Fernando Alonso y Gabriel Bortoletoestuvieron a punto de acabar chocándose en el circuito urbano de Yeda, cuando en la vuelta 25 el español quiso aprovechar la batalla entre el brasileño y Liam Lawson por la 15ª plaza y trató de aprovechar el adelantamiento del Racing Bulls para también él pasar al Sauber.

Bortoleto no le vio, y se echó a su derecha, arrinconando a Alonso contra el muro, que logró evitar. "¡Uau, se ha movido en la frenada, ha estado cerca! ¡Muy cerca!", dijo el bicampeón por la radio de Aston Martin Racing. La peculiaridad del incidente era que se trataba del piloto que pertenece a la A14 Management, la agencia de representación de Alonso, y del que ha sido un poco tutor estos últimos años.

En referencia a esa relación, en la sala prepodio al acabar la carrera, Oscar Piastri, viendo las repeticiones en la tele junto a Max Verstappen y Charles Leclerc, bromeó diciendo: "Ah, ha sido Gabi (Gabriel Bortoleto). Puede que se haya quedado sin manera de volar de vuelta a casa".

Explicando el incidente, Alonso admitió su sorpresa, pero quitó culpa al joven piloto: "¡Estaba realmente estupefacto! Estuve a punto de tener un accidente, y eso es obviamente lo último que quieres. Pero simplemente no me vio. Luego tuve que saltarme la curva, pero le devolví la posición enseguida porque no quería arriesgarme a una penalización".

Finalmente Alonso podría adelantar, sin más sustos, a Bortoleto para terminar undécimo, y cuando le preguntaron si ya había podido hablar con el rookie, confirmó que el vuelo de vuelta seguía adelante: "Aún no, pero ahora volamos juntos a casa".

Y bromeó: "Vendrá en el avión, pero quizá no haya cena para él esta noche".

Por su parte Bortoleto, que acabó 18º y solo por delante de Yuki Tsunoda y Pierre Gasly, accidentados en la salida, también sonrió comentando la jugada: "Sí, sólo quería asustarle un poco"

"No le vi porque sólo me di cuenta de que había un coche detrás de mí", dijo en referencia a Lawson. "En cuanto me adelantó, quise abrir la curva... y de repente Fernando estaba ahí. Sentí un gran golpe en el lateral de mi coche y entonces vi a Fernando. Sólo pensé: 'Bueno, ¡hola!".

"Pero por suerte no pasó nada, no hubo daños para nadie", respiró aliviado.