Ralf Schumacher sentencia a Stroll con un mensaje demoledor: "Afronta la realidad"

En la Fórmula 1 moderna, los "pilotos de pago" son casi una especie en extinción. La generación actual llega, en su mayoría, con títulos bajo el brazo, con talento demostrado en categorías inferiores y con un nivel medio que probablemente es el más alto que ha visto nunca la F1. Pero hay un nombre que sigue saltando de boca en boca cada vez que se habla del pasado… y del presente: Lance Stroll.

Y es que cuesta encontrar un caso más difícil de separar de esa etiqueta. La relación es evidente: su asiento en Aston Martin Racing lo ocupa por talento, sí, pero también por el apellido. Y aunque eso no invalida su carrera —ha tenido destellos, no es el peor piloto que ha pasado por la parrilla y ha firmado actuaciones muy dignas en momentos puntuales—, lo cierto es que la comparación constante con Fernando Alonso ha sido devastadora.

Ahí están los números: 33-0 en clasificación para Alonso en las últimas 33 carreras. Una estadística que, por sí sola, explica muchas cosas. Porque el asturiano rinde a nivel histórico, y eso convierte cualquier diferencia en un abismo. Pero incluso teniendo en cuenta esa salvedad, la sensación general es que Stroll no está a la altura del proyecto que Aston Martin quiere construir para 2026: un proyecto de campeón del mundo con túnel de viento nuevo, un equipo técnico de talla galáctica —Adrian Newey, Enrico Cardile, Honda— y la ambición de pelear títulos.

En ese contexto, las críticas no tardan en llegar. Algunas más suaves, otras con la contundencia de quien no tiene ningún reparo en decir lo que piensa. Y en este segundo grupo está Ralf Schumacher, que ha vuelto a disparar sin anestesia. "Lance Stroll debería quitarse las gafas de color de rosa y afrontar la realidad", asegura el ex piloto alemán.

Una frase que, viniendo de Schumacher, ya anticipa que la cosa no acaba ahí. En sus palabras se respira una impaciencia que no es exclusiva del paddock alemán, sino de gran parte del entorno de la F1, que observa con preocupación el rendimiento del canadiense en un equipo que aspira a mucho más.

"Aston Martin también busca pilotos. El rendimiento en la clasificación es desastroso, ¿qué más se puede decir?", añade sin rodeos.

El comentario es duro, sí, pero se ajusta a los números. Stroll suma 32 puntos esta temporada, solo ocho menos que Alonso (40), pero la cifra engaña: muchos de esos puntos llegaron en carreras caóticas en las que el canadiense se encontró con oportunidades más que construirlas. Su ritmo puro rara vez ha estado al nivel que requiere un proyecto de campeonato.

"Alonso no lo puede hacer todo"

Schumacher, que nunca ha sido amigo de tibiezas, remata con una reflexión que, en Aston Martin, más de uno ha pronunciado en voz baja. "Viéndolo desde fuera, probablemente dirías que dos nuevos pilotos en algún momento no estarían tan mal si Fernando Alonso deja de hacerlo todo, ¿verdad?".

La frase es casi un dardo directo al corazón del proyecto. Porque si algo caracteriza a Aston Martin desde 2023 es que Alonso lo ha sido… prácticamente todo. El líder, el referente técnico, el que arrastra al equipo, el que suma los puntos estratégicos. Y aunque nadie espera que Stroll compita de tú a tú con un bicampeón del mundo en su mejor momento, sí se espera más de un piloto que debería apuntalar el proyecto, no lastrar su progreso.

Pero aquí llega la pregunta clave: ¿qué ocurrirá en 2026 si Aston Martin logra el salto que promete? ¿Puede un equipo que aspira a pelear con Red Bull Racing, Ferrari o Mercedes permitirse un segundo piloto que no empuje al mismo nivel? Incluso los equipos más dominantes han necesitado un escudero fuerte: Sergio Pérez con Max Verstappen en 2021, Valtteri Bottas con Lewis Hamilton, Rubens Barrichello con Michael Schumacher… Ejemplos hay muchos.

Ralf ha puesto palabras a un pensamiento que, desde hace meses, sobrevuela Silverstone. Y aunque la decisión final nunca estará en manos del paddock —ni de Ralf, por supuesto—, el debate sobre Lance Stroll volverá a crecer en intensidad, especialmente si el rendimiento del canadiense no acompaña en el tramo final de la temporada.

A veces, la realidad duele. Y, como dice Schumacher, quizá haya llegado el momento de quitarse esas "gafas de color de rosa".