Ferrari F1 aprovecha el test de Pirelli para mejorar su sistema híbrido

La Fórmula 1 parece haber saltado directamente al campeonato de 2025, pero las cartas de 2024 aún están por desvelar. La noticia del fichaje de Lewis Hamilton por Ferrari ha provocado una explosión de interés también más allá de los aficionados al automovilismo y ahora existe el inevitable riesgo de que este curso que está cerca de arrancar pueda convertirse en un año simplemente transitorio hasta la llegada del siete veces campeón a Maranello.

Pero para el monegasco, 2024 será crucial: Charles Leclerc renovó a largo plazo con Ferrari y se perfila claramente como primer piloto, mientras Carlos Sainz será abandonado a su suerte.

Leclerc debe aprovechar 2024 para consolidar su papel en el Cavallino, a la espera de que llegue Hamilton: el británico provocará un efecto tsunami en Maranello y Sainz, se convertirá en una espina clavada en el costado del monegasco, ya que querrá demostrar que aún merece un monoplaza competitivo y que era digno de seguir vestido de rojo, sin nada que perder ya.

Ambos se encontraron en Barcelona esta semana para llevar a cabo los test de Pirelli: dos días que debían dedicarse al desarrollo de los neumáticos de lluvia y que, debido a la sequía que azota la península ibérica, se convirtieron en pruebas para las gomas de seco de 2025, ya que las autoridades prohibieron, con razón, mojar artificialmente la pista.

A disposición del fabricante milanés había un SF-23, pero también se vio en pista un viejo F1-75. Ferrari optó por sí mismo por llevar un coche más y así entrenar a sus pilotos, ya que el de Barcelona es un circuito más exigente que el de Fiorano, su trazado en propiedad.

El F1-75 usó neumáticos de demostración y una configuración con la que ya había competido. De hecho, los ingenieros del Cavallino Rampante aprovecharon la oportunidad para trabajar en la gestión del sistema híbrido. El año pasado, Ferrari dio un innegable salto adelante a mitad de temporada, cuando el fichaje del ingeniero David George, procedente de Red Bull, fue muy importante para poder aprovechar mejor la entrega de potencia del MGU-K.

Los italianos consiguieron menos par bruto a la salida de las curvas y más potencia disponible para descargar en las rectas, con lo que redujeron los recortes antes de frenar.

Eso también redujo la degradación de los neumáticos, lo que permitió un rendimiento más constante a lo largo de la carrera. El software siguió evolucionando (llevaban un par de años trabajando en él en Milton Keynes) y los pilotos notaron los efectos incluso con una unidad de potencia que no era de última generación. Sin duda, el proceso de aprendizaje no ha terminado, pero uno de los aspectos de crecimiento del SF-24 se verá en esa delicada área.

Ferrari no tiene ambiciones de batir a Red Bull y Max Verstappen en la lucha por el mundial, pero sí de estar mucho más cerca del RB20 para intentar batirlo cada vez que tengan la oportunidad. Uno de los objetivos del personal dirigido por Enrico Cardile era hacer que el nuevo coche rojo fuera más fácil de conducir que el hostil y complicado SF-23.

Sabremos si se han cumplido los objetivos al día siguiente de la presentación prevista para el 13 de febrero, cuando el SF-24 rodará en Fiorano en un filming day de 200 km. El primer día de rodaje tendrá poco que mostrar, pero por las caras de los pilotos al final del día entenderemos si la Scuderia puede mirar al futuro con optimismo o si estarán condenados de nuevo a otro campeonato de transición.

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