada de John Booth, el patrón de Manor, para pilotar en F1. Los británicos habían salvado por los pelos el entry en el campeonato y pensaron en Roberto para tratar de emular lo que había hecho Jules Bianchi el año anterior. Pero el coche, que era básicamente el mismo, estaba bien lejos de sus evolucionados compañeros de parrilla. Aun así, Roberto consiguió actuaciones muy buenas en Mónaco, Austria o Silverstone.

Todo comienza en Australia

Tras su salida de la F1, Merhi comenzó a probar un poco de todo, sin terminar de saber dónde estaba su sitio. Corrió el WEC y Le Mans, de nuevo con Manor, donde llegó a liderar la carrera francesa con bastante ventaja hasta que uno de sus compañeros se accidentó. Siguió probando con prototipos y también en la F2, donde MP Motorsport le llamó para que les ayudase a construir lo que hoy en día es una estructura exitosa y posteriormente con Campos, con los que consiguió, de nuevo, llamar la atención de todo el mundo al lograr un fantástico podio en Austria, cuando llevaba mucho tiempo alejado de los fórmulas. Un podio que en realidad fue una victoria que le arrebataron los comisarios en una decisión inexplicable.

En 2021 había aceptado la invitación para competir en la S5000 Tasmanian Series, un campeonato australiano donde terminó segundo y donde tuvo como compañero de equipo a Yoshiaki Katayama, piloto con quien hizo muy buenas migas y que le ofreció al año siguiente unirse al Team Le Mans, equipo que participa en el campeonato SuperGT japonés, sustituyendo al mítico Satoshi Motoyama, tras la primera carrera.

Roberto Merhi - Yoshiaki Katayama - Ferrari 296 GT3 - Team Le Mans

Roberto Merhi - Yoshiaki Katayama - Ferrari 296 GT3 - Team Le Mans

Foto de: Motorsport.com

Desde entonces Roberto lleva compitiendo en Japón, donde ya se ha hecho un nombre dentro del campeonato y donde ha completado su tercera temporada consiguiendo un podio y una pole. Con un breve intervalo en el que compitió en la Fórmula E con Mahindra en 2022-23, el español parece totalmente adaptado a su vida en Japón, al campeonato y a su equipo, con los que mantiene una gran relación tanto en el aspecto personal como en el profesional, convirtíéndoles en una de las escuadras de referencia en la categoría GT300 (equivalente a GT3 en Europa).

Estuvimos con Roberto Merhi con ocasión de la última cita del SuperGT, la cita aplazada de Suzuka que no se pudo realizar en verano por un temporal, viendo como es su vida en el barrio tokiota de Gotanda, donde ya es uno más en la, a veces, áspera y compartimentada sociedad de la capital japonesa.

Una vida tranquila en la que compagina su actividad profesional con su forma de vida activa. Roberto no para ni un segundo en casa, lo considera una pérdida de tiempo y, la mayor parte de ese tiempo, la dedica a la actividad física. Seguramente esa obsesión por el deporte hace que sus continuos saltos de continente y husos horarios, no le afecten en su día a día.

"Ya sabes que me encanta hacer deporte", explica en el camino de vuelta de Suzuka a Tokio tras la carrera, "salgo mucho en bici, me voy a andar por la montaña, es lo que más me gusta. Hago muchísimo deporte y la verdad que Japón para esto es una pasada.Lo único malo que en verano hace un calor bestial, entonces por ejemplo lo de salir con la bici se complica. Salgo, pero se sufre mucho, el que no está en forma lo pasa muy mal, y lo que hago muchas veces es ir al (Monte) Fuji, que hace más fresquito allá arriba.Ese es mi día a día en Japón, entreno muchísimo, como muy sano, algo muy bueno de Japón, que se come sano y está muy buena la comida".

Comida que, obviamente, no prepara en casa y que se nutre de los muchos restaurantes que tiene cerca de su apartamento. "En los restaurantes a los que voy habitualmente me conocen, en las tiendas no tanto, porque no soy muy de ir de tiendas, pero en los restaurantes sí que ya me tienen calado", comenta sobre su vida social en un barrio residencial a apenas dos paradas de la bulliciosa Shibuya. Al principio costaba creer que un tipo como Roberto, muy apegado a su tierra, su familia y sus amigos, se adaptara tan rápido a una cultura totalmente diferente a la que estaba acostumbrado pero donde da la impresión de moverse como pez en el agua entre los nipones.

"Me gusta la vida aquí, la verdad que antes estaba menos tiempo, hacía algún viaje, me he ido a Taiwán, a Nueva Zelanda, a Bali, sitios muy chulos, pero últimamente disfruto mucho quedándome en Tokio, me lo paso bien", explica sobre su asentada vida en Japón.

Dos culturas totalmente diferentes

El choque cultural no se ve sólo en su día a día en la capital, también el mundo del automovilismo nipón es muy diferente del europeo al que está acostumbrado el castellonense.

"Al principio fue todo muy complicado", admite, "pero una vez que impuse aquí el método de trabajo que conozco yo, que funciona mejor con su estilo y su forma de trabajar, creo que la combinación es buenísima. Hay que seguir mejorando cosas, por ejemplo, se ponen muy nerviosos, y en automovilismo hay veces que hay que ser muy frío, no precipitarse con algunas decisiones. Y esto es algo que hay que cambiar un poco".

Con la gran experiencia acumulada en sus años como piloto en muy diferentes categorías, en equipos buenos y en equipos no tan buenos, el valor de Roberto no es sólo el de su talento como piloto, también lo que aporta por su visión periférica de este deporte y ha conseguido que el equipo adopte su forma de trabajo: "El primer año es que, perdón por la palabra, la liaron bastantes veces. Y entonces llega un momento que digo, ostras, tenemos mucho potencial, pero no paramos de cometer errores mecánicos, todo tipo de errores.

Roberto Merhi - Ferrari 296 GT3 - Team Le Mans

Roberto Merhi - Ferrari 296 GT3 - Team Le Mans

Foto de: Motorsport.com

"Hacían mal el cálculo de gasolina que entraba al coche, o sea, errores que digo, 'es que no puede ser, esto en Europa no pasa'. A la vez los ves trabajando tan profesionalmente, ves cómo tienen el coche que está impecable, ves cómo tienen todo, ¿cómo es posible que cometamos este tipo de errores? Esto era algo que había que cambiar, y que, de hecho, hemos cambiado, ahora es raro ver errores en carrera. Es más, los problemas que a lo mejor hemos tenido este año son de problema de BOP (balance of performance, el equilibrio mecánico que decreta el campeonato para igualar los coches), y también por los neumáticos, que a veces Yokohama no da con la tecla, o no se adaptan tan bien a nuestro coche, o no elegimos los que pensamos que iban a funcionar correctamente, algo que es bastante importante".

Por lo que se ve, dos mundos muy diferentes. Por esa razón vemos tan pocos ingenieros y mecánicos japoneses en Europa y viceversa, parece que no son vasos comunicantes, algo normal en un país como Japón que es muy autosuficiente para casi todo y en automovilismo no iba a ser menos. De hecho, cuando llegó hace unos años a un acuerdo con el DTM para compartir reglamento, fue una gran sorpresa para todos.

"Comparado con Europa hay bastante diferencia", nos explica Roberto, "a nivel de ingeniería a lo mejor en Europa son un pelín mejores, pero a nivel de mecánica me gusta mucho como se trabaja aquí. Son muy ordenados, muy aseados. Los coches están impecables siempre".

"La manera de trabajar, la verdad que con mi equipo... Ellos solamente hablan japonés, pero realmente tengo un muy buen feeling con ellos y buen rollo. Y aunque solamente hablen su idioma, lo que me transmiten y yo les transmito creo que es como... Lo sientes como parte de tu familia, ¿no? No es una relación tan fría".

El Super-GT, un campeonato de gran relevancia y complicado

Un campeonato que también tiene sus particularidades en cuanto a la competición en sí, bastante distinto de lo que estamos acostumbrados a ver en España o en Europa.

"El campeonato es complicado cuando llegas nuevo", nos explica, "porque todos los pilotos japoneses solamente corren cinco o seis circuitos en toda su vida. Y siempre están en esos mismos. Y tú llegas ahí de nuevo, son circuitos complicados encima, en los que no has corrido nunca y obviamente cuesta. Pero ahora ya estoy hecho a todos los circuitos, me sé perfectamente todos los trucos de cada uno de ellos".

Merhi es además una persona que siempre hace equipo. Habla con todo el mundo y bromea también con todos: jefes, mecánicos, ingenieros, los chicos del catering... y siempre ha sido así, por eso es un piloto tan conocido dentro del automovilismo mundial, porque para encontrar alguien que se lleve mal con él, hay que rebuscar mucho. En Japón igual, se nota que se ha echado el equipo a la espalda y que confían mucho en su experiencia, pese a esa barrera idiomáticos con la mayoría de ellos.

Roberto Merhi - Yoshiaki Katayama - Ferrari 296 GT3 - Team Le Mans

Roberto Merhi - Yoshiaki Katayama - Ferrari 296 GT3 - Team Le Mans

Foto de: Motorsport.com

"Sí, al principio eran muy callados", admite entre risas, "y la verdad es que les he hecho que se unan más, que nos unamos más entre todos, e intentar que tengan más confianza, que hablen con el piloto más. Al principio, imagínate, mi compañero de equipo es el hijo del dueño y la gente dice 'cuidado que este es el hijo de mi jefe y nos puede mandar a la calle', entonces lo que yo he hecho es que pierdan ese miedo y que se acerquen más, obviamente a mí sin ningún problema, porque al final yo soy un empleado como ellos, pero que también a mi compañero, y eso yo creo que es bueno".

Un compañero, Yoshiaki Katayama, dos años más joven que él y que desde el principio Roberto le trata como si fuese de su familia, con su habitual desparpajo. Yoshi conoce más palabras en español que las que Roberto conoce del japonés y se nota que Merhi guarda una gran relación tanto con Yoshiaki como con su padre Yoshinori, o como se le llama en el equipo, Katayama San.

"La verdad es que Yoshi parece mi hermano pequeño", confiesa divertido Merhi, "lo trato de hecho como a mi hermano pequeño, le intento enseñar todo, en la conducción y en todo lo que puedo, y tiene bastante potencial. La prepara algunas veces, pero por ejemplo esta última carrera lo ha hecho muy bien, ha hecho un gran trabajo y estoy muy contento por él. Es un piloto que puede ir muy rápido, por eso a veces me da rabia cuando no le salen las cosas, porque sé que tiene el potencial de hacerlo bien".

El próximo año Roberto continuará con casi total seguridad en Japón para completar su cuarta temporada con el Team Le Mans, buscando darles la primera victoria en el campeonato además de seguir trabajando con Carlos Sainz en su nueva aventura con Williams, tras haberlo hecho esta temporada en su último año con Ferrari, en el que se ha responsabilizado de la parte de coaching y preparación física del piloto madrileño.

"Con Carlos trabajo muy bien, sinceramente", nos explica Roberto sobre su otra faceta profesional, "creo que le doy un punto de vista diferente que le ayuda a mejorar. También me encargo de gestionar su preparación física, junto a uno de los mejores preparadores del mundo del ciclismo profesional y además, como en Japón, hemos conseguido formar un gran equipo también con Caco (Carlos Oñoro representante y primo de Sainz) y con Pierluigi (Dela Bona), su fisio", nos comenta Roberto para terminar la conversación llegando a su casa del barrio de Gotanda, tras un divertido viaje desde Suzuka.

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