Dovizioso se convierte en el nuevo ídolo de la afición italiana

Andrea Dovizioso y Valentino Rossi se saludan tras la carrera de Silverstone

Photo by: Gold and Goose / LAT Images

El binomio ganador de una moto y un piloto italianos está causando furor entre los aficionados transalpinos, que llevan ocho largos años esperando que la corona mundial regrese a ese país.

Desde que en 2009 Valentino Rossi se alzara con el título de MotoGP, ningún otro piloto italiano ha podido repetir el logro, y más lejos queda aún la última vez que una moto de ese país se llevara el título, fue en 2007 la Ducati de Casey Stoner.

La gesta absoluta, la de una moto y un piloto italianos no se produce desde 1972, cuando Giacomo Agostini se proclamó campeón del mundo de 500cc con la MV Agusta.

Los aficionados vuelven a ver cerca esa posibilidad esta temporada con Andrea Dovizioso y su Ducati Desmosedici, y la popularidad del de Forli, siempre a la sombra de la gran estrella Valentino Rossi, ha emergido con fuerza hasta tal punto que, sin que sirva de precedente, se ha convertido en el gran favorito de los tifosi, algo que en Misano se dejó notar y llegó a agobiar un poco a ‘DesmoDovi’.

“Supone mucho agotamiento mental. Es muy bonito, porque nunca antes había tenido tanto apoyo, pero no estoy habituado a ello y es complicado”, explicaba en un paddock abarrotado de fans Dovizioso.

Se venden todas las camisetas

Tal es el punto del éxito que está alcanzando, que hasta su empresa de merchandising tiene que hacer horas extra.

“Se han agotado todas las camisetas, algo que tampoco había pasado nunca”, admite Dovi, que debutó en el Mundial en 2001 y lo disputa a tiempo completo desde 2002, situándose su debut en MotoGP la temporada 2008.

Contra los pitos por la caídas

En lo que no está para nada de acuerdo Dovizioso fue en el comportamiento de algunos aficionados que pitaron las caídas de los pilotos españoles.

“No son nada nuevo. En realidad, las burlas a Marc cuando se cae en Italia o cuando le pasa a Valentino en España son ridículas y vergonzosas”, reflexionó el de Ducati.

“Solo las personas con muy poca clase lo hacen. Uno debe animar a su piloto y admirar al resto, no burlarse de los adversarios”, zanjó el de Forli.

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