La FIA estudia cómo hacer las escapatorias de grava más seguras para la F1

El fin de semana del GP de Italia en Monza volvió a poner de actualidad una cuestión que la FIA ha tenido en el centro del debate desde hace tiempo: las escapatorias de grava, ya que afectaron a la carrera de Monza, entre otras cosas al abandono de Fernando Alonso por la rotura de su suspensión delantera.

Al principio, observando las imágenes, se supuso que se trataba de un fallo estructural debido a las vibraciones generadas por el piano a la salida de la Variante Ascari. Sin embargo, un análisis más profundo reveló una causa muy diferente: las piedras.

En efecto, en las primeras vueltas, el monoplaza del español fue golpeado por las piedras levantados por otro coche, lo que había debilitado progresivamente la suspensión hasta romperla.

Con el paso de las vueltas, los daños causados por ese impacto se deterioraron progresivamente debido a las tensiones a las que está sometida la suspensión, hasta que falló, al no tener ya la resistencia estructural adecuada para absorber los golpes de los pianos y las asperezas del asfalto.

Los daños en el coche de Fernando Alonso, Aston Martin

Foto de: Aston Martin

En un primer momento, Aston Martin se mostró muy sorprendida por el fallo ya que, al monitorizar los niveles de carga, no había detectado nada raro en los datos. Sólo mediante análisis en la fábrica fue posible rastrear la causa, examinando los componentes dañados y revisando las imágenes a cámara lenta, fotograma a fotograma.

"Durante la semana obtuvimos mucha más información, sobre todo gracias a las imágenes de la cámara onboard. Se puede ver claramente que una piedra es levantada por el coche de Lando Norris, que se había salido ligeramente de la pista mientras luchaba con Max Verstappen", dijo Andy Stevenson, director deportivo de Aston Martin.

"Golpeó directamente la varilla de empuje delantera derecha del coche de Fernando. Fue imposible verlo en la carrera. Tuvimos que ralentizar las imágenes fotograma a fotograma, algo que no se puede hacer durante una carrera, porque habríamos tenido que analizar más de 30 vueltas en imágenes".

Aunque se trata de un episodio desafortunado y bastante inusual, el caso forma parte de un problema más amplio que la FIA está vigilando de cerca. En algunas circunstancias, de hecho, la gravilla "disparada" por los coches que salían de las escapatorias llegó a golpear las manos de los pilotos que les seguían y provocó leves daños físicos.

Alexander Albon, Williams

Foto de: Joe Portlock / LAT Images vía Getty Images

Según explicó Stevenson, los equipos y la FIA están estudiando soluciones para hacer más seguras las escapatorias de grava. Las piedras levantadas por los monoplazas o que quedan sobre el asfalto después de una salida de pista pueden suponer un grave peligro tanto para los pilotos como para los coches. No es de extrañar que muchos intenten evitarlas en la medida de lo posible, entre otras cosas para no arriesgarse a dañar la parte inferior del monoplaza, que tan importante es en esta era.

"Llevamos tiempo discutiendo este tema con la FIA. Hemos oído a pilotos quejarse de que la grava y las piedras les golpean los dedos durante las carreras y sé que la FIA está trabajando duro con los distintos circuitos para encontrar una solución", explicó el director deportivo de la escudería británica.

Las escapatorias de grava no son especialmente apreciadas por los equipos, sobre todo por el riesgo de sufrir daños en los coches, lo que inevitablemente se traduce en costes que se incluyen en el límite de gastos. Es cierto que cada equipo ya destina una parte de su presupuesto a reparaciones al principio de la temporada, pero es igualmente evidente que cuantos menos daños se produzcan, más recursos quedarán disponibles para otras áreas de desarrollo.

Sin embargo, con el problema de los límites de pista cada vez más difícil de gestionar en varios circuitos, se decidió reintroducir la grava en las escapatorias, para inducir a los pilotos a tomar un margen más amplio sin buscar el último milímetro y alimentar la polémica. Una elección que ha dado sus frutos: en Austria, por ejemplo, los adelantamientos fuera de pista se han reducido mucho.

Sin embargo, hay otro problema: la grava puede acabar en la pista y ser despedida hacia otros coches. En varias ocasiones durante esta temporada, los pilotos se han quejado de piedras que golpeaban sus manos. Por eso se busca una buena solución: no se cuestiona la presencia de la grava, que se seguirá utilizando para gestionar los límites de la pista, sino cómo hacerla más segura.

"Junto con los demás equipos y la FIA, estamos intentando resolver este problema. Sabemos que la grava está ahí para evitar problemas con los límites de pista, con los que llevamos luchando mucho tiempo. Si podemos encontrar una solución mejor, lo haremos, pero de momento la grava está para quedarse".

El problema básico es que es difícil encontrar una grava "estándar" que sea válida para todos los circuitos, por varias razones. De hecho, muchos circuitos del mundial albergan diferentes categorías con requisitos específicos, lo que complica la estandarización de una única solución. Una hipótesis que se baraja es extender a otros circuitos el tipo de grava que ya se utiliza en la salida de la última curva de Silverstone, más fina y ligera.

Otra hipótesis es hacer que la grava sea "compacta" como en algunos tramos de Zandvoort, para así evitar que vuelva a la pista: "Curiosamente, en la Fórmula 1, donde analizamos todo hasta el más mínimo detalle, dependiendo de la pista hay gravas y piedras de diferentes tamaños. Es muy difícil que sean de un tamaño estandar, porque los circuitos acogen categorías diferentes y no pueden adaptarse sólo a F1".